ADORABLE TORMENTO

6. El sostén rojo

Patricia daba vueltas en el estudio de Andrea mientras veía como esta, no estaba en él, se enfurecía con cada cosa que hacía aquella mujer, desde que llegó a la empresa le había agarrado manía, para ella representaba una amenaza a su puesto y no iba descansar hasta verla fuera de su empresa.

Patricia: ¿¡Dónde estabas!?-soltó de pronto al verla entrar por la puerta, su madre que entraba detrás frunció el ceño al ver cómo le hablaba.

Beatriz: eso me pregunto yo.

Patricia: ¿mama?-titubeó-¿Qué haces por estos lados? Sabes que soy yo la coordinadora de esta área.

Beatriz: como no estabas bajamos a empezar a elegir las telas para confeccionar los primeros vestidos de la colección.

Patricia: ¿perdón? ¿¡Te urgía tanto que no pudiste esperar por mí que soy tu hija!?

Beatriz: Patricia, otras veces lo hemos hecho así y nunca pasó nada, Andrea nos ayudó con todo, no te preocupes.

Patricia: esta recién acaba de llegar, no tiene ni voz ni voto.

Beatriz: Andrea solo siguió mis órdenes, no entiendo tu comportamiento Patricia...

Patricia: no voy seguir discutiendo contigo delante de esta chusma-señaló a Andrea quien apretó sus labios de forma disimulada-me voy a mi estudio, y tu ¡A trabajar!-abandonó el estudio.

Beatriz: no le hagas caso, tú tranquila y trabaja en los diseños de noche que te comente por la mañana.

Andrea: si, señora-le dedicó una sonrisa y vio como Beatriz se marchaba.

Se sentó en su estudio para trabajar en lo que su jefa le había pedido, en su cabeza daba vueltas la idea de cómo madre e hija podían ser tan diferentes, mientras que Beatriz le daba un lugar bastante aceptable en la empresa, Patricia hacía todo lo contrario, haciéndola sentir infravalorada y con poco peso en aquel puesto.

Se acordó del acuerdo al que había llegado con Samuel, su puesto corría peligro si Patricia se llegaba a enterar de aquel movimiento, pero quería conseguirle ese favor a Irina, para que estuviese bien... y estable, era una joven insegura debido a su problema y estaba segura de que un trabajo le devolvería la seguridad en sí misma.

Cuando vio que Patricia abandonaba las oficinas antes de lo normal, dejó todo en su oficina para ir sigilosamente a la de Samuel y así darle el currículum de Irina, tocó la puerta delicadamente y sin ser aceptada entró de forma rápida, Samuel soltó una risa.

Samuel: puedes pasar.

Andrea: tome le traigo el currículum de mi amiga-se lo dejó sobre la mesa.

Samuel:-miró su reloj-si me das 10 minutos, ya salimos.

Andrea: no, no, no-soltó una risa-no me crea tan tonta-él arqueó las cejas-primero el trabajo para mi amiga y cuando sepa que el puesto es suyo, ahí, iré a cenar con usted-él se levantó.

Samuel: eres muy lista-apoyó una pierna sobre su escritorio-pero está bien-levantó las manos-para que veas que soy legal, le conseguiré primero el trabajo a tu amiga y después... la cena, eso sí... cuando, como y donde quiera ¿estamos?-le extendió la mano.

Ella tragó saliva aquellas palabras habían sonado a trampa, pero era un trato justo, tragó saliva y acercó su mano a la del, en un apretón, Samuel tiró de ella estrellándola contra su cuerpo, ella soltó un suave grito y apoyó una mano en el voluptuoso pecho de Samuel, tragó saliva nuevamente notando sus labios y su respiración a escasos milímetros de ella, de pronto se alejó de él.

Andrea: ¡Imb...!-frenó sus impulsos al saber que tal vez el puesto de Irina también dependiese de su comportamiento-no vuelva a hacer eso.

Samuel: ¿por qué?