Capitulo 11

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 "Soy un hijo de puta y voy a serlo el resto de mi vida."

“No podemos ser amigos. Quiero ser más que eso para tí.” Concluyó.

Sus labios aun rozaban los míos y no era difícil separarnos. Estaba agusto, estaba feliz. Estaba donde quería estar. Sonreí cuando oí sus palabras pero entonces me vino a la mente todo lo que había pasado en menos de una semana. Esto no estaba bien. Justin no iba a ser diferente conmigo. La gente no cambia de la noche a la mañana. Seguramente todo esto se le olvidaría y volvería a tratarme como si nada, como una más. Una de su montón. ¿Eso es lo que estaba haciendo? ¿Iba a ser una mas en su lista de ligues? Me sonrisa desapareció poco a poco de mí y me alejé de él. Un paso, dos. Tenía que mantener la distancia. Agaché la cabeza. No iba a poder mirarle después de esto. Si lo hacía caería, creería todas sus promesas y no podía. No era así. Todo iba muy rápido.

"Justin, yo... No sé."

"¿No sabes?" Sus manos se apartaron de mi cintura dejándolas caer. "¿Y el beso?"

Cojí todo el aire que pude obtener. "Todo va muy rápido. Me dices que te gusto pero luego te vas con Katy y las otras. Luego vuelves a decírmelo, nos besamos y después todo empieza de nuevo." Negué con la cabeza soltando el aire en un suspiro. 

"Pero tu me gustas."

"Eso no me da garantías de que mañana tal vez sea otra" mordí mi labio cuando lo solté.

"___, miráme." Su voz comenzaba a sonar enfadada. Esto no nos llevaba a un buen camino. Levanté la cabeza después de repetirme 20 veces que no caería en su juego, que no dejaría que me convenciera. "¿Confías en mi? Dime la verdad"

Tragué saliva y dije la verdad. "Me gustaría poder hacerlo."

Apretó la mandíbula dándose la vuelta en un momento. "Joder." Colocó sus manos sobre su cintura en jarras.

"¿Para que has venido,___?"

"Porque mis amigos me llamaron, no por tí. No he hecho esto para verte..." Había prometido no mas Justin, tenía que cumplirlo. Tenía que ser fuerte en esto.

Pasó una de sus manos por su pelo agarrándo las puntas, tirándo un poco de ellas al final. Soltó el aire y volvió a mirarme. Sus ojos eran oscuros. "Entonces, ¿qué mierdas haces conmigo?"

"Yo... No lo sé..."

"No lo sabes. Genial." Dio un paso mas cerca de mí. "Explicáme entonces por qué coño pierdo el tiempo contigo."

"Hace un momento eras tú el que quería ser más que un amigo." Respondí. La sangre comenzaba a hervir.

Soltó una fuerte carcajada. "JA. Eso solo era una forma de que te vinieras conmigo a casa, gatita." Comenzó a reirse. "¿De verdad has pensado que me gustabas?" Pegó su cara a la mia, mirándo mis ojos fijamente. Su marrón caramelo había sido sustituido por uno mas oscuro, mucho más. "Solo eres una diversión más."

"Eres un jodido gilipollas." Escupí.

"Y tú una niña estúpida que no sabe lo que quiere." Sonrió de lado.

"Para ser algo más que amigos primero habría que serlo. Y tú y no no somos nada." Dije entre dientes lo suficientemente fuerte para que él me oyera.

"Eso es lo que te gustaría, nena, que no fueramos nada." Levantó una ceja desafiante. "Y lo que mas pena me da es que en verdad te gusto y ni siquiera eres capaz de decírtelo a ti misma."

"Gilipollas, no sabes nada de mí." Gruñí. Mis manos se apretaron en puños. Podía golpearle en su bonita cara ahora mismo. 

"Sé lo suficiente como para saber que he sido él único en traspasar tu muro. Y eso, gatita, te jode." Metió las manos en sus bolsillos sacando un cigarro y el mechero. Se alejó de mi unos segundos para encenderselo. Tomo una bocanada y volvió a acercarse, echándo el humo sobre mi. "Estoy en lo cierto, ¿verdad?" Rió con el cigarro entre los labios. 

Esclavos de la noche.Where stories live. Discover now