Sobre mi cadáver (HDLO#1)

By PalomaCaballero

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(LGBT+) Archibald puede ver fantasmas. Darla es algo muy parecido a uno. Un espíritu no puede conservar su lu... More

Notas iniciales
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NOTAS FINALES
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By PalomaCaballero


—Yo sabía que había algo raro con esa chica —exclamó Darla con expresión triunfadora, mientras se sentaba en el reposabrazos del sillón donde estaba Archibald y se recostaba en el respaldo.

Después de que Sunshine se fue la noche anterior, no fue difícil deshacerse de Marshall y su bola de gamberros, sobre todo cuando este fue golpeado hasta las náuseas por el aura de Darla.

Una chica enojada era algo de temer, pero al parecer el espíritu de una chica enojada era peor.

—Ese no era el amigo que esperaba hacer cuando dije que quería conocer a gente que pudiera ver fantasmas —Mientras decía aquellas palabras, Archibald sentía que eran demasiado inverosímiles, cómo si lo que pasó la noche anterior hubiese sido un sueño o algún tipo de confusión.

Darla se levantó de su lugar con una sonrisa en el rostro. La biblioteca estaba acomodada con sillas y mesas, mientras que en otras partes habían implementado sillones, lamparones y todo para que pareciera una lujosa sala de estar. El aire acondicionado también había recibido mantenimiento, así que el clima estaba bastante agradable a pesar de la humedad que había afuera.

—Creo que lo de formar un club queda descartado por ahora ¿Cierto? —dijo saltando hacia los sillones que estaban junto a la ventana, pareciendo una ligera pluma empujada por el viento—. A menos que quieras estar en uno con la novia de Chucky —comentó sentándose en el sillón, mirando hacia afuera.

A Archie se le escapó una risita mientras se acomodaba en su lugar, observando a Darla. Ella parecía muy cómoda en aquel sitio, por la manera en que se movía supo que no era la primera vez que esperaba en ese lugar. Darla acomodó la cabeza sobre su mano derecha mientras se asomaba por la ventana.

—La novia de Chucky es un buen nombre —dijo Archie, soltando un suspiro—. Aunque técnicamente es la ex novia de Chucky ahora —comentó, ocultando su buen humor.

—Deberías llamarla así de ahora en adelante, en venganza por lo de Carrie Boy —inquirió, inclinándose un poco mientras se lamía los labios—. Hay una vista muy buena desde este sillón, a veces venía por acá para levantar mi ánimo —explicó, levantando una ceja con picardía.

Archibald ladeo el rostro y guiado por la curiosidad se levantó de su sitio y camino hacia la ventana, asomándose por la misma.

Sin poder evitarlo dejó escapar un resoplido divertido.

—Mujeres —dijo, observando a Peter quitarse la camisa y darse empujones con uno de sus compañeros.

Sus ojos barrieron el lugar hasta encontrarse con las porristas que hacían estiramientos mientras chismorreaban de alguna cosa divertida.

Sonrió al darse cuenta como los ojos de Darla pasaban de los jugadores a las porristas.

—Deberías tener un poco de respeto —le dijo y ella le sacó la lengua. Archie regresó su vista al grupo, justo para notar la forma en que algunas de las chicas en el banquillo comenzaban a sacar sus celulares y cuchichear entre ellas.

Él frunció ligeramente el ceño mientras la tentación de entrar al foro de chismes lo vencía. A veces las historias parecían banales, cuentos para entrometerse en las vidas de los demás, pero en otras ocasiones estas podían ocultar más de lo que parecía.

—Sólo estás celoso, a juzgar por tu expresión no encontraste a nadie que fuera tu tipo —agregó, mirándolo con cierto aire se superioridad que desde el punto de vista de Archie, estaba de más.

—Al contrario —comentó—. Creo que encontré algo, aunque no estoy seguro de que cosa.

Mientras hablaba, terminó sacando el celular del bolsillo interno de su chaqueta y abrió el buscador para entrar al foro.

Hudson Court tenía una gran cantidad de gente conectada en ese momento, al menos más de la que se esperaba teniendo en cuenta que la mayoría del alumnado debía estar aún en clases.

Ingresando a los temas más activos del día, se encontró con al menos diez discusiones nuevas abiertas. Algunas tenían pocas respuestas, pero había dos en especial que estaban a reventar de movimiento. La primera era una que decía "Encuesta de belleza" y la segunda "Pregúntale al vigilante".

—Esa se ve interesante —dijo Darla asomándose por encima de su hombro, mientras señalaba el segundo tema, el cual llevaba ya más de mil comentarios. Archibald no estaba seguro de que hubiese tantos alumnos en la escuela cómo para obtener esa cantidad de respuestas, pero al mismo tiempo sintió que quizás estaba subestimando a sus compañeros de curso. Si te ponías a pensar la mayoría eran bastante ociosos, así que seguramente estaban discutiendo sin parar.

—Pues veamos de que se trata —respondió entrando al tema, el cual, tardó bastante en cargar. Cuando leyó la descripción del mismo sintió una especie de malestar que le golpeó el estómago. Una incomodidad intensa se apoderó de todo du cuerpo.

"Pregúntale al vigilante:

¿Quieres saber dónde se encuentra esa persona especial durante el día?

Sólo escribe un comentario y el vigilante responderá"

Archibald leyó en voz alta antes de mirar a Darla, esta se encogió se hombros sin saber que decir. Archie suspiró comenzando a leer las respuestas. La primera que vio le causó cierto repelús.

NANA69:

Peter Johnsson

R: El vigilante.

El campo de fútbol.

Archibald se asomó por la ventana una vez más, mientras Darla miraba incrédula la pantalla. Peter seguía entrenando, así que efectivamente estaba en el campo de fútbol.

—Bueno —dijo Darla levantando una ceja—. Todo mundo sabe dónde está a esta hora, él es uno de los titulares del equipo, no puede faltar a las prácticas —comentó, haciendo una mueca—. ¿Porque no preguntas sobre alguien y vemos que pasa? —ofreció, sintiéndose consternada por lo extraño de la situación.

Archibald se quedó pensando durante un momento antes de comenzar a escribir.


Unicorn95:

Alice Weber


Darla abrió la boca, sin saber que decir, la respuesta llegó casi enseguida.


R: El vigilante.

Cementerio Saint Laurent.


—¿Qué demonios? —gruñó Darla, frunciendo el ceño y luego cayó en cuenta que aquel debía ser el sitio donde enterraron a la chica después de morir—. ¿No crees que sea...?

—No lo sé —interrumpió Archie antes de escribir una vez más.


Unicorn95:

Archibald Noble


La respuesta esta vez fue inmediata.


R: El Vigilante.

La biblioteca del tercer edificio.


Un escalofrío le recorrió la espalda, mientras Darla levantaba la vista para mirar a su alrededor, tratando de encontrar al indiscreto que los estaba espiando, pero no halló a nadie.

—Ok, esto es muy extraño —gruñó la chica acariciándose los brazos mientras fruncía el ceño.

—No entiendo porque la gente sigue preguntando —agregó Archie, al tiempo que actualizaba la página y se encontraba con un montón de respuestas más.

—Morbo —dijo ella, encogiéndose de hombros. Incluso ella, que encontraba extremadamente escalofriante todo aquello, tenía curiosidad del extraño poder que les daba a las personas el conocimiento de El vigilante.


Usuario738293:

¿Otra loca obsesionada?

Usuario239856:

Parece que hay más de una preguntando por el freak.

Usuario738293:

Seguro es Sunshine Dickens, la nueva líder del club.

Usuario239856:

No entiendo que tiene de bueno el tipo.


Archibald frunció el ceño mientras leía, cuando la puerta de la biblioteca se abrió de par en par, causándole un sobresalto. De inmediato se giró para saber quién había llegado, preguntándose si era necesario que huyera, pero al ver el rostro serio de Maxine Reed, no pudo hacer otra cosa más que quedarse muy quieto. Cuando sus miradas se cruzaron hubo un extraño momento de tensión, cómo dos viejos amigos que después de años no encuentran un tema en común. Sin embargo, en ese momento a Darla no pareció importarle nada en absoluto y se lanzó sobre la chica, rodeándola en un cariñoso abrazo.

—¡Max! —exclamó colgándose de su espalda, mientras ella levantaba el rostro, cómo si hubiese escuchado en la lejanía la voz de su amiga.

Ellos permanecieron de ese modo un par de segundos antes de que Maxine avanzara hasta su mesa favorita, colocara el maletín sobre esta y comenzara a sacar sus cuadernos, lapiceros y libros. Por un momento pareció que ella estaba dispuesta a iniciar una conversación con Archibald, pero después prefirió seguir su rutina con una calma silenciosa.

—Vamos, pregúntale —dijo Darla, sentándose al lado de la chica, observando con curiosidad la manera en que ella retomaba sus lecturas donde se habían quedado el día anterior. Cuando Darla tenía un cuerpo físico nunca había pasado el rato en la biblioteca de ese modo, así que estaba un poco emocionada por la oportunidad.

—Ummm —Archibald intentó hacer cualquier ruido que llamara la atención de Max, pero esta no levantó la vista en ningún momento. Cómo una diligente alumna comenzó a responder un cuestionario de historia, subrayando con precisión y rapidez las respuestas en su libro.

—¿Ocurre algo Noble? —preguntó con tono de voz neutro, justo después de que este sintiera que estaba siendo ignorado. Aquello sobresaltó a Archie, pues la presencia de la chica era inquietante para él.

—Anda, pregúntale —insistió Darla, mientras señalaba en el libro—. Aquí está la respuesta Max, no, espera ¿Era una pregunta capciosa? —de nuevo ella hablaba con los vivos cómo si estos pudieran escucharla sin su cuerpo físico. Ya se imaginaba la clase de torbellino que debía ser cuando se encontraba bien.

—Bueno, quería preguntarte algunas cosas —dijo, sobándose el brazo en un gesto nervioso. De repente era muy consciente de que la última vez que estuvo ahí fue cuando luchó con la rana mutante que quería absorber toda la energía vital de Maxine Reed.

Una anécdota maravillosa, si te gustaban las experiencias cercanas a la muerte.

—Pregunta —ordenó la chica, haciendo una seña para que se sentara en la mesa de enfrente. Archie parpadeó durante un instante en el que no supo que hacer, pero después de reaccionar, se apresuró a acomodarse donde le indicaron. Supuso que si ella se sentía más cómoda de ese modo entonces sería más fácil que entraran en confianza.

—¿Sabes algo sobre un grupo de estudios? —pregunto, un poco incómodo porque no era especialmente cercano a la chica. Maxine levantó la vista durante un segundo, mirándolo a través de sus lentes de marco rojo, con los ojos almendrados fijos en él, pero después siguió con lo suyo.

—No sabía que te interesaran los trabajos en grupo —respondió, sin dar ningún tipo de información.

—En realidad —Archibald dudó, dirigiendo su mirada a Darla, quien le alentó a seguir hablando con un enérgico movimiento de manos—. No estoy interesado en eso, pero mis calificaciones han bajado y me preguntaba si tu habías escuchado sobre un buen grupo que pueda ayudarme a subir mis notas—mintió con toda la naturalidad posible.

—Ya... —ella frunció el ceño un poco—. En realidad, a mí tampoco me gustan los grupos de estudios —explicó—. Me manejo mejor sola, así puedo ir a mi ritmo —agregó y Archibald sabía que era una manera amable de decir que no había mucha gente que pudiera estimularla intelectualmente en aquella escuela. Él dudaba que incluso Darren pudiese comparase con el gran cerebro de la chica.

—Ya veo... —dijo recargando el rostro en su mano derecha. Divagando en sus pensamientos, trató de decidir qué haría a continuación. Maxine se detuvo y lo miró un instante.

—Pero creo que podría recomendarte alguno, Chae Ri tiene uno bueno y Woolf da excelentes asesorías, puedo preguntar al respecto, si te interesa y decirte sus horarios —La voz de Maxine sonaba plana, pero muy confiable, a Archibald le gustó la seguridad con la que hablaba.

—Es muy inteligente ¿Cierto? También es muy generosa —Darla estaba sonriendo cómo una niña cuando se levantó de su sitio, sentándose al lado de Archibald y recargándose en su hombro—. Fue buena idea preguntarle.

—Eso sería genial —respondió Archie con una sonrisa en los labios, de esas pequeñas que casi no mostraba.

—Si te pasas mañana por acá supongo que puedo darte la información —ella soltó un suspiro deteniéndose durante un segundo, pero después continuó con su faena—. Sería más fácil si tuviera un teléfono cómo todos los demás, pero la verdad soy mala para eso y siempre me los encuentran —comentó, guiando la charla a una plática más casual. Darla comenzó a reírse mientras negaba con la cabeza.

—Es en serio mala para el contrabando —opinó—. Yo era la que metía las cosas por ella, me imagino que debe haberse quedado muy triste sin su camello —comentó, sintiéndose un poco orgullosa de eso.

—Bueno, si quieres puedo meter uno por ti, el próximo fin de semana me toca salir, puedo traértelo si quieres —comentó Archie, sintiendo genuinas ganas de ayudarla. Él ya se había dado cuenta de eso, pero Maxine Reed era la clase de persona que despertaba los instintos de protección de los demás.

—¿Es en serio? —ella lo miró con sus grandes ojos, que repentinamente brillaban como los de Bambi—. Si llamo a mi mamá desde el dormitorio para pedirle uno ¿Pasarías a buscarlo? —Max no era muy expresiva, pero en ese justo instante parecía que se había ganado la lotería.

—Por supuesto, si quieres puedo pasar a verte el sábado antes de salir, será pan comido —dijo, sabiendo que cualquier alumno que se respetara debía haber dominado el arte de contrabandear cosas de maneras inusuales dentro del internado. Cualquiera menos Maxine Reed.

—Eso sería genial —respondió, un poco más relajada que al principio.

—Bien, entonces vendré mañana por lo del grupo de estudios y después el sábado por el teléfono —dijo levantándose de su sitio y despidiéndose con la mano.

—Hasta mañana entonces —respondió la chica—. Y hasta el viernes también—agregó siguiendo la línea de la conversación, Archibald sonrió un poco dirigiéndose hacia el pasillo, sin embargo, antes de que pudiera cruzar la puerta, ella le llamó de nuevo—. Y Noble —él se giró para mirarla—. Gracias.

Durante un segundo Archie se quedó en silencio, preguntándose sobre que exactamente tendría que agradecerle Maxine Reed, hasta que recordó el incidente de la biblioteca.

—No te preocupes, espero que estés mejor —respondió encogiéndose de hombros.

—Bueno, no estaba hablando de eso, aunque también —ella hizo una pausa—. Esperaba hacerlo en algún momento, pero nunca tuve la oportunidad de agradecerte... Por ayudarla —Maxine soltó un suspiro—. Gracias.

—¿A quien? —preguntó, sintiéndose descolocado, pero la cabellera roja de Darla llamó su atención, consiguiendo que su cuerpo se tensara de inmediato. Durante un instante se quedó sin palabras, no esperaba en serio que la chica fuese a decirle algo cómo eso ni en un millón de años—. ¿No estarás hablando de...? —la pregunta se quedó en el aire, Maxine pareció entender sus dudas de inmediato y asintió con la cabeza.

—Te vi en el desayuno ese día —aseguró la chica—. Estabas con tus amigos —ella hizo una pausa—. Puede que ya lo sepas, pero tengo buena memoria. Comprobé la hora para tomarme mis medicinas y tu pasaste a mi lado mientras tu amiga te perseguía, ella me empujó y tuve que volver a la habitación por otra pastilla —explicó—. Estaba molesta porque no me gusta retrasarme con el medicamento, pasaron apenas diez minutos y cuando volví a los pasillos, ya estaba todo hecho un caos —Maxine negó con la cabeza—. Es imposible que lo hicieras porque esa misma mañana ella se despidió de mí antes de ir a comer, porque dijo que tenía que hablar con alguien, aunque no se con quién.

Maxine sabía que había otras maneras en las que Archibald podría haber sido responsable del asunto, estaba segura de que alguien podría organizar un ataque sin ser descubierto, pero necesitaba cómplices. Había pensado mucho en el asunto, sin embargo tomando en cuenta todas las variables había otras personas que eran mucho más sospechosas que Archie, quien además había sido visto durante toda la mañana acompañado. Maxine estaba segura de que alguien había lastimado a su amiga y ese alguien no parecía ser Archibald Noble.

Ese alguien estaba oculto, viviendo su vida tranquilamente después de haber arruinado la de Darla.

Archibald miró a la chica a los ojos y de inmediato supo que no metía. Aquello era extraño, la mayoría de la gente no se ponía a pensar en la obviedad del asunto, incluso él mismo no lo había hecho, sólo quería desaparecer todos los malos recuerdos de su cabeza y olvidarse de ellos.

—Me alegra que haya alguien más aparte de Peter e Irene que crea en mí —dijo sintiendo un auténtico sentimiento de gratitud hacia ella.

—Oh, casi lo olvidaba —Maxine sonrió un poco, era la primera vez que la veía así de expresiva—. Felicidades por tu posición en el ranking, ha sido tu mejor nota hasta ahora —comentó con un brillo de diversión en su rostro.

—¿Como...? —un sentimiento de vergüenza lo invadió al verse descubierto tan rápido.

—Conozco la clase de expresión que llevas en el rostro, pero no te preocupes —ella se encogió de hombros—. Estoy acostumbrada a los busca problemas.

Archibald abrió la boca sin poder decir palabra, mientras a su lado Darla comenzaba a reír a carcajadas. 

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