Capitulo 6

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 “Ven conmigo.”

“Puta” susurré.

Acto seguido lo único que pude hacer es volver clase con la máxima naturalidad posible si es que eso se podía. La verdad es que no quería volver a encontrarme con Justin y mucho menos con Katy. Todo eso me resultaba repulsivo. Es decir, las manos de ella sobre él, sus labios rozándose, devorándose, soltando gemidos a la par... ___, para, para, ¿qué estas diciendo? Es Justin. El idiota que se ríe de ti, el imbécil de ojos miel precioso, el cabrón que te insinuó que eras una puta, el gilipollas que tiene un cuerpo de infarto, el capullo egocéntrico que te cabrea y que cuya sonrisa te lleva al séptimo cielo. Esto no podía pasar. No había ningún sentimiento bueno por mi parte hacia él. Es decir, mirale, por lo visto sólo le importa follar en el baño del colegio.

Las siguientes clases pasaron sin que me diera cuenta. La clase de gimnasia al menos me mantuvo algo despierta cuando Emma me lanzó un balón directo a la cara. Creo que hasta debí de agradecérselo incluso. Mi mente llevaba fantaseando durante casi toda la hora con el cuerpo de Bieber y no era especialmente agradable. Claro, que el golpe tampoco lo fue. Cuando acabó no tuve mas remedio que ir a la enfermería a por algo de hielo, no me gustaba la forma en la que estaba mi nariz. Parecía un tomate y no es bonito, si quieres saberlo. Supongo que alguna vez todos nos hemos dado con balones en la cara, pero la mía parece un imán. No soy capaz de contar las veces que había besado una pelota.

Danna ya me esperaba en la entrada de la cafetería. Al menos esta vez se ha acordado de mí. La saludé con la cabeza cuando me vio, cambiando la postura de su cara a preocupación y se acercó a mi.

“No me creo que fueras tú a la que Emma dio el balonazo.” Intentó esconder una pequeña risilla.

“Ya sabes como es mi cara con estos temas” hice una mueca y entramos en el comedor. Al menos él no estaba por ahí.

Agarramos unos platos de lo que parecía ser albóndigas y nos fuimos a nuestra mesa. Eric ya estaba sentado leyendo un libro. Espera. Eric con un libro. Algo no cuadraba en todo eso.

“Eric, ¿qué se supone que haces?” Preguntó Danna antes de que yo abriera la boca.

“Estoy fichando.” Dijo serio. Él pasaba la mirada del libro hacia delante, más allá de nosotras. A la puerta. Hacia ese gesto cada pocos segundos y luego volvía la mirada al libro, disimulando.

“No está aquí, se ha saltado la anterior clase” comentó Danna a sus pensamientos seguramente.

“¿Quién?” Pregunté, aunque me temía la respuesta.

“Justin” respondieron los dos al unísolo.

Solo pude reírme de ellos. Todo esto era ridículo. Sus caras fueron un poema después de eso.

“Oh vamos, solo es un tío, ni que fuera famoso” suspiré.

“Es el chico más sexy que he visto en toda mi vida. Le daba por detrás tantas veces que no puedo ni contar, amiga.” Objetó Eric levantando su dedo índice hacia mi.

Sonreí al verle así. “Me parece que no juega en tu liga, amigo.”

Me guiñó un ojo ante eso y sonrió. “Tranquila, tengo tiempo para hacerle cambiar de idea.”

Los tres reímos ante tal comentario. No podía creer que los dos estuvieran tan ciegos a como era Justin realmente.

“Pues en mi clase no ha estado, asique tal vez no haya venido.” Comentó Danna.

Esclavos de la noche.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora