Andrea lloraba de forma incansable mientras su madre le ofrecía todo lo que tenía para tranquilizarse, pero no había manera, las lágrimas de Irina se escapaban en compañía de las de su amiga imaginándose una parte del dolor que estaba sintiendo en estos momentos mientras que Dalia no hacía más que blasfemar en contra del hombre que le estaba causando aquel dolor a su pequeña.
Cayetana: ya mi niña, ya estamos en casa ¿sí? Cálmate.
Andrea: ¿¡Que voy hacer con esto que siento por él!?-sus lágrimas no cesaban de descender sobre sus mejillas-¿¡¡Cómo voy a sacármelo del alma!!?
Dalia: ¡¡Dios es que como lo encuentre!! ¡LO MATO! ¿¡¡Cómo pudo engañarnos de esa forma!!?
Irina: amiga, debes darte tiempo... poco a poco esto quedará atrás-Andrea sollozó aún más.
Andrea: me duele Irina...-se tocó el pecho-no entiendo que pasó, todo iba tan bien con él, pensé que lo hacía feliz, pensé que no necesitaba nada más, que todo era suficiente-de nuevo soltó un fuerte llanto.
Dalia: ¡¡¡¡VICIO!!!! ¡Eso es lo que tiene ese hombre en el cuerpo! ¡¡VICIO!!-Andrea lloró todavía más-perdón cielo es que en estos momentos estoy muy cabreada, disculpa.
Andrea: ¿y ahora? No quiero volver a verle, ni a él ni a esa asquerosa-sollozó-me hace la vida imposible y seguro que ahora va ser mucho peor...
Irina: yo considero que debes renunciar a la empresa Andrea-todas suspiraron al mismo tiempo.
Cayetana: lamentablemente cielo yo pienso lo mismo, aunque sé que es tu sueño, el ambiente no es el adecuado para ti, debes cortar de raíz con todo lo que tenga que ver con Samuel, solo así podrás olvidarte de él, tienes que empezar una nueva vida...
Dalia: coincido con ellas Andrea-tomó sus manos-debes renunciar a la empresa, irte de allí, seguro que con la experiencia que tienes y lo bien que hablan las revistas de ti te contratan en alguna otra empresa.
Andrea: tenéis razón-sus ojos no dejaban de derramar lágrimas-debo renunciar a la empresa y... y olvidarme de todos los que allí trabajan, es lo mejor-miró a su madre-lo siento mamá.
Cayetana: ay hija-la abrazó-no me pidas perdón, tú céntrate en ti mi amor, en sentirte bien y recuperarte, aquí nos tienes para todo lo que necesites.
Andrea: no sé si sea capaz mamá... -de nuevo rompió en llanto-estoy loca por él mamá y me duele, me duele mucho este golpe, no me lo esperaba ¡Le quiero muchísimo!
Dalia: creo que nadie se lo esperaba, todas apostábamos por él-se acercó y besó su cabeza-trata de descansar mañana será otro día.
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Flavio: ¿¡¡Cómo has sido capaz de hacerle eso a Andrea!!?-respiró agitadamente dando vueltas por el salón bajo una mirada arrepentida de Samuel-¡¡Se supone que estás enamorado de ella!!
Samuel: ¡¡ESTABA BORRACHO!! ¡¡NO TENIA IDEA DE LO QUE HACIA!!
Flavio: ¡Eso no es justificación Samuel! ¿No se supone que querías a esa chica? ¿¡Para qué le hiciste esto!?
Samuel: habíamos discutido Flavio, ella estaba celosa de Patricia y la discusión se nos fue de las manos, me dijo que nunca le decía que la quería, que no sabía que derechos tenía conmigo... me sentí mal y bebí como un animal, además el camarero del hotel me rellenaba el vaso continuamente, me cegué completamente.
Flavio: ¡Normal que en parte piense eso Samuel! Eres un hombre demasiado reservado y haces las cosas a tu santísima manera, deberías admirar que ella se adaptara a tu forma de ser, a que ni siquiera la llamaras novia, porque tiene toda la razón en lo que dice.
Samuel: no me hagas sentir peor, por favor...-cogió una botella de whisky.
Flavio: ¡Digna forma de solucionar los problemas!-le arrebató la botella de un golpe y Samuel sollozó sintiéndose fatal-debiste hacer las cosas de otra manera.
Samuel: creí que era suficiente con lo que estaba haciendo, de verdad ¡Sabes que nunca tuve novia!-sus lágrimas desbordaron por sus ojos-dormía conmigo, le cocinaba, tenía detalles con ella que con otras jamás he tenido... ella sabía perfectamente que no era de flores ni bombones, lo supo desde que empezamos, siempre se lo dejé claro.
Flavio: pero es que una relación no es eso Samuel-se sentó a su lado-una relación se basa en hacer que la otra persona se sienta única en el mundo, nadie te está diciendo que le regales flores, ni bombones, pero es que tú con Andrea a penas tenías expresiones de amor, solo cuando sentías que eran necesarias y eso no es así, el amor sale solo, no cuando se necesita.
Samuel: tal vez tengas razón, en estos momentos me siento un cretino.
Flavio: la tengo y lo sabes, pero bueno, ahora Samuel debes seguir con tu vida, visto lo visto con Beatriz y Patricia me retiraría de ese mundo de la moda, tal vez podrías conseguir ser director financiero de algún otro negocio, tienes contactos, trabajo no te va faltar y mucho menos dinero, tienes toda una fortuna a tus espaldas.
Samuel: ¿seguir con mi vida? ¡No! ¡De ninguna manera! Voy a luchar por ella, quiero que me perdone esta canallada.
Flavio: ¿y crees que lograrás que lo haga?
Samuel: me da igual lo que tenga que hacer, lo voy intentar por todos los medios que sean necesarios y a esas dos... les voy dar donde más le duele, porque tienen mucho que ver en todo esto.
Flavio: ¿tú crees?
Samuel: ¡Esta claro! Ese viaje perfectamente pudieron hacerlo las dos pero insistieron en que fuera con ellas para enredarme, Patricia lleva dando patadas de ahogada desde hace tiempo y necesitaba algo fuerte para separarme de Andrea, que casual que en el hotel no me faltase alcohol y todavía más casual que cuando Andrea llega al hotel sea Beatriz quien la acompaña personalmente hasta la puerta de mi habitación y abre Patricia...
Flavio: bueno... dicho así, no, no es casualidad todo eso Samuel.
Samuel: pues por eso mismo Flavio, me la han jugad, por su culpa y la mía he perdido a Andrea-endureció el rostro-pero tranquilo que a esas dos les corto las alas o me dejo de llamar Samuel Gallardo.
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El lunes Samuel llegó a la empresa a primera hora y de forma inmediata se plantó en el estudio de Andrea, había dejado pasar un par de días para que las cosas se calmasen y pudiesen hablarse con tranquilidad, aprovechando que Patricia y Beatriz todavía estaban negociando en Costa Paraíso intentaría explicarle a Andrea al detalle todo lo sucedido.
Samuel: no hay nada...-admiró el estudio que ocupaba Andrea completamente vacío, sin sus carpetas, sin sus fotografías, no había absolutamente nada de Andrea en ese lugar, su corazón se aceleró chocando de forma estrepitosa contra su pecho, fue hacia recursos humanos-¿Y Andrea?
-Justo iba ir a su oficina señor Gallardo... la señorita Andrea presentó su carta de renuncia.
Samuel: ¿su qué?-sus ojos se cerraron con dolor y soltó un puñetazo sobre la mesa que los hizo asustarse a todos-¡¡¡MIERDA!!!
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Irina: ¿más tranquila?-Andrea suspiró.
Andrea: no lo sé, supongo que sí, ya no tendré que verles las caras nunca más-sollozó-posiblemente jamás le vuelva a ver Irina-sus lágrimas descendieron una vez más.
Irina: ay Andrea, amiga-la abrazó fuertemente-me rompe el alma verte así, jolines...
Andrea: será mejor que te vayas, llegarás tarde al trabajo por mi culpa y por favor, si Flavio te pregunta por algo de esto, no lo comentes con él, ni le des detalles de nada, por favor ¿sí?
Irina: no tienes ni que pedírmelo amiga, tranquila, de mi boca no saldrá nada sobre este tema-nuevamente la abrazó-ya me voy ¿vale?-asomó una sonrisa nerviosa-hoy viene a revisarme un especialista para lo de mi rodilla, para ver si la operación me dejará bien al 100%.
Andrea: eso es estupendo Irina, me alegro un montón por ti, sé que esto te ayudará con tus problemas de autoestima y te sentirás mejor, aunque deberías de saber que ya eres una mujer maravillosa.
Irina: ya... pero por fin seré una mujer completamente nueva para Flavio-sonrió ampliamente bajo una media sonrisa de Andrea y se fue.
Andrea: solo lo hace por él...
Su amiga se quedó mirándola a la vez que resoplaba, Irina basaba su felicidad en la idea de una relación con Flavio que solo existía en su cabeza y en "arreglar" el problema de su rodilla para considerarse una persona normal, cuando ya lo era... era una mujer maravillosa, llena de virtudes y de espontaneidades que inspirarían la felicidad en cualquiera... En cualquiera menos en ella misma.
Se incorporaba a su puesto de trabajo como siempre lo había hecho 15 minutos antes de que Flavio llegase para preparar su agenda e ir a por su café, colocó todo sobre la mesa mientras en el panel de radiografías todavía estaban colgadas las suyas desde el viernes, de pronto escuchó unas voces de las cuales solo reconoció una la de Flavio.
Flavio: tan puntual como siempre, ¿Qué os dije? Es la mejor-sonrió entrando en el despacho-Irina te presento a Gabriel Montoya y Diana Ballesteros, son el equipo que escogí para revisar tu caso.
Irina: mucho gusto.
Diana: ¿vaya la paciente es tu secretaria?-Irina sonrió-mucho gusto cielo.
Gabriel: Irina mucho gusto-tomó su mano-estás en las mejores manos para tu operación.
Irina: lo sé, muchísimas gracias por estudiar mi caso.
Flavio: No tienes que agradecerlo Irina ¿te importa traernos unos cafés?
Irina: el tuyo ya está sobre la mesa, ¿Qué les puedo traer?-los miró.
Diana: para mí un capuchino está perfecto.
Gabriel: para mí un cortado.
Irina: ¡Genial! En seguida vuelvo-se fue todos se fijaron en su pequeña cojera con mirada profesional.
Diana: que niña tan enérgica Flavio, ojalá mi secretaria fuese así.
Flavio: la verdad es que es más que una secretaria... es una grande amiga, me apoyó mucho con lo de Noemí-resopló.
Gabriel: todavía sigo sin poder creérmelo.
Diana: siempre fuisteis una pareja muy feliz, cuando nos conocimos en la universidad, Noemí era puro amor contigo.
Flavio: ya bueno-suspiró-en fin no quiero hablar del tema... vamos a lo que nos importa, el caso de Irina.
Irina esperaba fuera de la consulta frente a su ordenador con los nervios a flor de piel mientras miraba los minutos pasar en el reloj, respiraba ansiosa por saber todo lo que los amigos de Flavio y él, estaban hablando sobre ella y su caso, quería saber el veredicto de una vez o se subiría por las paredes, de pronto vio salir al doctor Montoya de la consulta con el teléfono en la mano, entonces no lo pudo evitar y se asomó para ver que estaban tratando.
Diana: ¿te fijas en este ligamento?-le señaló en lo que parecía una visualización de los músculos del cuerpo-espera-se levantó para acercarse a su lado-se ve mejor así-la mujer sonrió coquetamente-este, ves si este lo movemos para la rodilla tiene casi el mismo trazo... yo creo que deberías tirar de este ligamento.
Flavio: tiene lógica aunque yo había pensado en este otro, está en una zona que no implica ningún riesgo, esa sin embargo está muy arriba ¿no te parece?-la miró atentamente e Irina sintió un pinchazo en el corazón viendo como aquella mirada no era la misma que él le dedicaba a ella.
Gabriel: ¿Intrigada por saber de tu operación?-ella dio un respingo.
Irina: un poco-agachó ligeramente la cabeza entristecida por la situación.
Gabriel: es normal, pero ten paciencia, estamos mirando todo de forma minuciosa-Flavio y Diana levantaron la cabeza escuchándolos-estas en las mejores manos Irina... tranquila-Flavio se levantó preocupado.
Flavio: ¿estás bien? ¿Nerviosa?-se acercó hasta donde estaban ellos y Gabriel avanzó para sentarse en su sitio.
Irina: si bueno, es que lleváis ahí toda la mañana... y no sé.
Flavio: quiero que tengas la certeza de que si te opero es para quedar bien-sonrió-nada me gustaría más que contribuir a tu felicidad después de todo el apoyo que me has brindado.
Irina: ya estas contribuyendo a ella.
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Samuel recogía sus cosas para irse a una cita muy importante, durante la tarde había sentido la presencia de Patricia y Beatriz revoloteando tras la puerta de su despacho, por suerte se había encerrado hasta con llave dentro de ella, había prohibido a su secretaria que bajo ningún concepto dejase pasar a nadie y que no le diese tampoco explicaciones a nadie. Abrió la puerta y salió de su despacho con cara de pocos amigos.
Patricia: ¡Hasta que por fin sales de la cueva! ¡Tenemos que hablar!
Samuel: no hablo con tramposas ofrecidas, ¡salte de mí vista!
Patricia: ¿¡A dónde vas!? Aun no es hora de salir... ¿¡Vas a ver a la chusma esa!?-soltó una carcajada-¡¡Que sepas que renunció!!
Samuel: ¡Y a ti que cojones te importa a donde vaya!-le espetó en la cara-no eres nadie para mí, ahora... ¿te apartas? ¿Sí?-sonrió frívolamente y se fue.
Bajó al parking de la empresa para irse en su coche iba con la renuncia de Andrea dentro del maletín y también sobre su cabeza, su dolor iba mucho allá que un simple desamor, su dolor era también un vacío que se había hecho presente desde el momento en el que Andrea había dejado de estar presente en su vida, su rabia también estaba presente en sus actos y por eso acudía a una cita importante, una cita con la que impondría el orden que le había sido alterado en su vida por las artimañas de aquellas dos mujeres que se iban arrepentir de haberse metido en su camino, llegó a su destino, bajó del coche y recordó perfectamente aquel lugar.
Samuel: buen día-sonrió-el señor me está esperando...
-El señor me avisó, venga conmigo señor Gallardo-Samuel siguió a la joven hasta uno de los despachos, la muchacha los dejó solos y cerró la puerta bajo una larga sonrisa.
Samuel: gracias por venir con tanta urgencia, Ignacio...