Capítulo 35: El Principio del Fin

3.3K 341 18
                                    

*No One POV*

El Departamento de Misterios se había convertido en un violento campo de batalla.  Los Mortífagos que seguían de pie tras la caída de las estanterías se dividieron en grupos de dos para encontrar a los estudiantes. La única orden era no matar a Potter, por lo que usaban cada maleficio que conocían sin reparos.

El Ejército de Dumbledore se había separado en su huida y habían peleado contra los Mortífagos buscando la forma de reagruparse. Para todos aquel lugar representaba un laberinto interminable y Harry se daba cuenta de lo urgente que era sacar a sus amigos de allí. Pero primero, tenía que encontrarlos.

Volver a juntar a todos en una sola habitación había sido más difícil que la primer prueba del Torneo de los Tres Magos. Potter prefería mil veces volver a pelear con un dragón que exponer a sus amigos al peligro de nuevo. Hermione estaba seriamente lastimada, apenas con pulso, y tenía que ser cargada por Neville, quien también estaba herido. Cuando los tres se encontraron con Ron, Luna y Ginny, notaron que el chico actuaba de manera extraña y que la menor de los Weasley se había torcido el tobillo escapando de los seguidores de Voldemort. El cerebro de Harry estaba demasiado ocupado intentando averiguar la forma de salir y por eso le costó entender la pregunta de Neville, quien había acostado suavemente a Hermione en el piso y observaba la habitación llena de cerebros con desesperación.

-¿Y Alice?- preguntó. Menos Ron y Hermione, todos miraron al chico. Luego miraron a su alrededor.- ¿Dónde está Alice?

Lo cierto era que la Ravenclaw no estaba lejos de sus amigos. Los Mortífagos que la habían encontrado, Crabbe y Rabastan, dudaron en atacarla al ver su mano derecha. La chica aprovechó el momento de debilidad de sus enemigos para lanzar un maleficio sobre ellos: trazó un círculo con su varita tres veces y luego la movió como si fuese un látigo. Usando magia, Alice parecía danzar. Los Mortífagos quedaron atrapados por cuerdas invisibles, momento que Moon aprovechó para cruzar por la primera puerta que encontró. Observó el lugar tras sellar la entrada a su espalda. Todo lo que contenía esa habitación era un arco con un velo. Olvidando la situación que estaba viviendo, Alice se acercó a aquel objeto fascinante. Toda precaución abandonó el cuerpo de la chica mientras bajaba las grandes gradas que la separaban del arco y, una vez frente a el, estiraba una mano para acariciar el velo. Grave error.

-Ali.

La chica se sobresaltó, pero no se apartó del objeto. Creía conocer quién la llamaba, pero era imposible.

-Aquí estoy, cariño.

Era una voz dulce, melodiosa, llena de cariño. Los ojos de Alice se llenaron de lágrimas, su mano atravesando poco a poco el velo. Negó con la cabeza repetidas veces, con los ojos cerrados. 

-Vamos Ali, abre los ojos.- la chica no obedeció. Una caricia en su mejilla la hizo gemir de sorpresa. Se sentía tan cálida, tan cercana, tan familiar.- Todo esta bien.

La caricia se extendió por su cuerpo. Era un abrazo. Lágrimas caían por las mejillas de Ali, cuyo cerebro se negaba a creer semejante milagro. No podía ser. 

-Ya todo está bien, mamá esta aquí.

Detrás de los anteojos, los ojos miel de Moon se abrieron de golpe para observar la figura que la abrazaba. Tenía pelo negro y era alta, llevaba puesto un buzo y unos jeans. Una varita sobresalía del bolsillo trasero. Lucille Moon se separó de su hija y le dirigió una sonrisa cargada de bondad. 

-Mamá...- susurró Ali, su voz quebrada por el llanto.- ¿Cómo...?

-Shhh, no hay tiempo para eso bebé. Ellos llegarán en cualquier momento y necesitas irte antes de que eso pase- dijo la melodiosa voz de Lucille- Puedo ayudarte.

Intercambio de Casa {Completa}Where stories live. Discover now