*No One POV*
Draco no podía dormir. Demasiadas cosas pasaban pos su mente, tantas que habían llegado a abrumarlo. Decidió que no podía seguir en la cama, necesitaba distraerse. Corrió las cortinas, se puso su bata, sus pantuflas y bajó a la sala, esperando poder pensar junto al fuego.
Sólo que alguien ya había usurpado su lugar.
-¿Alice?
La chica dio un pequeño respingo al oír su nombre. Bajó su libro y sus ojos miel se encontraron con los grises. Ladeó su cabeza, automáticamente, esperando la pregunta.
-¿Se puede saber, en nombre de Merlín, qué haces despierta a esta hora?
-Sólo son las 4:30 am.
-¿Sólo? Tenemos clases mañana.- dijo el rubio y reparó en el libro en las manos de la pelinegro- ¿Estabas haciendo deberes?
Alice negó con la cabeza.
-Estaba pensando.
Draco se acercó a ella y sentó en el gran sillón junto al fuego.
-¿Sobre?
-La frase "sus ojos brillaban como el sol". Si los ojos de alguien brillaran como el sol, no podrías verlos directamente. Además, ¿qué clase de ojos brilla tanto como el sol? ¿Cómo brillan los ojos? Sé que la luz se refleja pero, ¿brillar? No tiene sentido.
El rubio la miraba con una sonrisa que podía decir muy bien que estaba tan horrorizado como divertido por el hilo de pensamientos de Alice.
-¿Eso te mantiene despierta a las 4:30?
-En realidad, no podía dormir y quise leer un poco. Siempre hay una luz prendida en las habitaciones, cerca de las ventanas, para leer de noche. Pero esto no es Ravenclaw, así que bajé para no molestar a nadie. La frase llamó mi atención.- dijo y volvió a mirar al fuego.- Es común en mi casa. Nos desvelamos haciéndonos preguntas como esta.
-Suena extraño.
-Lo sé, pero es normal para nosotros.- dijo y se levantó- Buenas noches, Draco.
Malfoy no alcanzó a decir nada, pues la chica ya estaba subiendo las escaleras.
Alice se acostó en su cama con más dudas de las que ya tenía. Tal vez, debería dejar de estudiar a Malfoy y a Potter por un tiempo. Tal vez, ellos no tenían la respuesta a lo que buscaba.
Al día siguiente, todo fue muy raro entre la Ravenclaw y el Slytherin. Draco estaba totalmente intrigado por ella y por las cosas raras que hacía, mientras que Alice era atormentada por un recuerdo que preferiría no poseer. No se dirigieron la palabra en todo el día, sobre todo porque la chica lo evitaba. Draco subió solo a la torre de Astronomía y se llevó una gran sorpresa al ver a Moon con sus amigas águilas.
-Podremos observar un conjunto de estrellas muy particular esta noche- decía Cloe, emocionada. La voz llegó a oídos del rubio, quien se dispuso a escuchar mientras armaba su telescopio.
-¿Cómo lo sabes?
-El techo de la sala lo mostró, Alice. No podemos esperar a que vuelvas y mostrarte las cosas nuevas que los alumnos de primero aportaron.
Draco observó la sonrisa triste de Alice.
-¿Estas bien?- le preguntó Mia.
-¿Qué? Ah, si, si. Sólo estoy cansada, una frase de un libro me mantuvo despierta.
-¿Qué frase?
-Sus ojos brillaban como el sol.
-Pero... los ojos no brillan.
-Pensé lo mismo, Cloe, pero no había nadie para discutirlo.
-¿Nadie?- la voz de Mia sonaba aterrada. Acomodó su pelo azul y entornó sus ojos ámbar.
-Nadie. La sala queda vacía de noche. Y no tienen luces para leer.
-¿No tienen luces para leer?- ahora era Cloe quien sonaba horrorizada. Alice asintió mientras se acomodaba los lentes y su amiga de pelo marrón procesaba semejante noticia. la clase comenzó tres minutos después y Alice se fue con las serpientes, lejos de Draco.
*Alice POV*
Me despedí de mis amigas y seguí a Katy a la sala. Dejé mi telescopio debajo de la cama y tomé mi libro, aquella novela muggle que afirmaba que los ojos brillaban como el sol. Me senté junto al fuego, intentando ignorar el hecho de que Malfoy se había sentado a mi lado. Casi podía oír los gritos internos de Pansy. Nos quedamos en silencio, yo concentrada en mi libro y él en no se qué.
-Patético- susurró. Levanté la vista de mi libro para dirigirla a donde estaba la suya. En la mesa de deberes se encontraban los alumnos de primer año mirando aterrorizados a sus libros.Cerré mi libro de golpe y me dirigí a la mesa, consiente de que su mirada me seguía.
-¿Necesitan ayuda?
Si digo que hasta los cuadros me miraron, no exagero. Los pequeños me observaban en silencio. Una pequeña rubia asintió y me senté a su lado, ignorando al resto de las serpientes.
-¿Cómo te llamas?
-Athenea- susurró.
-Alice, para servirte. ¿En que puedo ayudar?
-No encuentro la respuesta dos.
Observé su guía de preguntas y después el libro. Agradecí a Merlín que no hubieran cambiado de libro en tantos años. Flitwick siempre usaba el mismo y gracias a eso me lo conocía de memoria.
-Estás en la página incorrecta. El mapa que buscas está en la página 38, no la 56.
La pequeña sonrió y buscó la página. Al instante, todos los alumnos de primer año me pidieron ayuda. Incluso algunos de segundo y tercer año. Contesté cada pregunta con una sonrisa, realmente feliz de ver por primera vez algo que en Ravenclaw pasaba siempre. Nadie, absolutamente nadie, hacía los deberes solo.
-¿Qué haces?- preguntó Draco, con desdén.
-Comparto mi sabiduría- contesté, sin dejar de mirar el pergamino que estaba leyendo.
-No hacemos eso. No somos Ravenclaw.
-Dudo que tú dictes las reglas por todos. Pero no tiene nada que ver con eso- dije, aún sin mirarlo y tomando un pergamino en blanco. Comencé a escribir cosas en este, para que pudiera completar la respuesta.
-Los Slytherin...
-Que seas Slytherin- lo interrumpí, mientras mojaba la pluma en tinta- no quiere decir que no seas sabio. Los Hufflepuff también son valiente. Los Gryffindor pueden ser amables y caritativos. Los Ravenclaw podemos ser ambiciosos. Tu casa no te define, Malfoy.
-Fuimos elegidos aquí porque...
Levanté mi vista y por primera vez en el día, mis ojos se encontraron con los suyos. Dejó de hablar. Dejé la pluma en la mesa y me levanté, agradeciendo que había terminado de ayudar. Busqué mi libro y, en el silencio de la sala, pude escuchar mis pasos. Una vez que mi novela muggle estuvo en mis manos, me paré frente a Draco Malfoy.
-Fueron elegidos aquí porque tienen más aptitudes de Slytherin que de otra casa. Pero también son amables, valientes y sabios.- mi voz retumbó en la sala. Me dirigí a las escaleras y comencé a subir hacia mi dormitorio.
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Espero que les guste, gracias por leer :)