¡Hola, hola! Antes de pasar con el capítulo de hoy, tenía que haceros un pequeño anuncio: esta semana va ser muy complicado que publique todos los días por motivos laborales, lo intentaré, pero no prometo nada, de todas formas para la semana que viene todo estará más tranquilo y podré seguir publicando como habitualmente y además... ¡haré un maratón! GRACIAS por todos los comentarios que día a día me dedicáis, me encanta saber la diversidad de opiniones y que no siempre sigáis los clásicos, disfruto un montón leyéndoos y me alegra enormemente ver los comentarios de las personas de siempre y también de caras nuevas, sé que no los contesto la gran mayoría de las veces pero es por miedo a revelar algo que os chafe la historia, ahora sí, MIL GRACIAS, nuevamente por leer, votar y comentar y os dejo con el capítulo de hoy.
...
Samuel entraba en el restaurante en el que Flavio le había citado, durante aquel año, su gran amigo había sido su mayor paño de lágrimas y su único hombro en el que llorar, él único capaz de distraerlo de su dolor. Lo divisó en una mesa pegada a la ventana y percibió que además de estar hablando por teléfono, no estaba solo.
Samuel: buenos días-estrechó la mano de su acompañante.
Flavio: vamos a ver Remedios, ¿Cómo que hay un paciente en la sala de espera? ¡¡Me dijo que por hoy no había más pacientes!!-pasó la mano por la frente con enfado-¡¡Dígale que se valla coño!! ¡¡Dele cita para otro día!!-Samuel abrió los ojos con sorpresa mientras Flavio colgaba y esbozaba una sonrisa hacia su amigo-Te presento a Tobías Ferrer, es detective.
Samuel: ¿detective?
Flavio: ¡¡Necesito a Irina o me volveré loco!! Esas malditas secretarias no saben ni citar a los pacientes, ¿es tan difícil ser tan eficiente como ella lo era?
Samuel: ya y... ¿solo la necesitas por qué quieres que vuelva a ser tu secretaria?
Flavio:-resopló-la echo de menos, tengo que admitirlo.
Samuel: no querido, eso no es lo que tienes que admitir precisamente, ¿Cómo la echas de menos?
Flavio: ¿¡Es en serio!? Llevas más de medio año obligándome a decirlo.
Samuel: es que no me canso de escuchar ese tenías razón que tanto me gusta.
Flavio: Samuel, mi queridísimo y grandísimo amigo Samuel ¿Qué crees?
Samuel: dime Flavio, soy todo oído.
Flavio: tenías razón, la echo mucho de menos y no como amiga, ¿contento?
Samuel: un poco-soltó una carcajada.
Flavio: en mala hora te dije que empezaba a extrañar su sencillez... y sus ocurrencias, y sus detalles, como me traía el café y también sus torpezas, ¡¡JODER!!-agarró al detective-¡tienes que encontrarlas!-sacó una foto de las dos de su chaqueta y se la puso prácticamente en los ojos.
Samuel: ¿encontrarlas?
Flavio: claro, a Andrea también ¿no? Por eso es que lo cité con los dos.
Samuel: no, de ningún modo-trató de levantarse-no tengo ningún interés en buscarla, hace un año que cerré definitivamente ese capítulo.
Flavio: ¿Qué? ¿¡Estás de broma!? Si la sigues queriendo, yo creo que incluso más que al principio.
Samuel: ¿Y eso qué más da? Por mucho que la quiera no pienso volver detrás de ella como un perro, sé que cometí un error pero más de lo que le dije no le puedo decir y además quien te quiere no huye de ti, se fue sin afrontar los problemas que tenía conmigo y sinceramente no puedo con ello...
Flavio: Samuel, tu vida se basa en ir de casa al trabajo y del trabajo a casa, tío, te falta brillo-golpeó su pechó.
Samuel: me da igual, busca tú a Irina, yo no pienso buscarla, si quiere algo que sea ella quien me busque, fue ella la que huyó, no yo.
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En parís amanecía un nuevo día y Andrea daba vueltas en su oficina mientras esperaba reunirse con Ignacio para tratar el tema que su madre le comentó la pasada noche, se había pasado la nocturnidad dando vueltas sobre su cama pensando una y otra vez la idea de volver, pensando en la posibilidad de volver a ver a Samuel, aquella idea era lo más tentador que había pasado en su vida durante aquel año.
Ignacio: buenos días-se acercó para darle un abrazo-¿querías verme?
Andrea: verás em...-cogió aire-tenía que comentarte algo y va sin anestesia.
Ignacio: tú dirás-frunció el ceño.
Andrea: mi secretaria me hablo de la visita de ayer, llamé y me comentaron la propuesta-Ignacio respiró aliviado.
Ignacio: perdona que no te lo mencionara pero estaba valorando los pros y los contras de todo esto, quería decírtelo con tacto y para que no te hiciese...
Andrea: he aceptado.
Ignacio: ¿Qué?
Andrea: que he aceptado la propuesta de expandirme y... me voy a establecer mi marca en Houston.
Ignacio: ¿¡Te has vuelto loca!?
Andrea: quiero volver, no entra en discusión, ahora mismo tengo una reunión-dijo evadiéndose de la realidad de sus intenciones.
Ignacio: ¡Andrea Belmonte! ¡Vuelve aquí!
Pero era tarde, Andrea huía nuevamente de una situación y esta vez era frente a Ignacio, su padre, él se echó las manos a la cabeza intentando averiguar la forma de anteponerse a esa decisión sin que Andrea se ofuscase pensando que se metía en su vida.
Esa misma noche a Andrea no le quedó otro remedio que poner los pies en aquella casa, sabiendo que aquello sería tener un enfrentamiento con Ignacio, sabía perfectamente que él la esperaría para ello. Entró mientras escuchaba las voces provenientes del despacho, a juzgar por el tono empleado por Ignacio estaba más que enfadado.
Ignacio: ¡Tu hija se ha vuelto loca!-Cayetana soltó una risa-¿Te ríes?
Cayetana: siempre me han hecho gracia tus enfados, ¿Qué ha hecho?
Ignacio: ¡¡Ha aceptado la propuesta!! ¡Se va a Houston!
Cayetana: ¿Cómo? ¿La ha aceptado?
Andrea: así es-intervino con cierto temor-es mi marca de ropa y mi decisión, entenderé que no me apoyes-miró a Ignacio.
Ignacio: ¿entenderás?-soltó un bufido-¿tú la estás oyendo?-pronto las voces alertaron a Irina que entró en el despacho para saber que ocurría.
Irina: ¿Qué pasa?-admiró la tensión entre Ignacio y Andrea-¡Madre! Se mastica la tensión, relax.
Ignacio: ¿relax? ¿No le cuentas?
Irina: ¿Qué pasa?
Andrea: que me vuelvo a Houston y parece que se ha vuelto loco.
Irina: ¿¡QUE TE VUELVES A HOUSTON!? ¡¡LA LOCA ERES TÚ!!-Andrea resopló cansada mientras su madre la miraba fijamente.
Ignacio: no pienso permitir que te expongas a que ese hombre vuelva a increparte y hacerte daño, no tienes nada que hacer en Houston, aquí lo tienes todo y lo que no tengas dímelo y te lo consigo.
Andrea: ¿No me piensas permitir?-frunció el ceño y tanto él como Cayetana se dieron cuenta de aquel mal uso gramático de las palabras en referencia a ella-¡No eres mi padre como para permitirme o no! Esto en tal caso me lo dirá mi madre, no por enamorarte de ella vas a tener ese derecho-respiró hondo-te estoy muy agradecida por todo lo que has hecho por mi, por mi madre y por Irina, pero no te pases de confianzas, soy una mujer adulta y exijo libertad e independencia.
Cayetana: ¡Andrea! ¡Ya basta, carambas! Eres tú la que se está pasando, entendemos que eres adulta para tomar tus propias decisiones pero no estás sola en esta vida y estaría bien que sopesaras tus elecciones con la gente que te quiere, Ignacio-cogió aire-es lo más parecido a un padre que tienes, no le vas tratar así.
Andrea: lo siento Ignacio-agachó el rostro-pero es mi última palabra, me vuelvo.
Ignacio: pues nos vamos todos.
Irina: ¿¡Que!? ¡¡¡NI HARTA DE VINO!!! Yo me quedó aquí, que se vaya esta mujer a la horca si quiere, pero a mí no me arrastra con ella.
Andrea: ¿perdona?-soltó una risa.
Irina: lo que oíste, yo me quedo con mi champán rosado, mis croissants franceses a primera hora de la mañana, el olor a crepes por las calles principales y las visitas a la torre Eiffel, ni amarrada vuelvo a Houston.
DIAS DESPUÉS
Irina: ¡No me puedo creer que me hayas arrastrado a esto!-golpeaba con energía su maleta de mano mientras la gente la observaba-¡Esta no te la voy a perdonar!
Andrea: ya basta de tanto drama Irina...-resopló-podrás abrir una galería de arte en Houston, Ignacio tiene obras nuevas, eso te tendrá entretenida.
Irina: entretenida dice, no pretendas que me quede mucho tiempo, en cuanto pueda me vuelvo a París-se sentó en el asiento y comprobó que Cayetana e Ignacio no escuchaban-¿Qué es lo que pretendes volviendo a Houston?
Andrea: nada.
Irina: a mí no me engañas Andrea, ¿Qué te dio ahora?-la miró fijamente-¿vuelves a por Samuel?
Andrea:-resopló-solo quiero ir a Houston, ver cómo están las cosas, dar un poco de que hablar sobre mi marca y volverme a París, eso es todo.
Irina: ¿ver cómo están las cosas Andrea?
Andrea: de pronto me dieron ganas de verle ¿vale? Simplemente verle, no busco nada más, saber cómo está.
Irina: madre mía Andrea, espero que sepas lo que haces...
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Cayetana se sentaba unas filas más atrás al lado de un Ignacio con un semblante preocupado por volver a Houston, sus manos temblaban mientras ella bajo un suspiro tomo sus manos con tranquilidad.
Cayetana: tranquilo por favor.
Ignacio: este viaje no es buena idea Cayetana, lo sigo diciendo, ha pasado mucho tiempo no sabe lo que se va encontrar.
Cayetana: ¿a qué te refieres?
Ignacio: ¿Y si está casado? ¿Tiene hijos? ¿Tiene novia? O mejor ¿Y si está con Patricia? Tu sabes el golpe que se llevaría la niña-Cayetana resopló.
Cayetana: lo sé, pero sabes una cosa, es extraño pero siempre tuve fe en Samuel, si verdaderamente ama a nuestra hija seguro estará solo.
Ignacio: puede que tengas razón pero sigo sin fiarme de él... entiende que debo responder por mi hija-Cayetana sonrió-lo que más me preocupa es que Andrea volverá a enfrentarse también a Beatriz y a su hija, cuando me vea con ella no creo que se lo tome bien y menos cuando sepa que es mi hija-ella tragó saliva.
Cayetana: por favor, no debe saberlo nadie ¿vale? No quiero que le hagan daño a Andrea y después del papel que Beatriz jugó en nuestras vidas no quiero que nada nos haga daño.
Ignacio: quiero pedirle el divorcio nuevamente, ahora que no tengo las acciones de la empresa nada le impide dármelo, así por fin seré libre.
Cayetana: espero que esas mujeres no nos den problemas-suspiró-conmigo me da igual pero si se trata de ti o de Andrea, creo que no respondo...
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Patricia entraba en la empresa de su madre para reunirse con ella, sus gafas de sol tapaban los restos de fiesta de la noche anterior, por encima de estas buscaba entre los cubículos de las oficinas encontrarse con el rostro de Samuel, un rostro que la ha estado despreciando desde la última vez que compartieron cama, sonrió en cuanto lo vio se aproximó por su espalda.
Patricia: ¿Por qué tan solito corazón?-Samuel cerró los ojos con pesadez y trató de irse, pero ella lo retuvo-no te vayas, ¿Qué te parece si nos divertimos un poco?
Samuel: ¿divertirme contigo?-soltó una risa-no vales ni para eso-ella gruño-vete, hace mucho tiempo que dejaste de trabajar en este lugar, no quiero ni verte.
Patricia: te recuerdo que mi madre trabaja aquí.
Samuel: pues vete a ver a tu madre a mí ni te dirijas si me haces el favor.
Patricia: no sabes la oportunidad que desaprovechas, con ese carácter que te has gastado en el último año posiblemente nunca encuentras a nadie.
Samuel: no veas lo preocupado que me hayo...
Samuel le dio la espalda nuevamente a Patricia y se marchó del lugar mientras ella con cara de pocos amigos se dirigía finalmente al despacho de su madre en donde ella la estaba esperando. Sin apenas tocar entró dentro y cerró la puerta con un ligero portazo, su madre la admiró sentarse y resopló.
Beatriz: vaya cara... ¿Qué te pasa?
Patricia: el idiota de Samuel sigue en su línea, ¡Arg! ¿Has podido hablar con él?
Beatriz: lo he hecho miles de veces pero sigue sin dar su brazo a torcer, da gracias a que tu madre sigue conservando su trabajo, que sepas que ha intentado deshacerse de mí.
Patricia: ¿hablas en serio?
Beatriz: he visto a uno de los mejores abogados de la zona merodeando por aquí los últimos meses, estoy segura de que intenta disolver la sociedad o de quedarse con mi parte, pero no va ser tan fácil.
Patricia: sí que se ha tomado muy a pecho lo ocurrido-movió su pelo ligeramente y se acomodó en su silla-¿entonces para que me llamaste?
Beatriz: ¿sabes la marca S&A?-Patricia negó y su madre puso los ojos en blanco-es una marca que nació en París, se desconoce a su creadora, pero es una marca de ropa que se está extendiendo como la pólvora por toda Europa, he oído que su diseñadora ha compartido con diseñadores de la talla de Versacce... ¡Es toda una eminencia! Y ahora viene a Houston a expandirse.
Patricia: ¿de verdad?-sus ojos brillaron.
Beatriz: es una marca que quedaría muy bien en tu currículum-hizo una breve pausa-este fin de semana será el desfile de la colección de verano, he pensado en enviarle una invitación y allí poder negociar con ella un puesto como diseñadora para ti ¿Qué me dices?
Patricia: ¡Hazlo mamá! Seguramente las necesite si se va instalar aquí y si va andar viendo sus negocios tal vez pueda estar en un puesto alto-frotó sus manos con avaricia-sería un chollazo mamá.
Beatriz: ahora mismo averiguo en donde se hospedan.