Capitulo 44

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"¡Soy un jodido mierda que ni siquiera pude cuidar de su mejor amigo, joder!"

Me rompí. Me rompí completamente. Mi corazón no iba a volver a recomponerse. Me faltaba el aire, me faltaba el alma. Las palabras me atravesaban, los hechos dolían. Todo pasaba ante mis ojos y yo no lo creía. No respiraba. No veía. Solo estaba ahí. Quieta, inmóvil, ante el mayor horror que había expresado en toda mi vida. Las manos me temblaban, no podía articular palabra. Mi cuerpo parecía no corresponderme. Nunca debí salir. Nunca debí llegar aquí. Todo estaba mal. Todo estaba roto.

Matt continuaba en el suelo. Buscaba el aire para sus pulmones. Me obligué a reaccionar. A pesar del miedo, a pesar del aturdimiento. Me obligué a ir hasta él. Atrapé su cuerpo entre mis brazos acariciando su cara. No podía ver la herida de bala. No podía ni siquiera bajar mis ojos hasta su pecho. Matt gritaba en silencio hundiéndose en su dolor. Sufriendo. Quemándose por dentro. Me pedí a mi misma ser fuerte y presioné su herida con mi mano. La sangre salía a borbotones, así que apreté con mas fuerza impidiendo que la hemorragia siguiera saliendo. Matt parecía no mirar nada, pero de vez en cuando soltaba algun que otro quejido y cerraba los ojos con fuerza.

"¡Que alguien llame a una ambulancia!" Grité a pleno pulmón.

"___..." susurró Justin dando un paso hacia nosotros.

Levanté la mano con rapided. "¡NO!" Negué con la cabeza y le miré a los ojos. "No te acerques, no te acerques a mí. Aléjate."

"Yo no que-" Lamió sus labios.

"¡MÁRCHATE!" Grité. Las lágrimas resbalaban con fuerza. No podía parar de llorar.

Tenía miedo de él. Tenía miedo de todo lo que había hecho. De lo que había sucedido. ¿Cómo iba a volver a mirarle? ¿Cómo podía querer a alguien así? No, no, esto estaba mal.

Justin dio otro paso hacia mí y yo me apreté al cuerpo de Matt que seguía agonizando. Me estremecí. Teníamos que llevarle al hospital lo antes posible. No podía morir. No iba hacerlo. No ahora. No de esta manera.

"Lo siento." Susurró por última vez Justin. Ni siquiera me miró. Ni siquiera mostró sentimiento alguno.

Tony les hizo un gesto a sus gorilas y a él para marcharse. Justin asintió y todos pasaron por mi lado sin apenas dirigirme una mirada. Ni siquiera a Matt. Justin pasó en último lugar, lo que me permitió pronunciar las palabras que más me han dolido.

"Tenías razón. Eres un monstruo." Murmuré.

Justin apretó su mandíbula y siguió caminando. Ni una palabra. Ni una mirada. Vacío. La puerta se cerró tras él una vez que hubo salido.

"¡RYAN! Oh dios mío, ¡Ryan, por favor!" Grité rompiendo mi garganta.

Mis manos estaban completamente llenas de sangre y Matt cada vez palidecía mas. Se nos acababa el tiempo. Había que actuar ya. 

Ryan salió por la puerta con una sonrisa. "¿Qué demonios...?" Su voz se apagó igual que su rostro al ver la estampa.

"Por favor..." Supliqué todavía llorando, aún mas incluso, si eso era posible.

Ryan sacó su móvil del bolsillo. Marcó el número de emergencias y habló con la persona del otro lado. La ambulancia venia de camino. Se acabó la fiesta. Se acabó el 'nosotros'.

Agarré su mano con fuerza, la acerqué a mis labios y besé cada uno de sus nudillos. Matt estaba tumbado en la cama del hospital. Inmóvil. Con los ojos cerrados. Totalmente pálido. Pero no me importaba. Respiraba. Estaba a salvo. La bala no había conseguido llegar a su corazón, pero había perdido una cantidad considerable de sangre. Los médicos habían dicho que debería estar en cuidados intensivos unas cuantas semanas hasta estabilizarlo completamente y que su cuerpo tuviera la cantidad adecuada de sangre para comenzar a curarse por si solo. Hasta entonces se quedaría aquí. 

Esclavos de la noche.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora