Capitulo 15

3.9K 165 2
                                    

 “Estas preciosa. A Justin se le van a caer los pantalones”

“Así que, tú y Justin...”

“No, yo y Justin nada.”

“Pero va a pasar...”

“Danna, no me rayes mas la cabeza que ya tengo demasiado.” Danna comenzó a reir.

Las primeras horas del día habían pasado con mucha pesadez, pero al menos ya sólo nos quedaba una hora más para irnos. Y entonces...

“¿Sabes que te vas a poner? Yo personalmente, te recomendaría ese vestido morado que tienes.” Hizo un gesto pasando su manos desde su pecho hasta su cintura lentamente. “Ya sabes, el ajustado” susurró guiñándome un ojo poco después. Reí negando con la cabeza.

“Eso sería demasiado para una primera cita y yo no soy Katy.” Respondí sonriendo.

“No, tú eres ___ y estás mas buena que esa zorra” puso cara de asco mientras hablaba de esa idiota y continuó después con una sonrisa. “Pero ese vestido, con unos taconazo, uf... Me pones hasta a mí, guapa.”

La dí un codazo mientras reíamos las dos. Desde el lunes, Justin no había vuelto a pisar el instituto y en cierto modo eso me preocupaba. Habíamos hablado unas cuantas veces por teléfono, con algún 'Hola, ¿qué tal?' y algunos otros 'Te echo de menos por aquí' pero nada mucho más allá. Desde el día de la pelea no habíamos vuelto a vernos. No sabía que hacía, con quien estaba o si volvería a parecer y eso me mataba por dentro. Es decir, después de los besos y las palabras, ¿desaparecería? Le echaba de menos, cierto, pero otra parte de mí tenía ganas de patearle el trasero por no aparecer por ninguna parte. Dios, hasta echaba de menos sus estúpidos 'gatita'. Agh.

Pero ayer llamó de nuevo. Ayer volví a escuchar su voz. Habíamos quedado para esta tarde. Los dos solos. Iríamos a Torna, la discoteca. Jamás había pisado un sitio así, pero según Danna no era mucho más distinto que las fiestas a las que habíamos ido. Asique solo habría humo, música, sudor y mucha, mucha gente. Pero estaba contenta. Se tomaba en serio eso de nuestra “cita”. Vendría a recogerme a las diez. Estaba nerviosa. Para ser sinceros, acojonada. Y por esa misma razón Danna se venía a casa conmigo.

El plan era el siguiente: yo le diría a mi madre que me quedaba con Danna a dormir, ya que Eric nos había invitado a una pequeña fiesta. Eso quitaría las sospechas de la ropa y me permitiría quedarme mas tarde con Justin. Pero al final iría a dormir a casa de Danna, ya que sus padres no estaban y ella me dejaría pasar. Chris y Monica se habían ido de fin de semana romántico, o alguna cosa así según me había dicho Danna. El plan no podía fallar. Pero aún así yo olía que algo no iba a cuadrar del todo y nos hundiríamos como el Titanic. Yo, ella y el resto de la tripulación. Mi madre al menos había dejado pasar el castigo de la otra noche. Hacer las tareas y ser mejor hija habían surtido efecto esta vez. Pero si me pillaba esta noche, no vería la luz del sol de nuevo.

Llegamos a mi casa. Mi madre ya estaba ahí con mi hermano. Esta noche tenía turno nocturno. En una media hora la tocaría irse. Pasillo libre. Se encontraba en la cocina arreglando unas cuantas cosas de su cena para esta noche. Ya vestía su traje habitual de enfermera. Siempre perfecta. Siempre dispuesta a ayudar a los demás.

“Hola, mamá.” Sonreí dándola un pequeño beso en la mejilla. Ella me lo devolvió a la vez.

“Hola, chicas. ¿Vais a ir a cambiaros?” Las dos asentimos. “Pasároslo bien y no lleguéis muy tarde, ¿de acuerdo?”

“La tengo controlada, señora Sanders.” Danna sonrió como las niñas buenas de la televisión. Pero de las buenas de verdad, no de esas que cuando se dan la vuelta son un putón de las buenas.

Esclavos de la noche.Where stories live. Discover now