30. Ilusiones

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Las copas terminaron por subírsele y su risa inundaba el lugar, había bailado toda la noche, finalmente Irina había terminado por pasárselo estupendamente en aquella salida a la que ella se había negado, había olvidado todos sus problemas y en verdad era quien mejor se lo estaba pasando.

Samuel: nosotros nos bajamos aquí-Irina miró a Andrea emocionada de que fuera a quedarse sola con Flavio.

Andrea: si al llegar ves a mi madre le dices que me quedé con Dalia en el bar, que tenía mucha gente...

Irina: ¡oído!-soltó otra risa.

Flavio: espero que podamos repetir esto otro día... me lo pasé estupendamente con todos.

Andrea: gracias a ti por invitarnos-sonrió-me la dejas sana y salva ¿eh?

Flavio: si, ahora me llevo a esta borrachita a su casa-Irina soltó una carcajada.

Finalmente Samuel y Andrea se bajaron frente al apartamento de él, nuevamente Flavio arrancó el coche para llevar a Irina al vecindario, los dos compartieron un par de carcajadas más antes de llegar, realmente se lo había pasado bien con sus amigos y por primera vez no había pensado en su tragedia ni por un segundo.

Flavio: ya hemos llegado-ella soltó una risa y abrió la puerta con torpeza.

Irina: nos vemos el lunes, la pasé genial-soltó otra risa y trató de sacar las piernas del coche pero se habían enredado con su vestido provocando que nuevamente se volviera a reír-¡Que patosa!

Flavio: ¿Quieres que te ayude?-de nuevo volvió a escuchar otra risa.

Irina: voy necesitar ayuda hasta para salir del coche, que vergüenza.

Hizo fuerza peleándose con aquel vestido que se había enredado en sus pies, Flavio salió del coche dispuesto a ayudarla, entonces ella sacó sus pies del coche, con torpeza y con la ayuda de Flavio finalmente consiguió salir del coche, de nuevo sus risas se volvían escuchar mientras caminaba hacia su casa.

Flavio: ¡Espera!-cerró las puertas del coche y la siguió para asegurarse que no se caía por el camino.

Irina: tranquilo puedo sola-dijo atropellándose con su lengua, Flavio la alcanzó.

Flavio: estás algo tomada-ella soltó una risa que calló inmediatamente con sus manos.

Irina: shhhhhhhhhhh-soltó una pequeña risita-no nos pueden oír-llegó a su casa y apoyó la nariz en la ventana Flavio no pudo evitar reírse-mi padre está en cama.

Flavio: anda ven, ¿tienes las llaves? Estoy seguro que no acertarías con la cerradura en mil años-ella le brindó la llave y él abrió la puerta-lo he pasado genial-ella sonrió con las mejillas coloradas a causa del alcohol-espero lo podamos repetir, en verdad me olvidé de todo gracias a vosotros, en especial gracias a ti y tus ocurrencias, aunque empezaste muy rara esta noche-ella suspiró-has hecho que pasara un rato agradable, nos vemos el lunes.

Ella permanecía apoyada en la puerta con el pelo alborotado tras la intensa noche de baile, suspiró decepcionada por el que parecía el final de aquella divertida salida, veía a Flavio irse para su coche, su cuerpo le pedía a gritos frenarlo, que todavía no se fuera, que aquel no era un digno final para una noche así.

Irina: ¡¡Au!!-gritó de pronto y Flavio se giró mientras ella se tocaba su pierna mala.

Flavio: ¿ocurre algo?-se acercó nuevamente a ella.

Irina: seguramente sea por estar tantas horas de pie y además bailando-ella se apoyó en el fingiendo dolor.

Flavio: ¿puedo mirar?-ella afirmó y Flavio se inclinó sobre ella levantando levemente el vestido para ver su pierna, el tacto suave de sus manos sobre su pierna la torturó lentamente mientras lo miraba extasiada-la tienes bastante inflamada, mañana ponle hielo.

ADORABLE TORMENTOWhere stories live. Discover now