67. ¿Algo premenstrual?

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El sol se colaba por su ventana mientras ella permanecía sentada en la cama, la misma postura que tenía cuando todos se habían ido a dormir tras brindarle una pequeña despedida, frente a ella estaba sus grandes maletas en las que había metido toda su ropa y parte de sus pertenencias para iniciar esta nueva vida sola, por qué así lo había asimilado durante toda la noche.

Desvió su mirada hacia el reloj de su mesita, en unas horas estaría de nuevo volviendo al que consideraba su lugar en el mundo, pero tenía miedo de no ser lo feliz que era cuando se fue por primera vez, tenía miedo de notar la falta de su amor... tenía miedo de seguirle echando de menos aunque esta vez la diferencia es que ambos se amaban...

Andrea: ¿estás lista?-la miró con el rostro ojeroso-no has dormido nada ¿verdad?-ella negó-Dalia está haciendo el desayuno, ve a darte una ducha, te llevaremos al aeropuerto...

Irina: está bien-logró pronunciar.

Andrea salió de su habitación para que ella se pudiera meter en el baño a darse una ducha, abrió el grifo y esperó a que el agua se calentase mientras miraba su ojeroso aspecto en el espejo, se metió dentro de la ducha y dejó que el agua limpiase su cuerpo a la vez que se mezclaba con sus lágrimas de dolor ante el chasco que presentía cuando estuviese rumbo a París ella sola.

Salió de la ducha casi sin ganas, se colocó un pantalón de chándal de color negro con una camiseta blanca de manga corta, secó ligeramente su pelo con el secador y apenas se dio algo de maquillaje, salió de la habitación para sentarse frente a sus amigas, ambas la admiraron con tristeza.

Dalia: Irina, estás martirizándote demasiado, todavía no sabes su respuesta.

Irina: me la puedo imaginar, fue una locura proponerle eso, era mejor irme y punto.

Andrea: exageras, hasta que estés montada en el avión no des todo por echo.

Irina: prefiero montar aquí el drama y no hacerlo en el avión, sería bochornoso.

Dalia: bueno, come algo-Irina negó con un suspiro-¡Come!-se sobresaltó-carambas, que no soy tu madre.

Andrea: son muchas horas de vuelo, anda dale un bocado a algo, todo tiene muy buena pinta.

Irina: comeré algo, pero quiero que me llevéis al aeropuerto en cuanto acabemos... cuanto antes vaya, antes sabré su respuesta...

Terminaron de desayunar en un silencio extraño que se acompañaba de los suspiros de Irina y de su impaciencia por irse, sus amigas apenas daban pronunciado palabras de consuelo pues ya lo habían dicho todo, avanzaba con sus maletas por el departamento mientras Dalia y Andrea cogían sus bolsos para irse, el timbre sonó.

Andrea: esa debe ser mi madre que quiere acompañarnos-abrió la puerta y vio a su madre-hola mamá-le dio un suave abrazo-¿y papá?

Cayetana: dejé a las enfermeras encargándose de él para poder ir a despedir a mi pequeña Irina-la vio sollozando-mi vida-la abrazó-ya Andrea me comentó lo de Flavio, vamos, seguro te está esperando en el aeropuerto-todas salieron del departamento y entraron en el coche.

Irina: sabes Cayetana, no estoy tan segura de que vaya a estar allí, tiene muchas cosas que lo atan a Houston.

Cayetana: bueno y si así fuera tu eres fuerte para rehacer tu vida.

Irina: no lo soy...

Cayetana: ¿Cómo qué no? ¿Acaso no fuiste feliz en París?

Irina: si pero antes sabía que no me amaba, sin embargo ahora...-suspiró.

Cayetana: sé que pase lo que pase encontrarás la forma de ser feliz Irina, estoy segura.

Llegaron al aeropuerto dos horas de que saliese su vuelo, con el tiempo perfecto para facturar y embarcar, nuevamente se encontraba allí, todavía recordaba las ganas y la ilusión con la que se iba a París por primera vez y ahora mismo estaba admirando a todo el personal en busca del rostro que le quitaba el sueño.

ADORABLE TORMENTOWhere stories live. Discover now