Mi Ángel Guardián

By DarknessYFS

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Primer libro: Mi Demonio Personal Segundo libro: Mi Ángel Guardián ─━─━─「✦」─━─━─ Un tatuaje con un m... More

ADVERTENCIA
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Corrección
Capitulo 9
Capitulo 10
Preguntando a DarknessYFS
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capítulo 25
Capitulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capitulo 35
Capitulo 36
Capítulo 38
Capítulo 39
Capitulo 40
Capitulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capitulo 45
Capítulo 46
Capitulo 47
Capitulo 48
Final
Epílogo
A G R A D E C I M I EN T O S

Capitulo 37

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By DarknessYFS

—Ya lánzate, idiota —Mich se seguía resistiendo a lanzarse por el agujero hacia el agua.

—Están bien locos, no se que hay ahí abajo —yo rodé los ojos y me teletransporte hacia la cima detrás de el.

Empezamos una pequeña pelea, estaba claro que yo no aplicaba toda mi fuerza para ponerle más emoción a la cosa, entonces me apegue a él como garrapata y me teletransporte una vez mas pero antes de caer al agua para que el sintiera esa pequeña adrenalina que se siente al caer de un lugar alto como ahora.

—Quinientos metros de caída libre —aseguro Jay.

—No me chingues ¿me lance de tan alto? ¡Pude morir, idiotas! —Mich estaba ¨enojado¨ y yo solo comencé a reír.

—En primer lugar la que te lanzo fui yo y en segundo lugar yo no te dejaría morir —él rodó los ojos y miró a otro lado intentando ocultar su sonrisa.

—Oh, pero si sabe nadar —se mofo Jay. Yo comencé a reír y Mich solo me lanzo agua y comenzó a nadar hacia la única orilla donde estaba un pequeño agujero por donde solo un enano pasaría.

—Debimos haber hecho esto con teletransportación, pero como su alteza quería conocer pues míranos aquí todos mojados —sabia que Mich estaba fingiendo, pues cuando empezamos esto pude sentir su emoción y bien que la sabe ocultar porque solo fue un leve destello que sentí.

—Solo cállate y entra —Mich le hizo caso a Jay y se adentro en el agujero, lo siguiente que escuche fue un grito de sorpresa por parte de el.

La siguiente en pasar fui yo pero no entre por completo, solo mire, pero no se veía nada, me adentre por completo y sentí como empezaba a caer y solté un grito de sorpresa ante la abrumadora sensación en mi estomago. Segundos después pude ver luz y al caer una superficie blanda y que rebotaba fue lo que amortiguó mi caída. Eran hongos enormes. Rápidamente me quite de ahí para que cuando Jay cayera no me golpeara, segundos después el callo justo en donde yo estaba.

—Mich —grite su nombre al no verlo.

No recibí respuesta por parte de él, pero segundos después sentí las manos de alguien y comencé a gritar por el pavor al sentirlas tan frías, entonces al escuchar su risa me di cuenta de que era Mich. Cuando se hizo visible para mis ojos comencé a golpearlo y el solo reía.

—Hijo de puta, ya veras —le lance una pequeña bola de hielo que comenzó a congelarlo al impactar en su estómago.

—Tu me creaste —entonces encendió unas pequeñas llamas en su mano y se las pego en el lugar en donde lo había atacado deteniendo así el hielo.

Yo bufé en respuesta y di media vuelta para irme por el pasillo ancho que estaba a mi izquierda. El pasillo era impresionantemente hermoso. Las paredes de tierra estaban perfectamente pulidas y con un brillo inexplicable que las hacia ver elegantes, sin mencionar las hermosas lámparas con forma ovalada que decoraban a las mismas e iluminaban el lugar. Los pasos de Jayden y Michael me hicieron saber que me seguían. Segundos después se colocaron a ambos lados de mi.

Luego de un par de minutos llegamos al final del pasillo en donde una enorme cámara vacía nos esperaba. El lugar era gigantesco y extrañamente estaba vacío. Solo tenia una pequeña puerta por donde solo entraria una persona diminuta.

—Busca el elixir del encogimiento, a ver si no nos emborrachamos —solté una pequeña risa al escuchar las palabras de Jay.

—Al fin llegas, llevo un mes completo esperandote —mire hacia el enano que salía por la pequeña puerta con curiosidad, era el mismo enano que había salvado en el infierno.

—¿Para que? —pregunte algo atontada.

—Necesito tu ayuda urgentemente —sin decir más se dio la vuelta y volvió a entrar por la pequeña puerta.

Los chicos y yo nos miramos interrogativamente y el enano hizo su aparición otra vez.

—Cierto, no son pequeños como yo —comenzó a darle pequeños golpes a la pared en busca de algo que nosotros desconociamos, entonces, una vez encontró lo que buscaba comenzó a empujar la pared hasta que una puerta secreta se abrió —por aquí si entran —nos acercamos a el y pasamos por la puerta entrando a un pasillo igual que el anterior, solo que este tenía repisas con jarrones y adornos, además de que las paredes estaban llenas de cuadros de personas viejas.

—¿Para que me necesitas? —pregunte una vez mas.

—Mi esposa enfermó cuando me fui, y esta de mal en peor, no quiero que muera, por eso necesito tu ayuda —con pasos veloces recorrimos ese y otros pasillos con la misma caracteristica del anterior hasta que estuvimos frente a una puerta doble hecha de madera clara, entramos por ella y del otro lado había una enorme habitacion, con una cama algo grande para la enana que se encontraba recostada en ella.

Su frente estaba sudada y su cabello castaño se pegaba a ella, sus ojos estaban cerrados y sus manos se cerraban en puños tomando las mantas inconscientemente. La habitacion estaba llena de personas, unas quince por lo menos, todos enanos y parados frente a la cama de altura bajita, tal vez para que la enana se pudiera subir sin ayuda de una silla. Mich me dio un pequeño empujón para que me acercara a la cama de la mujer, me quedé de pie frente a ella y me sentia tan grande en este lugar, si bien los techos eran altos todo lo que había era en tamaño miniatura.

—Solo piensa en lo que quieres hacer y lo haras —las palabras susurradas de Jay me dieron el aliento que necesitaba. Estaba nerviosa. ¿Y si no la podía sanar? ¿Y si lo hacía mal? Solté un pequeño suspiro y me senté en el suelo con las piernas cruzadas y aun así podía verla perfectamente.

Extendí mis manos y me enfoque en curarla, sanar su problema, eliminar lo que le aquejaba y tal vez estaba funcionando. Sentí un pequeño cosquilleo y luego unas chispitas doradas salieron de mis manos y empezaron a rodearla. Luego empezaron a salir de mis manos y a avanzar hacia la mujer dando saltos una sobre la otra. Al llegar a ella envolvieron su cuerpo iluminandolo por completo. Luego de unos segundos empezaron a retroceder y a volver hacia mis manos por el mismo camino que habían ido, una vez llegaron al lugar del que salieron desaparecieron como si nunca hubiesen estado ahí.

Las personas presentes y yo esperamos unos minutos, sin embargo nada pasó, ella no abrió sus ojos ni se movió. El enano camino hacia ella y colocó una mano en su frente y sonrió.

—La fiebre le esta bajando —miro hacia mi y me dio una enorme sonrisa mostrando todos sus dientes - estoy seguro de que... —antes de que pudiera terminar la mujer se comenzó a remover —mi cielo al fin estás bien .

—Al fin regresaste —la sonrisa de la mujer fue enorme y cuando el enano la iba a besar ella volteo la cara —¿Que pasa por tu mente? Tengo dias sin lavarme los dientes —yo solté una risotada y los demás en la habitacion me siguieron.

—Has salvado la vida de mi hija. Se que no fue un trueque pero te doy mi vida por agradecimiento —las personas en la habitacion se pusieron de rodillas viéndose un poco más pequeñas de lo que por si eran. Mi rostro se llenó de confusión, pues no entendía nada.

—Mi papa es el rey, aunque él se llama así mismo gobernador para hacerlo ver un poco más democrático.

La mujer parecía nuncas haber estado enferma, su rostro irradiaba felicidad y eso me alegraba enormemente.

—¿Osea que ustedes me ayudaran en la guerra? —pregunté ilusionada.

—Así es, majestad —hice una mueca al escuchar como me dijo, sin mencionar la pequeña reverencia que hizo.

—¿Son buenos arqueros?— pregunte una vez mas mientras todos se volvían a poner de pie. El asintió y yo celebré en mi mente, estábamos casi completos.

—Se que anda muy ocupada pero puede dar un paseo por el lugar y conocerlo, supongo que nunca ha visto una ciudad subterránea —asentí feliz y me puse de pie.

Me acerque a la mujer y le di un beso en la mejilla, le di la mano al rey y luego de despedirme de los demás enanos sali de la habitacion.

—Me sentía como Blancanieves —la verdad es que es imposible no reirse con Mich.

—De Alicia en el país de las maravillas a Blancanieves.

Luego de eso no volvimos a hablar, solo nos dedicamos a caminar uno al lado del otro mientras mirábamos todo con curiosidad hasta que decidí romper el silencio con una pregunta que me rondaba en la cabeza después de lo que Jay me había dicho de Mich.

—¿Quien te gusta, Mich? —pregunte directa.

—Kira —respondió sin titubear.

—¿Acaso te conviertes en gato? —bromee, pero mi chiste no le dio risa.

—No —luego de eso no dijo nada más.

—¿Y a ti, Jay? —el soltó un suspiro y se llevó una mano al pecho.

—A mi no me gusta nadie, yo amo a alguien que es diferente —espere unos segundos hasta que decidió terminar —es que aun no me canso de admirar lo bello y atento que es —fruncí el ceño frustrada, quería nombre —y ese es Axel mi querida amiga —mi boca se abrió con sorpresa y luego la volvi a cerrar al no saber que decir, esa no me la esperaba.

—No le creas, le gusta Malkon —Jay comenzó a hacer una rabieta mientras que Mich reia.

—Quería que se pusiera celosa a ver que hacia, debiste dejar que lo asimila... —Jay no termino de hablar por que se quedo maravillado con la vista al igual que Mich y yo.

—¿Que maldito lugar es este? —preguntó Mich mas para si mismo que para nosotros.

Yo di un paso hacia adelante y comencé a caminar por el puente de cemento que no tenía ninguna barrera de protección hacia los lados y era tan estrecho que solo una persona podía caminar por el, Mich tuvo que caminar detrás de mí y supongo que Jay lo siguio por que no podía verlo.

—¿Que habra abajo? —detuve mis pasos en medio del puente mientras hacia la pregunta.

—Averiguemoslo —antes de que pudiera preguntar cómo Mich salto del puente y yo abri la boca con sorpresa. Al agua si no quería saltar.

Mire a Jay y sin pensarlo me lance al vacío sintiendo esa extraña sensacion de vacio en mi estomago.

—Lucia, detente —extendí mis alas luego de unos segundos de caída libre al escuchar la voz de Mich en mi cabeza. Después de un rato visualice a Mich y a Jay volando al lado mio.

Fuimos descendiendo despacio hasta que pudimos observar la enorme cantidad de oro y reliquias que se encontraban en el lugar.

—Estoy seguro que este es un tesoro y no de un solo dragón —mis pelos se pusieron de punta al escuchar como las monedas se empezaban a trasladar por el movimiento de algo caminando.

—¿Se puede saber qué hacen aquí tres asquerosos demonios? —un grito de pavor se atoro en mi garganta al ver tal criatura.

—¿Los dragones no estaban extintos? —esa fue la única cosa que Jay pregunto antes de que todo se llenara de fuego

Nota

Había publicado el capitulo pero algunas personas me dijeron que no lo podian ver, tuve que eliminarlo y volverlo a subir, asi que disculpen por las molestias.

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