Capitulo 47

2.2K 98 2
                                    

"Pensaba mas en él que en la persona que estaba en una estúpida cama de hospital."

_____:

“Matt, hey…” Susurré acariciando su frente. “Hola…” Sonreí cuando sus ojos me alcanzaron.

“¿Qué-qué…?” Matt parecía confuso. Se intentó levantar de la cama mientras miraba todo a su alrededor, como si estuviera perdido y a oscuras. “¿Dónde estoy…?”

“En el hospital, ¿recuerdas como llegaste?” Pregunté manteniendo mi voz en el mismo tono.

Matt acababa de despertarse después de una semana entre la vida y la muerte. Había pasado una semana desde que todo se había quebrado, desde que todo se hubo roto. Una semana sin llamadas, sin saber de él y de nadie. Una semana con el único pensamiento en la cabeza de sí volvería a ver los ojos de Matt. De sí todo volvería a su cauce.

Tal vez merecía eso, la culpa. Por confiar en quien no debía, por enamorarme de la persona errónea. Matt estaba en esta cama por mí, por haber ido demasiado lejos. Por pensar que él no sería capaz, por no lo que tenía delante.

No había tenido noticias suyas desde aquel día. Ni un mensaje, ni una llamada. Nada. Y Ryan tampoco. Ni si quiera su familia que vivía ajena a todo esto. Nadie sabía donde estaba, ni si seguía vivo. Cada vez que pensaba que podía estar muerto mi corazón dolía. Dolía como si lo arrancaran. Pero yo sabía que seguía vivo, en alguna parte, con quien fuera, pero vivo. Y eso, por lo menos, me daba un motivo para no echar todo por la borda. Le echaba de menos, mas de lo que podía admitir. Tal vez, sólo tal vez, volviera. Porque yo sólo quería una noticia suya. Que alguien me dijera que estaba bien, que no le habían hecho daño. Que a pesar de todo, seguía vivo. Con eso podría seguir adelante. Sola. Sin él. Como debería haber hecho hace tiempo.

“No, no recuerdo nada a parte de estar bailando con vosotros y… y luego…” Frunció el cejo como si se estuviera obligando a recordar. “Sa-salí con Justin… y… Joder, no puedo. ¡Maldita sea!” Matt dio un fuerte golpe al colchón con la mano frustrado.

“Para, Matt. No te obligues, ¿de acuerdo? Poco a poco.”

“Cuéntamelo, ____. Por favor.”

“Yo-“

“¡Hijo!” La voz de la madre de Matt se coló por toda la habitación. Sus padres habían salido a comer algo mientras yo me quedaba a cuidarlo. Habían estado toda la semana sin despegarse de su hijo. Casi no habían pasado por su casa y dormían cada noche en la sala de espera si no les dejaban pasar la noche con él.

Me levanté de la silla cuando Johanna, la madre de Matt, fue corriendo a abrazar a su hijo. Lloraba lágrimas de felicidad y abrazaba a su hijo como si le fuera la vida en ello. Dándole amor y cariño. Que era lo que necesitaba en este momento.

“Gracias, ____. No sé que hubiera pasado si no hubiera estado con vosotros.” Charlie, el padre de Matt, me apretó los hombros de forma cariño mientras los dos contemplábamos la estampa. Era un momento íntimo y yo empezaba a sentirme incómoda por obsérvalo. “Si ese ladrón hubiera movido unos centímetros mas el brazo mi hijo no lo hubiera contado. Gracias a Dios, vosotros estabais con él. Tiene que entender que no puede ser siempre el héroe.”

“Eso siempre se lo he dicho.” Forcé una pequeña sonrisa. Levanté la vista y le miré haciendo una mueca. “Os dejo solos, tenéis que disfrutar ahora.”

“Gracias.” Escuché la voz de Johanna antes de cerrar la puerta tras de mi.

Necesitaba café. Fuerte.

Esclavos de la noche.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora