Esclavos de la noche.

Od xobriendrauhl

195K 8K 191

Todo iba vien en la vida de ___, hasta que Justin Bieber se cruzó en su camino. Desmoronando sus esquemas, ca... Viac

Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
Capitulo 35
Capitulo 36
Capitulo 37
Capitulo 38
Capitulo 39
Capitulo 40
Capitulo 41
Capitulo 42
Capitulo 43
Capitulo 44
Capitulo 45
Capitulo 46
Capitulo 47
Capitulo 48
Capitulo 49
Capitulo 50
Capitulo 51
Capitulo 52
Capitulo 53
Epílogo

Capitulo 25

3.8K 156 3
Od xobriendrauhl

Tu mente no es un lugar peligroso para mi.”

Supongo que el plan no era malo. Podría perdonarle en algún momento. Pero solo con palabras no iba a conseguirlo. No después de todo lo que había dicho y como lo dijo. Pero, ¿y si es verdad? ¿Y si lo dijo todo aquello por alguna razón? ¿Y si eso era todo mentira y sentía algo por mí realmente? Entonces, ¿qué motivo le habría llevado a todo eso? ¿Por qué alejarse de esa manera de mi? Yo no podría odiarle. Y tampoco puedo ahora. Sé como es su vida. Sé las cosas que ha tenido que pasar, pero no le conozco del todo. Tal vez esconde algo, algo en su pasado o en alguna parte. ¿Por qué mandarlo todo a la mierda? Necesitaba respuestas y solo había una persona capaz de dármelas.

De todas formas, tenía miedo. Tenía miedo de qué esperar de él, de lo que podría encontrar si preguntaba mas a fondo, tenía miedo de enamorarme de él y que me hiciera daño.

Estas enamorada, idiota.

No.

Lo sabes muy bien.

Pero no quiero permitírmelo.

No vas a poder negarlo mucho tiempo mas.

Hundí mi cara en al almohada. No pienses, no pienses, no pienses. Bip, bip. Estiré mi mano hasta la mesilla y agarré mi móvil sin levantar la cara de donde se encontraba. Lo encontré a tientas y leí el mensaje.

De Matt:

Hola, princesa. ¿Has tenido un buen día?

¿Había tenido un buen día? Primero Katy, luego Justin y después mas Justin. Había sido un día movidito la verdad. Me incorporé y me apoyé sobre el cabecero de la cama. Respondí.

Para Matt:

Ha sido movido, mas bien. ¿Y el tuyo?

De Matt:

Cama y mas cama. ¿Te apetece una peli?

¿Una peli? Es decir, ¿como una cita? La verdad es que mis ganas de enfrentarme al mundo hoy se veían reducidas a cero. Incluso menos. Tenía uno de esos días de invierno en los que sólo te apetece un libro y una manta calentita. Aunque esto incluso me apetecía en verano. Hoy me apetecía mucho desconectar de todo y encerrarme en mi mundo. No hacer caso a nada del exterior. Quería viajar a mi mundo paralelo yo sola.

Bip, bip. Matt estaría esperando una respuesta. Impaciente.

De Justin:

Gatita, abre la ventana y vente conmigo.

Creo que sabéis de sobra con quien me fui.

Agarré mis cosas lo antes posible. Me levanté de la cama a toda velocidad y eché un vistazo por la ventana. Pude verle apoyado en su moto delante de mi puerta. Sonreí como una idiota. Me puse mis vans negras, arreglé mis vaqueros, cogí mi jersey granate favorito y el abrigo. No era lo mejor para arreglarse pero me sentía cómoda siempre vistiendo así. Corrí al baño y me peiné un poco. Hay que hacer algo con este desastre. Coloqué mi pelo a un lado y al otro. Seguía rebelde. Pinté la línea de mis ojos. No creo que necesite mucho más. Me miré en el espejo dando el visto bueno una vez que me acostumbré a mi reflejo.

Agarré el móvil y respondí. A ambos.

Para Justin:

No tengo que usar la ventana, tengo una buena puerta en la entrada.

Para Matt:

Lo siento, Matt. Mi madre me ha pedido que le acompañe a por los regalos de navidad. Otro día, ¿vale?

De Justin:

Con eso pierde toda la magia, sosa.

De Matt:

Ok, nos vemos otro día.

Sabía que Matt se había enfadado. Pero en este punto supongo que me daba igual. Que directamente seguía a mi instinto, a mi corazón. Y mi mente se maldecía por dentro por no seguir el plan inicial de libro y manta. Supongo que tal vez pudiera haber libro, manta y Justin. Pero algo me decía que en la ecuación sobraban dos cosas, y una no era precisamente Justin. Ya me disculparía por Matt. Ahora sólo me fijaba en el chico que había delante de mi puerta y que me miraba con su estúpida sonrisa una vez que hube abierto la puerta principal.

“____, ¿te vas?” Preguntó mi madre desde la cocina. Asomó la cabeza cuando oyó el sonido de la puerta abriéndose.

La miré y asentí. Todavía sonreía. “Si, voy... Voy a casa de Matt con unos amigos.”

Asintió y me devolvió la sonrisa volviendo a meterse en la cocina. “No llegues muy tarde, ¿de acuerdo? Sé que es viernes pero te quiero aquí a las 23:00 como muy tarde.”

“¡De acuerdo!” Grité una vez que hube cerrado la puerta.

Me dirigí medio corriendo, medio saltando hasta Justin. Me veía como una idiota, seguro. Una copia de Heidi corriendo por el campo. Pero no podía negar la felicidad que estaba invadiendo mi cuerpo. ¿Todo esto por un tío? ____, controlate.

No podía.

“Hola, gatita. ¿Lista?” Lamió sus labios y me devolvió la sonrisa.

“La verdad es que sí, pero lo estaría mas si supiera donde vamos...”

Soltó una fuerte carcajada y agarró el manillar de la moto. Pasó uno de sus pies alrededor y se sentó en ella. Miraba al frente todavía riendo.

“Si te lo dijera, perdería la gracia, ¿no, sosa?” Volvió a mirarme, esta vez con las cejas levantadas. Se creía que todo era obvio. Ts.

“No tenía ni idea de que fuera una sorpresa. ¿Haremos algo como, globos y tarta?” Respondí con ironía.

“Mucho mejor, que eso. Todo está en mi cabeza. Planeado a la perfección.” Cogió las solapas de su chupa y colocó la chaqueta sobre sus hombros. Fardando, por supuesto. “Deberías adivinarlo, gatita.”

“Para que lo sepas, no estoy en tu mente, idiota. No sé que estas pensando a cada momento.” Me apoyé en uno de sus hombros y me impulsé para subirme en la moto. Encajé mi culo en el asiento y agarré su cintura. Mas bien su abrigo.

“Si estuvieras en ella, saldrías corriendo.” Echó un vistazo tras de él, a mi. Una sonrisa maliciosa, sexy.

“No te tengo miedo.” Susurré acercando mi cara a su oído.

“¿Seguro...?” Giró el acelerador. Una, dos, tres veces. La moto rugió fuerte. Intentaba asustarme.

Mi boca mostró la misma sonrisa que él. Iba a ganar este juego.

“Tu mente no es un lugar peligroso para mi.” Susurré.

“Pero mis pensamientos, sobre todo los que tengo sobre ti, son los mas peligrosos.” Su voz se tornó ronca. Esto estaba subiendo a otro nivel. Y me gustaba. Me gustaba mucho.

Lo hice a propósito. Y me encantó su reacción. Acerqué mis labios a su oreja, rozándolos suavemente. “Entonces... podría hacerlos realidad.”

Noté su cuerpo tensarse. Me aparté mostrando mi sonrisa. Él en cambio no sonreía. Cerró los ojos cogiendo aire y se dio la vuelta. Colocó sus pies y aceleró. Esta vez de verdad. Llevándonos por la carretera. Me agarré con fuerza a su cintura. Su cuerpo todavía estaba tenso bajo mis manos.

No sé de donde había sacado estas cosas, pero me encanta.

**

“¿Vamos a patinar... sobre hielo?” Tragué saliva y le miré.

No había hablado en todo el camino. Y yo había insistido bastante en que me respondiera. Había estado nerviosa todo el trayecto. ¿Y si le había molestado mi comentario? Era Justin. No podía haberle molestado nada de eso.

Esta vez, por suerte, habló. “Si, ¿no te gusta?” Preguntó una vez que ambos habíamos bajado de la moto.

Estábamos en una plaza enorme. Rodeada completamente de árboles que a su vez rodeaban una pista de hielo en el centro. Los árboles estaban rodeados por luces de colores. La pista estaba casi vacía, pero aún así podías ver a las parejas de la mano, patinando. Algunas personas miraban la pista desde fuera. La verdad es que era una estampa bonita. Muy bonita. Inspiraba navidad por todas partes.

Asentí. “Me gusta pero...”

Una risa se escondía en su voz. “No me digas que no sabes patinar.”

Se estaba riendo de mí, genial. Eso me cabreó. “Claro que sé. Te lo demostraré.”

Pasé por delante de él sin mirarle. Se iba a enterar. Vería como sabía patinar a la perfección. Mejor que él, incluso. Me acerqué hasta la pequeña caseta situada en la puerta de la pista y pedí al encargado unos patines de mi talla. Justin se acercó por detrás de mí y pidió otro par, de su talla esta vez. Tenía una sonrisa burlona en la cara. Pero increíblemente sexy. Agh.

Agarré mis patines una vez que el encargado los trajo y le di las gracias. Me fui a sentar en uno de los bancos para ponérmelos. Debería recordar como se ponían. Quité mis zapatillas dejándolas a un lado y metí ambos pies en los patines. Cruce, cruce, cruce y lazada. Repetí. Ya tenía los patines. Justin se había colocado a mi lado y estaba atando sus patines cuando me dirigí hasta la puerta. Un paso, dos, tres...

Me coloqué en la puerta y metí un pie en el hielo. Escurridizo. A quien pretendía engañar, en cuanto me metiera ahí dentro me caería de boca. Creo que me quedé mucho tiempo en la puerta esperando y pensando en las múltiples heridas y daños que podría producirme el meterme ahí dentro. Y mas sola. Justin se acercó por detrás y agarró mi cintura con ambas manos, apoyando su cabeza en mi hombro, mirando la pista.

“Desde aquí no vas a patinar, gatita. Hay que entrar dentro.”

“Ya lo sé.” Solté su agarre con mis manos y entré en la pista decidida.

Me mantuve en pie. Lo suficiente para poder sonreír un segundo, porque al segundo siguiente estuve a punto de caerme de bruces. Mis reflejos me protegieron y pude agarrar la valla con fuerza. Salvada.

“Bueno, gatita, muéstrame lo bien que patinas.” Su sonrisa y su vacile me estaban llevando al límite. Quería golpearlo.

Me separé de la valla y moví mis pies con cuidado. Uno detrás del otro. Me movía a centímetros por hora. Mierda.

Una mano se extendió hacia mi. “Ven, anda. Yo te enseño.” Dijo Justin, esta vez de verdad.

Cogí su mano y él entrelazó sus dedos con los míos. Tiró de mi despacio para acercarme a él, colocándome a su lado. Señaló sus pies.

“No tienes que andar, tienes que ir deslizándote, ¿de acuerdo? Hacía los lados.”

Movió su pie izquierdo hacia la izquierda, con un suave desliz. “Y ahora impulsas también tu cuerpo, acompañándolo.”

Impulsó su cuerpo como había dicho. Se movió un poco hacia la izquierda, tirando de mi brazo.

“Ahora el mismo movimiento con la derecha, y luego repites.”

Patinó un poco hacia delante para que pudiera observar como se hacía. No separó su mano de la mía. Repetí sus movimientos pero con mas torpeza. Conseguí llegar hasta él sin apartar mis ojos de mis pies. No quería caerme.

“Muy bien” dijo sonriendo. “Ahora vamos hacerlo un poco mas deprisa. Ven conmigo.” Tiró de mí con él.

Iría a donde quisieras. Callate.

Asentí y le seguí. La mayor parte del tiempo tiraba de mí y me llevaba. Pero poco a poco iba aprendiendo a moverme sin él. Iba patinando poco a poco. Un pie, luego el otro, deslizando, no caminando. Como él me había enseñado. Dimos unas cuantas vueltas a la pista. La gente que nos veía soltaba alguna risita o susurraban. Debíamos de estar dando un buen espectáculo. Era la única que no sabía patinar. Mi cara ardía. Juraría que estaba del mismo color que mi camiseta. Pero Justin sólo se fijaba en mí y en mis pies. Las veces que había tropezado me había sujetado justo a tiempo para no caerme. Se lo agradecía infinito la verdad. No quería dar aún mas el espectáculo y me sentía un poco inútil. No le dejaba patinar tranquilo y sabía que lo estaba deseando.

“¿Cómo es que sabes patinar tan bien?” Pregunté sin venir a cuento. Estaba regañándome por no mover los pies como debía.

“Hacía hockey cuando era pequeño. Impulsate, ____.” Dijo con sus manos en mi cintura, delante de mi, mirando nuestros pies. Como hacía yo.

Intenté seguir sus instrucciones.

“¿Eras bueno?” Mantenía mis manos en sus hombros.

“Por supuesto” noté una sonrisa de satisfacción. “El mejor de todos. Vamos a probar una cosa...”

Levanté la mirada mirándole con miedo. “¿Qué cosa?”

Nos paró a ambos en medio de la pista. Levantó la mirada y soltó mi cintura para agarrar mis manos y dejarlas caer con las suyas. Empezó a patinar hacia atrás, alejándose de mí. Mierda, mierda.

La sonrisa de idiota que tanto me gustaba apareció cuando estuvo a una distancia importante. Importante al menos para mí, que podía pegarmela en cualquier momento.

“Ven hasta aquí, gatita.”

“¿QUÉ?” El grito sonó muy alto. Mierda.

“No tengas miedo, no vas a caerte. Estoy aquí, ven hacia mi.” Me animó.

Asentí no muy convencida. Sabía que no iba a poder ni llegar a la mitad. Recordé las instrucciones y patiné hacia él. Derecho, izquierdo, derecho, izquierdo. Recuerda que también tienes que impulsar el cuerpo. No mires al suelo, así te caes, no mires al suelo. Cuando quise darme cuenta Justin tenía abiertos su brazos hacía mí. Estaba cerca. Había patinado todo este camino. ¡BIEN, BIEN!

¿Sabéis eso de que no cantes victoria antes de tiempo? Pues ahí lo tenéis. Justo cuando sus manos agarraban las mías me tropecé hacia delante. Mi puntera había golpeado el suelo. Caí hacía delante pero Justin fue lo suficientemente rápido para poder cogerme. Pero no pudo mantener el equilibrio. Caímos los dos al suelo. Yo encima de él, él encima del suelo. Cerré los ojos con fuerza antes del impacto. Cuando llegamos al suelo Justin reía con fuerza. Su risa me contagió. Pronto la risa se apagó. Hacia mucho que no estábamos tan cerca, tan pegados. Él notó lo mismo que yo porque su sonrisa desapareció, al igual que la mía. De nuevo solo había electricidad. Esa electricidad que sólo sentía con él. Las respiraciones comenzaron a acompañarse. Sus labios se acercaron a los míos. No hubo quejas, no hubo duda. Besé sus labios. Besé sus labios necesitando esos besos siempre. Amoldó su boca a la mía y nos besamos despacio, con calma, saboreando cada detalle de la boca del otro. Sus manos en mi espalda, las mías sobre sus mejillas. Nos besamos con lentitud, ninguno quería que terminara. Poco a poco nos fuimos separando, había que respirar.

Sonrió ampliamente. “Si cada vez que te caigas va a pasar esto, podías haberte caído mas veces.”

Sonreí con él. Unos cuantos mechones de su pelo habían sido sacados de su linea natural. Eché su pelo hacía atrás, junto con los demás.

“Creo que no me volveré a caer, ya le he pillado el truco.”

“Es una lástima, yo quería mas besos.”

“Entre el profesor y la alumna no es bueno...”

“Bueno, es que tu ya has aprobado el curso.” Eso me hizo reír.

Pero me cayó de nuevo. Sus labios encontraron de nuevo los míos. Y ahora mismo no me importaba estar en el suelo, en medio de una pista y con unas cuantas personas mirándonos.

Era feliz y quería volver a besarle.

Pokračovať v čítaní

You'll Also Like

359K 33.2K 67
Freen, una CEO de renombre, se ve atrapada en una red de decisiones impuestas por su familia. Obligada a casarse con Rebecca, una joven que llegó a s...
Odio a mi vecino Od Anddy ✨

Tínedžerská beletria

36.6K 1.3K 18
Libro registrado en safe creative : 1904140648131 Ann Jones Es una chica qué cursa el último año de escuela. Ella no es la típica nerd, simplemente e...
20.9K 2.3K 14
Alexby ya no podía soportar tantos desastres y problemas causados por sus compañeros, quienes eran los supuestos guardianes de la paz y también los p...
5.5K 717 9
Fanfic de Parker y Rachel