Andrea soltaba una carcajada sobre su cama, acto seguido se mordió ligeramente el labio recordando parte por parte aquella tórrida tarde en el almacén con su jefe, Dalia tenía razón, era todo un monumento de hombre y además... tenía ganas de más, sus pensamientos se esfumaron cuando sonó su teléfono.
Andrea: ¿diga?
Samuel: soy yo-se sorprendió pero automáticamente comprendió por su tono de voz que no llamaba para nada bueno, Andrea tragó saliva.
Andrea: ¿Samuel? ¿Qué ocurre?
Samuel: te llamaba por qué...-resopló-no sé por dónde empezar, necesito que hables con Irina-ella frunció el ceño-y le digas que mañana vaya a la consulta para cancelar las citas de Flavio de todo el mes.
Andrea: vale... pero, Samuel ¿pasó algo? Tu voz suena preocupante...
Samuel: la mujer de Flavio se ha suicidado Andrea, me llamó justo después de que te dejé en casa...
Andrea: ay por dios-echó la mano a su boca-pobre Flavio, ¿Cómo está?
Samuel: destrozado... Noemí tenía un problema con el alcohol, Flavio había decidido internarla y ella finalmente lo quiso evitar de esta forma, ahora el pobre se echa la culpa de todo... cree que por su insistencia con el centro de desintoxicación ella se quitó la vida.
Andrea: pobre Flavio, yo le digo a Irina ahora mismo y por favor en cuanto puedas mándame los datos del velatorio, seguro que a Irina le gustara ir para apoyar a Flavio.
Samuel: ven tú también por favor-ella suspiró con los ojos aguados-te necesito.
Andrea: tranquilo, iré.
Samuel: gracias.
Samuel colgó y Andrea cogió aire dejando escapar una lágrima a causa de la triste sensación que la noticia y la voz de Samuel le habían provocado, salió de su casa, bajo a la de Irina, tocó la puerta y esperó a que saliera.
Irina: ¡Hola!-admiró su cara y preocupó su rostro-¿Qué pasa?
Andrea: necesito que hablemos...-tomó suavemente sus manos-mañana tienes que ir al consultorio a cancelar todas las citas de Flavio de lo que queda del mes.
Irina: ¿¡Cómo!? ¿Por qué?
Andrea: Samuel acaba de llamarme para decirme que la mujer de Flavio...-hizo una breve pausa-se ha quitado la vida-Irina fijó la mirada en Andrea a la vez que se soltó de sus manos y sus ojos se aguaron.
Irina: ¿Cómo dices?
Andrea: ante la decisión de Flavio de internarla decidió hacer eso, Samuel me dijo que Flavio estaba fatal y que se sentía hasta culpable-suspiró.
Irina: ¿Cómo pudo esa mujer ser tan egoísta? Con todo lo que Flavio ha hecho por ella Andrea, esta misma mañana la muy loca le aventó un vaso de cristal, tuve que hacerle las curas y hasta darle puntos-Andrea entreabrió la boca-¿y ahora va y se suicida? ¡COBARDE!-comenzó a respirar fuertemente-¡ESO ES LO QUE ES!
Andrea: tranquila, tienes que controlar la frustración que sientes, no puedes decir esas cosas, mañana cancelas sus citas y ya Samuel quedó en avisarme con los datos del velatorio, pensé que querrías ir.
Irina: claro que iré, muchas gracias-abrazó a su amiga.
•
Al día siguiente Samuel se presentó en las oficinas a primera hora de la mañana, algo que extrañó a Andrea cuando fue llamada para reunirse con él, entró en su oficina en la que también estaban Beatriz y Patricia, que la miraron extrañadas de su presencia.
Beatriz: ¿y bien Samuel? ¿Para qué es esta reunión?
Samuel: anoche murió la mujer de Flavio-Andrea agachó el rostro mientras que Beatriz y Patricia se sorprendieron, se miraron la una a la otra.
Patricia: pero si Noemí era muy joven ¿de que murió?
Samuel: eso no importa, el caso es que como comprenderéis necesito ausentarme varios días, necesito estar con Flavio.
Beatriz: claro que si Samuel-se levantó para abrazarlo-cuenta con todo el tiempo que necesites y déjame los datos de la funeraria por favor, me encantaría apoyar a Flavio en este momento.
Samuel: gracias.
Patricia: ay Samuel... no sabes cuánto lo siento-se levantó y correteando lo estrechó en sus brazos, mientras que Beatriz abandonaba la oficina-¿¡Que haces ahí parada!?-miró a Andrea por encima del hombro quien se sobresaltó.
Samuel: yo la mandé llamar-resopló y se alejó de Patricia-en los días que esté ausente te vas encargar únicamente de la producción, nada de ordenar almacenes, accesorios y demás chorradas que no van en tu contrato-Patricia entreabrió la boca.
Andrea: si señor-afirmó.
Samuel: ¿Has oído Patricia? Esas son las únicas ocupaciones de Andrea, los diseños y la producción, ¿estamos claros?
Patricia: por supuesto que está claro, mi vida-se acercó a acariciar su rostro y él se alejó.
Samuel: eso espero, ahora tengo que irme-Patricia caminó hasta la puerta pasando por delante de Andrea a quien propinó un pequeño golpe con su hombro y se fue.
Andrea: ¿Cómo estás?-él resopló.
Samuel: intento estar bien, por Flavio, pero me duele mucho toda esta situación-le entregó un papel-ahí va ser el velatorio, iré a por los resultados de la autopsia y a recoger su cuerpo para llevarlo a la funeraria
Andrea: ¿y él?
Samuel: anoche tuve que darle algo para dormir, quedaba durmiendo cuando me marche pero estrictamente vigilado por Rosario, su sirvienta.
Andrea: está bien-se acercó a él tímidamente para estrecharlo en sus brazos, sin decir nada lo apretó fuerte contra su cuerpo y él respiró profundamente sobre su cuello-cualquier cosa que necesites pídela ¿vale?-él afirmó tratando de retener sus lágrimas evitando mostrar vulnerabilidad pero en realidad necesitaba aquel abrazo.
Samuel: nos vemos luego.
Samuel abandonó su oficina para ir al hospital mientras que Andrea volvía a su estudio para dejar unas cosas, su móvil empezó a sonar y en la pantalla distinguió el nombre de su amiga.
Andrea: justo iba mandarte un mensaje con la dirección.
Irina: yo acabo de salir de la consulta, ya cancelé todas las citas-suspiró-¿sabes algo de él?
Andrea: Samuel acaba de irse, me dijo que estaba durmiendo y estaba acompañado de la sirvienta de su casa, Samuel iba ahora a recoger el cuerpo, anota la dirección, va llevarla allí.
Irina: dime-apuntó la dirección-si, sé dónde es, voy para allá...
Andrea: suerte.
Irina colgó el teléfono y cogió varios buses antes de llegar a la funeraria que Andrea le había indicado, llegó cansada pues el lugar estaba bastante alejado de la zona, pero no le importaba, solo quería ver a Flavio, ver como estaba y darle todo su apoyo en este mal momento.
Nadie había llegado, ni siquiera el cuerpo de la difunta, se sentó a esperar pacientemente mientras pensaba en los terribles sentimientos de tristeza que Flavio podía tener, pronto empezó a haber movimiento en la sala, colocaron la esquela con el nombre de ella y él apareció.
Flavio: ¿Irina?
Ella se levantó al escuchar su voz, su rostro estaba muy ojeroso, también demasiado demacrado, su pelo estaba desarreglado y vestía completamente de negro, iba acompañado de una mujer quien lucía lágrimas en sus ojos, Irina se levantó y con paso lento se acercó a él para abrazarlo dulcemente, él sollozó y se aferró a ella.
Flavio: me dejó Irina.
Irina: tranquilo...-se separó para limpiar las primeras lágrimas del día y besó su mejilla-llévalo con calma.
Flavio: ¿Cómo lo hago?-sollozó-no debí insistir con el centro Irina, si no hubiese insistido esto no hubiese pasado.
Irina: tu solo querías lo mejor para ella y esa era la mejor opción, su enfermedad fue la que acabó con ella, no tus decisiones-Flavio la miró.
Flavio: deberías irte a casa, no deberías ver estas cosas, va ser un día muy difícil.
Irina: me da igual, aquí me voy a quedar, contigo...-Flavio la abrazó-eres alguien a quien admiro y valoro, no quiero que pases por esto solo.
Flavio levantó la vista y tras la cristalera observó como el ataúd con el cuerpo de su mujer había llegado, Irina se separó de él para darle unos minutos, Noemí vestía un vestido negro, su cabello castaño resaltaba frente al color, tenía los ojos cerrados y el rostro pálido, Flavio posó sus manos sobre la cristalera y sollozó intensamente.
Se repetía una y otra vez porqué su mujer había decidido culparle de una decisión en la que él solo quería el bien de ella. La admiraba fijamente mientras sus lágrimas recorrían sus mejillas, Irina posó la mano sobre su espalda y él cerró los ojos sintiendo dolor hasta de verla en aquellas condiciones, Samuel entró en la sala y se fundió con su amigo en un abrazo.
Flavio: gracias por encargarte de todo.
Samuel: no tienes que agradecer nada, hola Irina.
Irina: hola...
Flavio: que han dicho los forenses-Samuel cogió aire.
Samuel: su nivel de alcohol en sangre era altísimo, había estado bebiendo durante horas antes de morir, el forense dijo que posiblemente los efectos del alcohol pudieron provocar su idea de quitarse la vida-suspiró-la causa de la muerte fue la pérdida de sangre provocada por los cortes en las muñecas, pero mencionaron que el hígado estaba inflamado y bastante dañado por el alcohol.
Flavio: ¿sufrió?
Samuel: debido a los efectos del alcohol, no...-Flavio sollozó.
Flavio: ¿Qué voy hacer sin ella?
Irina: es obvio que tienes que sufrir la muerte de tu esposa, pero en cuanto pase todo esto tienes que mantenerte fuerte, tienes que recuperar el rumbo de tu vida y seguir adelante.
Flavio: ¿solo?
Irina: tienes a Samuel-este suspiró-y me tienes a mí que te ayudaré con la clínica y en todo lo que necesites, pero tienes que prometernos que lo harás con fuerza.
Samuel: Irina tiene toda la razón, tienes que ser fuerte y salir adelante, eres joven.
Flavio suspiró resignado a sus palabras, sabía que en el fondo ambos tenían la razón pero no sabía por que su corazón se empeñaba en todo lo contrario, su corazón se echaba la culpa por lo sucedido y le hacía creer que todo lo que se encontraba a su lado se marchitaba así como su hijo y su mujer.
Se pasó todo el día cabizbajo, derramando sus lágrimas mientras amigos y familiares de ambos se acercaron a darle el pésame, pudo reencontrarse con sus suegros una vez más en duras circunstancias y finalmente procedieron a enterrarla donde ella siempre quiso estar, al lado de su hijo.
Irina y Andrea se encontraban hacia atrás dando preferencia a la familia, ambas se fijaron en aquella lápida al lado de donde enterraban a Noemí y ambas leyeron la inscripción "Héctor Alvenis 2016-2018".
Andrea: Irina-señaló- ¿Quién será?
Irina: no sé pero... apenas tenía dos años, pobre criatura.
Desde donde estaban, Irina miró a Flavio, quien lloraba desconsolado mientras el ataúd que llevaba el cuerpo de su mujer descendía bajo tierra para ser enterrado, sus lágrimas desbordaban y se precipitaban sobre su camisa negra, con una flor blanca en las manos hincó sus rodillas sobre la tierra.
La amaba con todo el dolor de su alma y hubiese hecho hasta lo imposible con tal de salvar su vida, de ser todo lo felices que fueron en su día, daría su vida por que fueran su mujer y su hijo quienes estuvieran vivos... pero ahora era él quien de nuevo estaba enterrando a uno de los seres que más había querido.
La tierra caía sobre su tumba, rellenando aquel hueco en el que destinaron como su nuevo hogar, tiró la rosa blanca que tenía entre sus manos después de dejar un beso en ella, finalmente se despedía de su gran amor, la mujer que había escogido como compañera hasta el final de sus días, la mujer que había escogido para la madre de sus hijos... finalmente su alma gemela.