Capítulo 22: Pequeñas Decisiones, Grandes Cambios

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*No One POV*

Parecía que el tiempo se detenía y la guerra pasaba a un segundo plano. Alice abrazaba el pequeño cuerpo de su amiga mientras las lágrimas no dejaban de caer y la tristeza daba paso a la rabia. La zona del castillo donde estaban se había vuelto insegura y peligrosa, pero la chica se negaba a moverse. No dejaba de susurrar el nombre de su elfina entre sollozos y de suplicarle que no la dejara. No dejaba de asegurarle que la quería, que todo iba a estar bien, que saldrían juntas de esa situación. 

-Ali, tenemos que irnos de aquí. No es seguro.

La chica negó con la cabeza, protegiendo con su cuerpo a la elfina cuando una lluvia de maleficios se estrelló contra una pared cercana.

-Podemos esconderla en uno de los nichos de las armaduras, la protegeremos con encantamientos. 

Harry no podía evitar mirar, su cerebro negándose a reaccionar. Ron y Hermione estaban cerca, lastimados levemente por la explosión pero vivos. Draco se acercó lentamente al grupo y puso su brazo alrededor del hombro de Harry, su pierna derecha sangrando culpa de algunos vidrios que se habían incrustado en ella. Harry notó que el rubio estaba adolorido y pasó su brazo por su cintura, dándole apoyo. 

-Por favor, Ali.- dijo Fred, abrazando a la Ravenclaw lentamente. Moon finalmente asintió y Fred tomó el cuerpo de Jules en sus brazos al mismo tiempo que Percy curaba a Draco. Una vez listos, el grupo corrió por el pasillo hasta encontrar un lugar seguro para la elfina.

-Salvio hexia. Protego totalum...- Fred y Ron se encargaban de los hechizos mientras Percy se aseguraba de que los demás estuvieran en condiciones para seguir luchando. Intentaban planear que hacer a continuación cuando la voz de Alice los distrajo.

-Camelopardalis.- dijo, con un tono frío y cargado de rabia. La lechuza se posó su brazo y dejó que la chica girara la piedra en su cuello. Voló hacia el patio justo a tiempo: la luz que surgía de la piedra de luna la envolvió y, al desaparecer, dejó en su lugar a una enorme lechuza del tamaño de una jirafa. El animal posó sus ojos en su ama, quien ignoraba las miradas de sus amigos y señalaba hacia el patio, donde los Mortífagos y sus aliados estaban luchando.-Omnes interficere.

La lechuza ululó y voló al campo de batalla, matando con sus garras a cualquier enemigo que se le acercara lo suficiente. El grupo observó boquiabierto como el animal peleaba con un gigante, pero no tuvo mucho tiempo de admirar la batalla; ya que una monstruosa araña del tamaño de un auto apareció por el hueco de la pared. Antes de que alguno pudiera reaccionar, Ali se posicionó frente a la bestia. El círculo negro en su muñeca brilló y sus ojos se volvieron rojos mientras levantaba la varita y apuntaba a la araña.

-¡Avada Kedavra!

Un resplandor de luz verde iluminó el corredor, más potente que cualquiera que Harry haya visto antes. El chico notó que no solo mató a la araña que los atacaba, sino también a muchas de las que venían detrás de esta. Alice se giró hacia el grupo, su mirada pasando por Draco hasta llegar a Harry. Asintió levemente con la cabeza y corrió por el pasillo, con resplandores verdes saliendo de su varita y la muerte detrás de ella.

💎 💎 💎

Mientras Draco dejaba al trío de oro para unirse a Fred y Percy, Alice Moon corría por los pasillos camino a las mazmorras. Lanzaba hechizos a diestra y siniestra, matando Mortífagos o hiriéndolos de gravedad. Observaba por todos lados como las defensas que había planeado con el ED daban resultados: el piso estaba lleno de pociones derramadas y más volaban por las escaleras, lanzadas por los alumnos de las cuatro casas trabajando en sincronía. Iba a seguir corriendo, lista para atravesar un tapiz, cuando un grito la detuvo. 

Había un niño. Un alumno de apenas 11 años a punto de ser atacado por un Mortífago. Un estudiante de Gryffindor, con varita pero con poco conocimiento de la magia que lo ayudaría a defenderse. Ali apretó su varita y no terminó de decidirse cuando vio a un alumno de quinto de Slytherin, gravemente herido, intentar lanzar hechizos para proteger al niño. Pensó en Jules y en su madre, dando su vida para preservar la suya. ¿Cómo honrar semejante sacrificio? Matar Mortífagos no era suficiente, jamás lo sería. Pero salvar alumnos... Levantó su varita y usó el mismo hechizo que había usado en su primera reunión. Con la amenaza neutralizada, se acercó a los estudiantes. 

-¿Puedes caminar?- el chico de Slytherin negó. Ali hizo aparecer una camilla y lo acostó ahí, ahora mirando al pequeño de primer año.- Empuja la camilla detrás de mí, voy a llevarlos a un lugar seguro. ¿Sabes usar Expelliarmus?

El niño negó, pero el Slytherin dijo que el podía lanzar el hechizo. Moon asintió y siguió su camino con los chicos detrás de ella. Pero no fueron los únicos. Había más alumnos de los años más bajos, estudiantes en pijamas y batas que no habían llegado a la evacuación. Pronto tuvo una gran fila siguiéndola, desde los alumnos de primero que necesitaban protección hasta los alumnos de los cursos más altos que estaban lastimados o necesitaban un pequeño descanso.

Ali no dejó de atacar a quien se cruzara en su camino y no fuera de su bando. A la mitad del recorrido se encontró con Draco, quien había sido salvado por Potter una vez más. Se unió a ella de inmediato y ayudó a despejar el camino hasta que llegaron a la Sala Común de Slytherin. El rubio dijo la contraseña y el torrente de alumnos de las cuatro casas entró a la única sala común que se mantenía en pie.

-¿Cuál es el plan?- preguntó Draco una vez que todos los alumnos estuvieron adentro. Ali no respondió, pero si le sonrió débilmente antes de subirse a una mesa.

-¿Puedo tener su atención?- todos la miraron y el silencio reinó.- Mi nombre es Alice Moon. Necesito que los alumnos que aún conservan su varita y conocen hechizos sanadores ayuden a los heridos. Los que no crean que puedan volver a salir al campo de batalla, les pido que se queden en la sala y protejan a los alumnos de los cursos menores. Todo estudiante que no tenga una varita, por favor encuentre a un estudiante que sí tenga y quédense juntos. Aquellos que necesiten descansar pueden usar las habitaciones, así también como aquellos que necesitarán mayor cuidado. Si un alumno de los cursos más bajos conserva su varita y se empareja con un alumno de los cursos más altos que no la tenga, por favor denles sus varitas para que puedan protegerlos. Los estudiantes que sientan que quieren volver a pelear, les agradezco su ayuda en traer a los refugiados aquí. Por último, los que quieran salir de vuelta pero no a pelear les pido que se unan a mí y a Draco Malfoy en la búsqueda de heridos y menores para traerlos aquí.

Apenas terminó de hablar, los alumnos se pusieron en acción. Ali y Draco recorrieron la sala ayudando como podían, consolando chicos y moviendo a los heridos. Cuando un cierto orden se estableció, se juntaron con el pequeño grupo que se les uniría en la búsqueda. Organizaron zonas para recorrer en grupos de a cuatro, Draco les dijo la contraseña y salieron de la Sala Común de Slytherin.

-¿Estás segura de que van a estar bien ahí?- le preguntó Draco al mismo tiempo que tomaba la mano de la chica para no perderla en la batalla. Y porque le gustaba tomar su mano, claro está.

-Los Mortífagos no van a atacar Slytherin, Voldemort cree que es la única casa que vale la pena. No va a destruir el legado de sus ancestros.

Draco asintió, mientras Ali pensaba en su propio legado. Y en lo furioso que estaría Eric si supiera que su única hija, criada en la Magia Oscura, estaba ayudando a alumnos de todas las casas y tipos de sangre a vencer a Voldemort. 

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Omnes interficere: Mátalos a todos.

Lo que me costó escribir esto no tiene nombre, creo que es el capítulo más largo de toda la novela y la verdad estoy muy contenta de como quedó. Espero que ustedes piensen lo mismo. Les recuerdo que en esta recta final para descubrir los secretos de Ali cada pequeño detalle importa. 

Espero que les guste, gracias por leer :)

Intercambio de Casa {Completa}Where stories live. Discover now