54. Necesito tiempo M. (4/5)

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Al día siguiente Samuel afrontó el nuevo día con mejor semblante, los dolores de su brazo habían disminuido aunque no podía decir lo mismo de los dolores de su costado, pues cada vez que respiraba profundo o que tosía el dolor se hacía cada vez más punzante.

Flavio: no abuses de los calmantes-leyó la letra pequeña del medicamento-son adictivos y tienen unos componentes que no me gustan.

Samuel: todavía no tomé ninguno desde que me levanté-su sonrisa apareció en su rostro a pesar de las magulladuras-este dolor de costillas me está matando.

Flavio: son jodidas si-soltó una risa-¿Y Andrea?-entonces el rostro cambió.

Samuel: pasó la noche aquí, en cuanto me desperté se fue-suspiró-para no molestarme... está distinta.

Flavio: ¿distinta en qué sentido?

Samuel: parece que ha tenido que atropellarme un coche para que despertara y se diera cuenta de que todo pudo haberse solucionado entre los dos...

Flavio: Andrea sabía eso mucho antes de que pasara esto, pero tienes que entender que el dolor de tu infidelidad la llevó a actuar así.

Samuel: lo sé y por eso no soy brusco con ella cuando viene aquí, pero no es tonta, se da cuenta perfectamente de que estoy resentido con ella por cómo se dieron las cosas.

Flavio: ¿Por qué no olvidáis todo lo que os hizo daño?-Samuel ladeó su cabeza.

Samuel: es complicado.

Flavio: la adoras Samuel, aunque haya pasado el tiempo amas a esa chica como nunca habías amado antes, ¿no es eso suficiente para retenerla a tu lado?

Samuel: necesito tiempo, ¿vale?

Flavio: ¿Más todavía?-Samuel resopló-pues yo no me pienso quedar quieto-se levantó-yo si voy luchar por lo que quiero y voy conseguir que Irina me perdone.

Samuel: ¿ya la has visto?

Flavio: ¿Puedes creer que tiene una galería de arte?-Samuel alzó las cejas-Ignacio también la ha ayudado a ella ¡Y no solo eso eh! ¡Se ha operado!

Samuel: ¿en serio?

Flavio: y no veas como corre la condenada, vino al hospital y en cuanto me escuchó salió corriendo por patas, ni en las olimpiadas se corre de esa manera-Samuel soltó una carcajada que le hizo doblarse de dolor.

Samuel: para idiota...

Flavio: pero está resentida conmigo y oye, lo entiendo perfectamente-suspiró-pero no me voy a rendir, ahora mismo iré a atormentarla un poquito.

Samuel: pues suerte...

Ignacio ponía los pies en la empresa de Samuel y Beatriz con total tranquilidad, tras ocuparse de los asuntos de Andrea en la nueva empresa caminaba decidido a encontrarse nuevamente con su mujer para presentarle en las narices su demanda de divorcio, finalmente era lo que más ansiaba de aquella mujer, cuando se colocó frente al despacho de Beatriz entró sin tocar.

Beatriz: ¿¡Que haces aquí!? ¡Deberías tocar al menos!

Ignacio: no tengo esa necesidad-detrás de él entró uno de sus abogados y con determinación tiró un folder sobre la mesa-esa es la demanda de divorcio, te advierto que no podrás negarte porque esta vez sí me interesa ir hasta las últimas consecuencias.

Beatriz: ¡¡Es por esa mugrosa!! ¿¡Verdad!?

Ignacio: ¡¡No es ninguna mugrosa!! ¡¡¡Y claro que es por ella!!!-Beatriz dio la vuelta a su escritorio dispuesta a ponerle las manos encima a Ignacio, acto que frenó con agilidad-hace mucho tiempo te pedí el divorcio para casarme con Cayetana, ahora no habrá forma de que te niegues a ello.

ADORABLE TORMENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora