48. Era él

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Dalia las abrazaba intensamente a las dos, hacía un par de meses que había estado en París de visita pero las echaba un montón de menos. Cayetana las observaba tiernamente mientras esperaba su turno para abrazar a su eterna amiga.

Dalia: estáis guapísimas mis niñas...

Irina: exageras, hace dos meses que nos viste, tampoco hemos cambiado tanto desde entonces ¿no?-Cayetana intervino para abrazar a su amiga.

Cayetana: coincido contigo Dalia, las dos se ven hermosas.

Andrea: pero bueno, vámonos ya a casa, necesito deshacer todo este equipaje e instalarme.

Ignacio: antes de que nos vayamos-miró a Cayetana a la vez que se acercaba a Andrea e Irina-tomad-les brindó dos llaveros con dos llaves colgando, Andrea lo observó con la boca entreabierta sin entender que significaba aquello-me pediste libertad e independencia... y ahí la tienes.

Andrea: yo...-miró a Irina a la vez que resoplaba con culpabilidad-no era mi intención hablarte así, has hecho mucho por mí, por mi madre y por Irina y la verdad... debería estar muy agradecida, demasiado.

Ignacio: lo sé, tranquila-con su ligero temblor en las manos tocó su pelo negro-lo único que quiero es que estés bien y que seas feliz, si puedo colaborar con ello, lo haré siempre que pueda, no estáis solas Andrea.

Andrea: gracias-se iba ir-de todas formas me siento en la obligación de pedirte esa disculpa que te mereces, quiero que sepas que ante todo te veo como a un padre y mi madre tiene razón, eres lo más parecido a esa figura que tengo, además nos has cuidado como el que más y bueno, gracias a ti mi madre es feliz y...

Ignacio: sé cómo piensas Andrea-la abrazó tiernamente-no tienes que continuar... Irina y tú viviréis en un departamento en el centro de la ciudad y yo con tu madre en la casa-miró a Cayetana-¿te parece bien?

Cayetana: como tu dispongas-sonrió.

Andrea e Irina llegaron al departamento que Ignacio había preparado junto a Dalia, tras elegir cada una su habitación ambas empezaron a deshacer sus maletas mientras Dalia les preparaba algo de beber, cuando cayó la noche las tres se encontraban en el sofá disfrutando de una pequeña cena.

Irina: que bueno que hayas venido a pasar la tarde con nosotras, así le haces entrar en razón a esta loca.

Dalia: ¿hacerla entrar en razón? Perdona que te diga, pero bastante ha tardado en volver a por él, a lo mejor aún está a tiempo, lo vi muy mal la última vez...

Andrea: ¿Quién ha dicho que yo volví por él?

Dalia: ¿entonces qué haces aquí? ¿Promocionar tu marca?-soltó una carcajada-nos conocemos de hace muchos años Andrea.

Andrea:-suspiró resignada-¿has sabido algo de él?

Dalia: poca cosa la verdad, la empresa sigue su rumbo, le va bien-miró a Irina-del que si se alguna cosilla es de Flavio.

Irina: ¿Y a quién le importa ese tipo? No quiero saber absolutamente nada de él, así que es mejor que cierres el pico.

Dalia: ¡Wow! Sí que estamos tajantes, pensé que te interesaría saber de él.

Irina: ¡Pues no!

Dalia:-soltó una risa-claro que sí, ¿sabes que ha tenido unas 30 secretarias a lo largo de este año? Eso son unas 3 al mes casi ¿no?

Irina: ¿¡¡30!!?

Dalia: una de las chicas que trabaja en el bar fue a la entrevista y estuvo de prueba 15 días, ¿y sabes que me dijo?-Irina la miraba con intriga, había conseguido engancharla a la información de la que Dalia disponía.

ADORABLE TORMENTOWhere stories live. Discover now