46. 1 año después

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Samuel: ¿¡a dónde!?-levantó la cabeza de la puerta y Dalia pudo ver su desmejorado rostro, ella negó con dificultad-por favor Dalia-se aproximó-¿no ves que me muero sin ella? ¡Se que fui un idiota!-limpió sus lágrimas-pero de verdad la quiero, por favor, necesito intentarlo una vez más, necesito verla, necesito respirar su aroma... ¡Esto es una puta agonía!-Dalia respiró tratando de ocultar sus lágrimas.

Dalia: Samuel no me hagas esto, ellas son mi familia, no quiero exponerlas.

Samuel: te juro que las cosas no son como parecen, yo sé que ellas me tendieron una trampa, no me eximo de mi culpa, pero te aseguro que no pasó en sano juicio, que desde el minuto uno me arrepentí y que la amo con la mayor de las locuras...

Dalia: espero que uses bien esta oportunidad Samuel, se han ido al aeropuerto... se van a París, su madre, ella e Irina-Dalia le dedicó una mirada a Flavio quien reaccionó de manera inesperada.

Flavio: ¿se va a París?

Dalia: ¿ahora te importa?-aquel dardo se clavó directamente en él y mientras Samuel corría escaleras abajo para irse Flavio atinó a dar un par de pasos cargados de culpa.

Se encontraban como dos niñas en una tienda de caramelos, jamás habían salido de Houston y mucho menos habían montado en un avión, ahora se encontraban en un aeropuerto rumbo a una nueva etapa de su vida, sus maletas ya se encontraban registradas y ahora avanzaban hacia la puerta de embarque.

Andrea: Ignacio, ¿Dónde están los baños aquí? Serán muchas horas de vuelo.

Ignacio: sigue esas señales-señaló la señal de los servicios-te llevarán al más cercano.

Cayetana: te esperamos aquí cariño.

Corría como un loco esquivando la gente que se topaba en su camino, necesitaba encontrarla a como diera lugar, antes de que fuese demasiado tarde para los dos, necesitaba intentarlo una última vez, miró la pantalla de salidas y localizó la puerta de embarque del único vuelo a París, todavía no había salido.

Andrea salía del baño secándose las manos, admiraba la serie de escenas a su alrededor: viajes ilusionados, viajes románticos, viajes de negocios, viajes entre amigos... y allí estaba en un viaje de huida, una huida de un amor que le había hecho mucho daño, se paró a pensar por un momento y cerró los ojos, ¿Qué dolería más? ¿aquel momento de infidelidad o toda una vida sin él? Sintió un abrazo y sus ojos derramaron las lágrimas contenidas, pudo sentir su olor, su robusto cuerpo colapsando el suyo, sintió sus lágrimas sobre su cuello y escuchó a la perfección sus sollozos, no era un sueño, Samuel estaba allí.

Samuel: no te vayas por favor, no me dejes aquí sin ti con este dolor-de pronto ella cogió aire, se separó a la vez que abrió los ojos para observarlo y su corazón se oprimió.

Andrea: ¿Qué haces aquí?-miró a todos los lados buscando ayuda en algún lado.

Samuel: que importa eso Andrea, el caso es que estoy aquí, suplicándote una vez que me perdones-ella lo miró con dudas.

Andrea: Samuel por favor, no me hagas esto, necesito irme lejos de aquí.

Samuel: no por favor-agarró sus mejillas y una vez más se perdió en el color miel de sus ojos-no me dejes, intenta perdonarme, te juro que cambiaré, te lo prometo.

Andrea: ¡Me duele Samuel!-sollozó cerca de su rostro-¿¡Que hago con este dolor que me taladra el pecho!?

Samuel: sanemos juntos Andrea, por favor, sin ti no se vivir, te recuerdo en cada esquina, tengo el olor de tu cuerpo metido en la cabeza, no hay manera de que avance sin ti, por favor, te lo suplico una vez más, fue un trampa, no niego mi parte de culpa pero no fue apropósito, estaba borracho.

ADORABLE TORMENTOWhere stories live. Discover now