Capítulo 28

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Alerta, errores ortográficos.

¿Esto es real? —pregunte en un susurro sobre su pecho. Oli su camiseta azul y me perdi en su aroma. Olía tan bien.

—Algo asi —levante mi rostro para ver el suyo con una mirada interrogante —soy una ilusion optica pero provocada por mi mismo haciendo y diciendo todo lo que realmente diria si estuvieran asi contigo —se inclino un poco y beso mis labios pausadamente.

—Te extrañe —me sincere.

—Yo mas, creeme —el suspiro —te noto diferente ¿Que ha pasado? —me mordi el labio inferior pensando en si decirle. Decidi contarle solo un poco.

—Fui encarcelada junto con los chicos en el infierno tratando de rescatarte —llorar al recordar a mi hijo.

—¿Y nuestro bebe? —lo mire sorprendida.

—¿Lo sabias? —el asintio y yo abri mi boca sorprendida.

—Tu olor se mezclaba con otro en ciertas ocasiones —asenti - ¿Que paso con el? —el sabia lo que habia pasado, lo se; pero simplemente queria escucharlo de mi

—El y las trillizas lo mataron, me golpearon hasta que tuve un aborto —el apreto mas su agarre en mi cintura —se que pude haber hecho algo mas para salvarlo —el nego.

—Estoy seguro de que si hubieses podido hacer algo mas lo hubieses hecho —me atrevi a mirar su rostro y unas cuantas lagrimas bajaban por el.

—Lo siento tanto, Axel —respire entrecortadamente tratando de no permitir que las lagrimas se derramaran.

—No tienes que disculparte —sonrio y me beso otra vez —estoy orgulloso de ti por sobre todas las cosas. Estas aqui de pie aun despues de haber pasado todo eso sola —me mordi el labio pensando en si decirle o no.

—No fue exactamente sola —el me aparto para ver mejor mi rostro —Walter me ayudo.

—¿Quien coños es Walter? —ay se puso celoso, que lindo.

—Mi creador —el abrio su boca con sorpresa.

—Esa no me la esperaba —dijo tomando mi mano y empezando a caminar.

—Yo tampoco —rei un poco cuando paso sus manos por mis hombros y me acerco a su cuerpo traspasandome su calor por un costado.

—Te amo —mordi mi labio inferior una vez mas en menos de media hora.

—Yo te amo mas —el sonrio y nos adentramos en el bosque —¿Tu como has estado?

—Encarcelado —rio un poco —pero no podia soportar un minuto mas sin verte, por eso estoy aqui aunque sea solo una ilusión.

—¿Que te ha hecho? —el sabia a que me referia, pero estaba segura de que no queria decirme.

—Nada importante, solo pequeñeces —sabia que mentia, pero al igual que yo no queria contarme ya que seria muy tormentoso para ambos saber lo que sufria el otro en su ausencia sin poder hacer nada para evitarlo —¿Este lugar es real? —poco a poco ibamos saliendo del bosque para entrar en el pequeño prado y luego detenernos en el muelle.

Mi Ángel GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora