Samuel: ¿¡a dónde!?-levantó la cabeza de la puerta y Dalia pudo ver su desmejorado rostro, ella negó con dificultad-por favor Dalia-se aproximó-¿no ves que me muero sin ella? ¡Se que fui un idiota!-limpió sus lágrimas-pero de verdad la quiero, por favor, necesito intentarlo una vez más, necesito verla, necesito respirar su aroma... ¡Esto es una puta agonía!-Dalia respiró tratando de ocultar sus lágrimas.
Dalia: Samuel no me hagas esto, ellas son mi familia, no quiero exponerlas.
Samuel: te juro que las cosas no son como parecen, yo sé que ellas me tendieron una trampa, no me eximo de mi culpa, pero te aseguro que no pasó en sano juicio, que desde el minuto uno me arrepentí y que la amo con la mayor de las locuras...
Dalia: espero que uses bien esta oportunidad Samuel, se han ido al aeropuerto... se van a París, su madre, ella e Irina-Dalia le dedicó una mirada a Flavio quien reaccionó de manera inesperada.
Flavio: ¿se va a París?
Dalia: ¿ahora te importa?-aquel dardo se clavó directamente en él y mientras Samuel corría escaleras abajo para irse Flavio atinó a dar un par de pasos cargados de culpa.
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Se encontraban como dos niñas en una tienda de caramelos, jamás habían salido de Houston y mucho menos habían montado en un avión, ahora se encontraban en un aeropuerto rumbo a una nueva etapa de su vida, sus maletas ya se encontraban registradas y ahora avanzaban hacia la puerta de embarque.
Andrea: Ignacio, ¿Dónde están los baños aquí? Serán muchas horas de vuelo.
Ignacio: sigue esas señales-señaló la señal de los servicios-te llevarán al más cercano.
Cayetana: te esperamos aquí cariño.
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Corría como un loco esquivando la gente que se topaba en su camino, necesitaba encontrarla a como diera lugar, antes de que fuese demasiado tarde para los dos, necesitaba intentarlo una última vez, miró la pantalla de salidas y localizó la puerta de embarque del único vuelo a París, todavía no había salido.
Andrea salía del baño secándose las manos, admiraba la serie de escenas a su alrededor: viajes ilusionados, viajes románticos, viajes de negocios, viajes entre amigos... y allí estaba en un viaje de huida, una huida de un amor que le había hecho mucho daño, se paró a pensar por un momento y cerró los ojos, ¿Qué dolería más? ¿aquel momento de infidelidad o toda una vida sin él? Sintió un abrazo y sus ojos derramaron las lágrimas contenidas, pudo sentir su olor, su robusto cuerpo colapsando el suyo, sintió sus lágrimas sobre su cuello y escuchó a la perfección sus sollozos, no era un sueño, Samuel estaba allí.
Samuel: no te vayas por favor, no me dejes aquí sin ti con este dolor-de pronto ella cogió aire, se separó a la vez que abrió los ojos para observarlo y su corazón se oprimió.
Andrea: ¿Qué haces aquí?-miró a todos los lados buscando ayuda en algún lado.
Samuel: que importa eso Andrea, el caso es que estoy aquí, suplicándote una vez que me perdones-ella lo miró con dudas.
Andrea: Samuel por favor, no me hagas esto, necesito irme lejos de aquí.
Samuel: no por favor-agarró sus mejillas y una vez más se perdió en el color miel de sus ojos-no me dejes, intenta perdonarme, te juro que cambiaré, te lo prometo.
Andrea: ¡Me duele Samuel!-sollozó cerca de su rostro-¿¡Que hago con este dolor que me taladra el pecho!?
Samuel: sanemos juntos Andrea, por favor, sin ti no se vivir, te recuerdo en cada esquina, tengo el olor de tu cuerpo metido en la cabeza, no hay manera de que avance sin ti, por favor, te lo suplico una vez más, fue un trampa, no niego mi parte de culpa pero no fue apropósito, estaba borracho.
Andrea: lo siento Samuel-apartó sus manos-no puedo volver contigo, necesito olvidar, necesito sanar mis heridas, ahora debo irme, mi vuelo saldrá en unos minutos.
Él la miró una vez más mientras se iba, quedándose con aquella triste imagen para siempre, quedándose con el brillo que las lágrimas habían dejado en su rostro, con las mejillas sonrosadas de haber llorado por su causa, se quedaba con la debilidad de su cuerpo cuando sintió su cuerpo abrazando el suyo, grababa en su cabeza el color de la blusa que llevaba en aquel instante y añadía a su mente el olor a cítricos que llevaba en aquel momento, el momento de un adiós, un adiós que los separaría para siempre...
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1 AÑO DESPUES
Se inclinó sobre el suelo para coger su sujetador, no se había percatado hasta ahora que aquella prenda era de color rojo, Andrea suspiró sin poder evitar acordarse de Samuel una millonésima vez más, nuevamente se inclinó para recoger su blusa y abotonarla al mismo tiempo que trataba de localizar sus zapatos, su bolso y también su chaqueta.
-¿Por qué no te quedas a dormir? Podemos repetir antes de que te vayas a trabajar...-aquel hombre semi desnudo besó su cuello mientras ella se apartaba de forma fría.
Andrea: tengo que irme a casa, lo siento-suspiró encontrando sus zapatos.
-Dime al menos que te ha parecido ¿no?-ella levantó sus cejas sin saber que decir.
Andrea: bueno, normal ¿no?
-¿Normal?
Andrea: tengo que irme ¿sí?-se apresuró en coger sus cosas y sin apenas una despedida se fue de aquel departamento.
Caminaba por las calles de París con total soltura, todavía recordaba el primer momento que pusieron un pie en aquel lugar, no controlaban el idioma ni por asomo, no sabía absolutamente nada de la cultura parisina y ahora se movía como pez en el agua, todo gracias a la ayuda de Ignacio, ahora todo el mundo la admiraba por las calles como si fuera una diosa.
Prácticamente todas las mujeres de clase media de París vestían sus diseños que a día de hoy estaban a la altura de los diseños de Versacce o incluso de Dolce & Gabanna, había alcanzado el estrellato y su marca de ropa S&A era de las más conocidas y sonadas tanto en la semana de la moda como en muchas pasarelas de Europa, lo que no sabía Andrea es que el nombre de su marca había cruzado el charco...
Beatriz: sus diseños son maravillosos-Samuel tomó la revista y frunció el ceño-¿no te gustan?
Samuel: si, claro-respiró profundo-solo que... no sé, son tonterías mías-dejó la revista encima de la mesa-¿Qué tal la colección?
Beatriz: va viento en popa-sonrió a pesar de la fría relación que ahora mantenía con su socio después de lo ocurrido entre ellos-tan solo nos faltan un par de diseños para completarla y luego el resto ya sabes, producción y desfile.
Samuel: perfecto, encárgate de que empiecen ya la producción mientras acabáis con los diseños para completar la colección.
Beatriz: sí, claro-cogió la revista entre sus manos y se fue para su despacho, según entró vio su móvil iluminarse sobre la mesa-hola hija ¿Qué tal?
Patricia: ¿¡Que tal!? ¿¡Me preguntas que tal!? ¡¡Esta empresa es una mierda!! ¿No que eran amigos tuyos?
Beatriz: bueno mi vida, si son conocidos pero como en todos los sitios se empieza desde abajo-respiró hondo-no pude hacer más, ya te intenté meter en varios sitios y en todos te has ido.
Patricia: ¡¡¡POR QUE QUIERO VOLVER A LA EMPRESA!!! ¿¡Has hablado con ese idiota!?
Beatriz: he hablado con él cientos de veces, pero no quiere ni que respires su mismo aire-resopló-mira en la que nos hemos metido por tu capricho, ahora tengo que reírle las gracias.
Patricia: al menos pudimos alejarlo de la mugrosa esa.
Beatriz: ¿Qué habrá sido de ella?
Patricia: ¡¡Ni lo sé, ni me importa!! ¡Lo que quiero es que me vuelvas a meter en la empresa, PERO YA!
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Entraba sigilosamente en la mansión que compartía con Ignacio, su madre e Irina, caminó sin ser vista pasando de largo por la sala en la que se encontraba su madre de conversación con Ignacio y subió directamente para meterse en su habitación, cerró la puerta y una mano tocó su espalda, puso las manos en sus labios para evitar gritar y cerró los ojos cuando divisó a Irina detrás de la puerta.
Irina: ¿Así que entrando sigilosamente sin ser vista? ¿De dónde vienes?-caminó con soltura hacia la cama de Andrea y se tiró encima de ella.
Andrea: no tiene importancia-se sentó junto a ella-¿Qué te ha dicho el médico?
Irina: ¡Que estoy al 100%!-soltó una risa emocionada-Thierry dice que ya no tengo que ir a rehabilitación, que he quedado perfecta gracias a Ignacio, por supuesto-movió su pierna-ahora me muevo que es una maravilla ¿eh?-soltó una risa-si te hecho una carrera igual y pierdes.
Andrea: no seas loca-soltó una carcajada comenzando a quitarse la ropa.
Irina: ahora en serio ¿de dónde vienes?
Andrea: Irina-resopló-ya sabes de dónde vengo.
Irina: ¿otra vez? Andrea si ese hombre no te gusta, esa no es la forma.
Andrea: ya lo sé-se puso un camisón de seda color negro-y cada vez me doy más de cuenta de que no habrá nadie que me quite a Samuel del cuerpo...
Irina: ni del corazón, amiga-suspiró.
Andrea: lo echo un montón de menos-ambas se miraron-a veces busco alguna referencia de él en las revistas americanas, pero hace un montón de tiempo que no se sabe nada de su empresa...
Irina: a lo mejor y les va mal ¿no?
Andrea: oye Irina-la miró atentamente-¿a veces no te dan ganas de volver?
Irina: ¿a mí?-soltó una larga carcajada a la vez que se levantaba-¿tú me ves?-se dio una vuelta-esta soy yo al 100%, soy una mujer completa, he descubierto en el arte una vocación y un método de relajación, tengo mi propia galería de arte gracias a Ignacio, ¿crees que me hace falta volver para sufrir la indiferencia de ese imbécil? No, gracias, por fortuna lo tengo superado, Flavio desapareció de mi vida y de mi corazón, buenas noches-la vio salir dignamente de su habitación.
Andrea: puf, esta está más perdida que yo-la puerta sonó de nuevo-adelante-se puso una pequeña bata y se sentó sobre la cama.
Cayetana: hija, no te vi llegar-abrió la puerta e Ignacio pasó detrás de ellas.
Ignacio: Caye buenas noches-la mujer sonrió con ternura-buenas noches Andrea.
Andrea: buenas noches, hasta mañana-sonrió ampliamente viendo cómo se iba-¿Caye?-soltó una carcajada.
Cayetana: no te rías-cerró la puerta y se acercó a ella-es un buen hombre.
Andrea: ¿un buen hombre? ¡Es único, mamá!-tomó sus manos-no solo nos llevó a las tres desinteresadamente a París, si no que operó a Irina con los mejores médicos, le dio un trabajo en sus galerías de arte y le enseñó una profesión, ahora mismo Irina se muere por las obras de arte, quién lo diría de ella ¿verdad? Y a ti te dio trabajo como su asistenta, le acompañas a todas sus terapias y te ha enseñado muchas cosas en París y que decir de mí, prácticamente me catapultó hacia el éxito, sin él no podría haber creado mi propia marca de ropa.
Cayetana: la verdad es que es maravilloso-suspiró.
Andrea: me encanta que después de tantos años te hayas dado el lujo de volver a amar mamá, no sé porque lo ocultáis pero se os ve muy enamorados.
Cayetana: es complicado hija, él debe solucionar lo de su divorcio primero, todo paso a paso-tomó las manos de su hija-pero hablando de tu marca de ropa cielo-tragó saliva-hoy mientras estabas en la sesión de fotos para el book de la colección, le llegó a Ignacio una propuesta para ti, por favor no le digas que te dije nada, él quiere pensar si te lo dice o no, pero... necesito decírtelo.
Andrea: mamá, me estás asustando...
Cayetana: le llegó una propuesta para expandir tu marca a Estados Unidos-Andrea soltó las manos de su madre-la propuesta es que elijas un estado y te establezcas ahí... Ignacio no quiere que tengas nada que ver con Samuel, sabe que si te pone la propuesta en la mesa que te tentarás a elegir a Houston, quiere evitar que la propuesta llegue a ti pero lo estoy convenciendo de lo contrario, quiero que tomes tus propias decisiones.
Andrea: ¿volver a Houston?
Cayetana: hija piénsalo, no tiene por qué ser Houston, puede ser Nueva York, es una ciudad más grande y con más población.
Andrea: Ignacio me conoce demasiado bien-respiró hondo-hoy me acordé de él...
Cayetana: piensas en él cada día mi vida, habrá pasado el tiempo, pero no te deja de doler el tenerle tan lejos.
Andrea: ¿y si vuelvo?
Cayetana: si vuelves sabes que le encontrarás, sabes que posiblemente vuelva a tu vida, tú decides si le dejas entrar nuevamente, si quieres exponerte a que te haga daño nuevamente o por el contrario decides correr a su lado segura de que no te engañará una vez más, son muchas las posibilidades cielo...
Andrea: ¿tú qué opinas?
Cayetana: ¿sinceramente?-ambas sonrieron-que no se puede huir de quien se ama, tarde o temprano, por una cosa u otra, la vida te lo acaba poniendo nuevamente en tu camino, ahora, tú decides si te adelantas a la vida y te pones tú nuevamente en su camino.