Capitulo 24

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No estoy enamorada de ti.”

Recogí mis cosas y ante el armonioso sonido de la sirena del instituto, salí lo mas rápido que pude. No quería hablar con nadie en ese momento y mucho menos con Justin. A pesar de que había escapado por los pelos. Me daba igual lo que hubiera hecho con Katy. Me daba igual que hubiera vuelto a venir a clase. Todo era un cúmulo de cosas y yo estaba cansada de tanto drama. Todo era a su alrededor. Todo lo causaba o venía con él. No podía más. Quería que me apartara y eso era lo que iba hacer.

Llegué a mi taquilla a toda mecha. Abrí en segundos sin ni siquiera ver si había acertado con la combinación. Por suerte lo hice. Abrí de un fuerte tirón haciendo que golpeara con fuerza. El sonido sonó demasiado alto. Me sonrojé. Deja de hacer el patoso. Respiré y cerré la taquilla con cuidado después de vaciar y sacar el nuevo material. Literatura, genial.

Me propuse no pensar. No quería bloquearme mas la cabeza con problemas. Tenía que pensar en el baile. Danna estaba emocionada por él y mas me valía encontrar una pareja y aparentar tener la misma ilusión que ella, si no quería que me llevara a rastras desde mi casa hasta aquí medio desnuda el día del baile. Las únicas opciones válidas que tenía eran Matt y Eric. De momento gana Eric por mayoría. Si es que conseguía convencerlo de venir conmigo. A veces era muy complicado.

Mientras caminaba sentí unas manos alrededor de la cintura. Seguido de un fuerte empujón hasta el baño de los chicos. Maldita sea la hora en la que tuve que pasar por ahí.

No me hizo falta averiguar quien era. Lo sabía perfectamente. Y no quería estar aquí con él.

“Largate.” Le dijo a un chaval que se estaba cerrando la cremallera justo cuando entramos.

Gilipollas. No pensaba en serio que hablaría con él. No podía ser tan estúpido. Me soltó, lo que hizo que pudiera abrir un espacio entre nosotros. Me di la vuelta encarandole.

El chaval le miró con miedo y salió corriendo. Lo más rápido que había visto nunca. Me sorprendió que un crío corriera así.

“Yo también me marcho.” Anduve dos pasos pero su cuerpo impidió mi camino. Me quedé mirando su pecho fijamente. No iba a mirarle a los ojos. Y si lo hacía no iba a ser una mirada agradable.

“No.” Sentenció. “No te vayas, por favor...” Su voz se volvió una súplica.

“No tenemos nada de lo que hablar. Todo está muy claro.” Empujé su cuerpo con el mio.

Sus manos volaron a mi cintura de nuevo y me apartó con cuidado. Me colocó en frente de él. Su mirada buscaba la mía. Pero no iba a encontrarle.

“____, mirame.”

“Dejame irme, Justin.”

“Tienes que escucharme, si no...”

“¿Si no, qué? ¿Me pegarás como hiciste con Matt?” Esta vez si le miré. Esa frase me dolió como a él después de soltarla. Seguía enfadada, furiosa.

“Jamás te haría a-”

“Pero a mis amigos sí. Eres repulsivo.” De nuevo empujé mi cuerpo con el suyo. Quería salir ya.

“Lo sé. Lo sé, ¿vale? Sé toda la mierda que soy y por eso estoy intentando arreglarlo.” Suspiró pesadamente y apretó su mandíbula.

Ahora era él el que no me sostenía la mirada. Sus manos se apretaron en mi cintura.

Esclavos de la noche.Where stories live. Discover now