Maratón 2/4
Bella.
Busco en mi bolso la tarjeta que el recepcionista me había dado. En cuanto la encuentro, abro la puerta de la suite que compartiríamos durante estos dos días y la mañana del siguiente día y soy la primera en pasar al interior de esta con el carrito.
Sonrío.- Me encanta.
Dejo el carrito de Alan a un lado de la entrada de la suite. Saco al bebé del carrito mientras Max entra y, tras dejar el carrito en la entrada de la pequeña cocina, camino hacia el final de la suite.
La habitación era increíble. La pared de la cama estaba pintada era de color crema y con dibujos de ramas de árboles. Además, las paredes eran de madera y la cama era una de las más grandes que había visto en un hotel. Delante de la cama, habia un escritorio alargado de madera de color crema al igual que el sillón. En la pared del final, era una gran cristalera por la que podías ver las luces del hotel reflejadas en la piscina del jardín y el otro lado del hotel, también iluminado con luz morada. Antes de la habitación, se encontraba uno de los dos baños de la suite y, entre la que sería mi habitación y el baño, había un pequeño pasillo que llevaba a la habitación de Max que se podría decir que es exactamente igual que la mía.
-¿Te gustan las luces?- pregunto a Alan ya que toca la cristalera de la habitación de Max justo en donde aparecían las luces moradas.
El bebé sonríe al mismo tiempo que intenta coger una de las luces. Max camina hasta nosotros y suelto una carcajada cuando imita al bebé intentando coger las luces moradas.
-¿Bajamos a cenar?- dice Max al mismo tiempo que dejo a Alan junto a Izan en la cama del chico.
Le miro mal. Cojo de nuevo a Alan y vuelvo a dejarlo en la cama por segunda vez.
-¿Y si nos cambiamos de ropa? Así si Alan se duerme después, no tenemos que despertarlo para cambiarlo y yo estoy más cómoda.
-Pues mientras yo me ducho.- Max se tumba en la que será su cama y continúa.- ¿Tu no te duchas?
-¿Tu no tienes frío?- pregunto divertida en un tono bastante alto.- Además, me he duchado a la mañana.
Max suelta una carcajada.- Vaga hasta para ducharse.
-Tu eres el que está tumbado en la cama.
Los dos reímos.
-Me iré a duchar antes de que la enana saque su fuerza y me tire de la cama.- dice incorporándose en la cama.
Suelto una carcajada. Golpeo su hombro cuando pasa y, en cuanto desaparece, soy yo quien se tumba en la cama.
Tiro mis deportivas en el suelo de la habitación. Cojo a Alan en el aire y lo coloco en la cama de manera que pueda quitar sus deportivas sin tener que incorporarme en la cama.
-¿En donde hay toallas?- pregunta Max entrando en la habitación. En cuanto me ve tumbada en la cama, abre la boca en forma de O haciéndose el indignado.- Lárgate de mi cama o haré que lo hagas.
Suelto una carcajada.- Intenta hecharme.- digo en un tono desafiante.
Max sienta a Alan en el centro de la cama haciendo que tema por lo que pueda hacer. El chico camina hacia el lado de la cama en el que estoy tumbada y observo como camina hacia mi mientras me planteo el levantarme y salir corriendo.
-Te doy una segunda oportunidad para que te largues.
Niego con la cabeza aguantando la risa y Max ríe.
-Tu lo has querido.- de un segundo para otro, me levanta de la cama cogiéndome en brazos. Corre hasta la que será mi cama durante estos días y deja caer mi cuerpo sobre esta.
-¡Otra vez!- grito riendo desde la cama.
Max me mira alzando una ceja. Vuelve a cogerme en brazos y esta vez, me tira a la cama desde más distancia.
Suelta una carcajada.- Que sepas que estás mal de la cabeza.
Suelto una carcajada.- ¿Qué has dicho? Me pareció entenderte que no vaya a por toallas.
-¡He dicho que te quiero mucho!- grita riendo.
-Eso ya me ha gustado más.- digo al mismo tiempo que Max entra en el baño de su habitación.
Me levanto de la cama. Cojo las maletas y dejo la maleta de Max en la entrada de su habitación tras haber dejado mi maleta al lado de mi cama.
Vuelvo a mi habitación tras comprobar que Alan está bien. Me siento como un indio en el suelo y abro la maleta en el suelo de la habitación para sacar ropa. En cuanto cojo mis pantalones cortos negros de chándal y mi sudadera rosa junto con mis Stan Smith, dejo la maleta a un lado y me desvisto.
Entro en la habitación de Max mientras escucho el sonido de la ducha y cojo en mi regazo al bebé.
-Vuelvo ahora, ¿vale?- pregunto desde el marco de la puerta ya que Max estaba duchándose y la ducha estaba rodeada por una cristalera y una puerta.
-¡Vale!- dice desde el interior de la ducha.
Diez minutos después, estoy de camino a nuestra suite. Abro la puerta y, en cuanto la cierro y dejo a Alan en mi cama, llevo al baño de Max la mitad de las toallas que me han dado.
-¿En donde te las dejo?- pregunto al chico al mismo tiempo que tapo mis ojos con mi mano libre.
-¿Puedes dármela?- pregunta al mismo tiempo que escucho como la puerta de cristal se abre.- ¿Qué haces con los ojos tapados?- ríe.
-¡No pienso abrirlos!- digo riendo. Extiendo una toalla y siento la mano mojada de Max sobre mi mano cuando la coge.
¿Ahora pretende que le cambie el pañal a Alan?
***
Max.
-¿Crees que ya habrán dejado la cuna en la habitación?- pregunta Bella.
Mientras cenábamos, Bella había pensado que podríamos hablar con alguna persona de recepción para que llevasen a la habitación una cuna en la que pudiese dormir Alan ya que así, todos dormiríamos mejor. Y así habíamos hecho, mientras Bella y Yaiza terminaban de cenar en el restaurante del hotel, Benja me había acompañado a recepción para pedir que llevasen a nuestra habitación una cuna para Alan.
-Supongo que si, habéis tardado media hora en terminar de cenar.- digo divertido.
-Ja ja ja.
Bella mueve despacio al bebe que sostiene en sus brazos ya que, por un momento, parecía que iba a despertarse.
Dejo que Bella sea la primera en salir del ascensor. Los dos caminamos hacia nuestra habitación y, en cuanto meto la tarjeta en la ranura que hay en uno de los lados de la puerta, entramos en esta.
-¿Cuando vienen?- pregunto a Bella mientras camina hacia las habitaciones de la suite.
-Yaiza me dijo que se cambiaba de ropa y venían.- entra en mi habitación cuando no ve ninguna cuna en la suya y continúa.- ¡Qué cuna tan bonita!
Camino hasta mi habitación. Cuando llego, veo a Bella sentada como un indio en mi cama mientras tapa a Alan con la ropa de la cuna.
-Cuando tengas hijos, serás una buena madre.- apoyo mi cuerpo en el borde de la pared.
Bella se gira y me mira.- ¿Te imaginas verme con una pequeña versión de mi?
Suelto una carcajada.- Te imagino llevando de la mano a una niña de un año, con los mismos ojos que tu y vestida con la ropa que lleves puesta pero en versión para bebé.
Sonríe.- Lo veo posible.
Los dos reímos.
Mi móvil empieza a vibrar en el bolsillo trasero del pantalón de chandal gris que había puesto después de ducharme.
-¡Hola!- digo en cuanto contesto la llamada.
-¡Abre la puerta de vuestra suite y dile a la gilipollas de mi amiga que active el sonido de su móvil!- dice Yaiza antes de cortar la llamada.
Suelto una carcajada.- Dice que actives el sonido de tu móvil.- dejo mi móvil sobre la cama y corro hasta la puerta de la entrada.
Abro la puerta de la entrada de la suite y veo como Yaiza está sentada en el suelo del pasillo con Benja al lado.
-Entrad.- digo divertido al mismo tiempo que me coloco a un lado de la puerta para que entren.
-¿Tenéis una botella?- pregunta Yaiza al mismo tiempo que entra.
-¿Una botella?- pregunto con el ceño fruncido.- Bueno, no sé que me extraña viniendo de ti.
Benja suelta una carcajada.- A mi ya no me sorprende nada.- cierro la puerta y continúa hablando.- Cuando estábamos en el ascensor, se le ha ocurrido que podríamos jugar a la botella.
-¿Por qué nunca tiene buenas ideas?
Sabía lo que pasaba cuando jugaba a ese juego ya que, escogiese lo que escogiese, siempre tenía consecuencias y cuando Bella y Yaiza podían preguntar, las consecuencias iban en aumento.
Cuando paso a mi habitación, veo como Bella se levanta de mi cama. Veo como la chica abre la nevera de la cocina desde donde estoy y cierra la puerta de esta cuando ha cogido una botella de agua.
-¿Jugamos en mi habitación para no despertar a Alan?- pregunta caminando hacia su habitación.
Cuando llego a su habitación, me siento a su lado en el suelo de la alfombra y espero a que Yaiza y Benja se sienten para empezar el juego.
-¿Quien gira la botella?- pregunta Benja sentándose al lado de Yaiza.
-Una mano inocente.- dice Bella dejando la botella de cristal en el centro del círculo que habíamos hecho.
-Aquí no hay de eso.- río.
Bella suelta una carcajada.- Pues... Empiezas tu.
Todos reímos.
-La has cagado.- le sonrío pícaro a Bella y giro la botella.
La botella se queda quita justo delante de la rodilla de Yaiza y esta tapa su cara lamentando haber dicho la idea de jugar.
-Mierda.- dice haciendo que todos riamos excepto ella.
-¿Verdad o reto?
-No seas cabrón con ella.- dice Bella.
Resopla.- Reto.
Lo seré.
-¿Has corrido en ropa interior por el pasillo de algún hotel?- le pregunto a Yaiza.
Yaiza retira sus manos de la cara y me mira con los ojos abiertos como platos.
-¿Estás mal de la cabeza?- grita.- Te vas a cagar.
La chica se levanta del suelo. Quita sus deportivas, después las mayas negras que llevaba puestas y, segundos más tarde, la sudadera negra de Adidas.
-¿No puede llevar una chaqueta o algo?- pregunta Bella mientras deja la ropa de la chica sobre su cama.
-Bueeno.- digo alargando.- Pero porque sé que sino lo hago, la venganza será mayor.
Benja se quita la chaqueta negra que lleva puesta sobre una camiseta de VANS y la chica tapa sus brazos con ella sin subir la cremallera de esta.
Todos acompañamos a Yaiza hasta la puerta de la entrada. Enciendo la cámara de vídeo de mi móvil y espero a que Bella abra la puerta para que Yaiza corra por el pasillo del hotel.
-¡Esto es la guerra!- grita antes de salir corriendo de la habitación.
Bella.
-Te has pasado.- digo riendo a Max. Lo cierto es que era demasiado gracioso ver como Yaiza corría por el pasillo de la planta con miedo a que alguien saliese de una de las habitación.
-¿Se vengará a lo exagerado?- pregunta mientras graba como Yaiza esquiva un carro de la limpieza.
Suelto una carcajada.- Pues seguramente.- veo como la chica corre hacia el último pasillo, el mismo que lleva a la suite y continúo.- Aunque no lo hará de esta manera.
Max me mira como si estuviese preguntándome de que maneras se puede vengar de el y me limito a sonreír. Lo cierto es que intuía que, como me tocase a mi o a Max, tendríamos que hacer o responder algo realcionado el uno con el otro.
Yaiza entra corriendo en la habitación y, tras cerrar la puerta, Benja, Max y yo nos sentamos haciendo un círculo en el mismo lugar que antes mientras la chica vuelve a vestirse.
-Como lo publiques en algún lado, me vengaré de la peor forma que puedas imaginar.- dice subiendo las mayas negras por sus piernas.
La chica, ya vestida, se sienta junto a Benja y gira la botella. Estaba segura de que no era la única que miraba aterrorizada como la botella daba vueltas.
Mierda.- pienso al ver como la botella apunta a Max.
-No jodas.- dice al mismo tiempo que coloca su flequillo hacia arriba.- ¡Maldito karma!
Benja y yo reímos.
-No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas.- Yaiza sonríe al terminar de hablar.- ¿Verdad o reto?
-Sé que voy ha arrepentirme de esto pero sabes demasiadas cosas como para escoger "Verdad".
Sonríe pícara.- Quita la camiseta y túmbate en la cama. Bella, coge el bote de nata que guardé en tu bolso.
-¿Por qué hay un bote de nata en mi bolso?- pregunto riendo a Yaiza.
-¡Te lo di antes de venir porque no entraba en mi bolso!
Suelto una carcajada.- Cierto.
Saco el pequeño bote de nata que hay en el interior de mi bolso y, tras dejar este en donde lo había dejado cuando habíamos llegado a la suite, le doy el bote a Yaiza.
-¿Qué vas a hacer conmigo?- pregunta Max sentado en mi cama todavía con la camiseta tapando su cuerpo.
-Mejor dicho: qué hará Bella.
Miro con cara de pocos amigos a Yaiza cuando escucho esto último.
-¿Qué?- preguntamos Max y yo al unísono.
-Tienes que hechar nata por todo el pecho de Max, desde arriba hasta abajo y quitársela con la boca.
-¡Yo no tengo la culpa de lo que te hizo!- digo en un tono bastante alto mientras miro a Max.
-El ha escogido reto.- se encoge de hombros.
Cojo de nuevo el bote de nata. Camino hasta donde Max está sentado y este se deshace de su camiseta.
-¿Estás segura?- pregunta en un susurro.- No tienes porque hacer esto.
Suspiro.- Es un juego, ¿no?
Max me mira. El chico se tumba a lo largo de la cama y hecho nata por todo su pecho desnudo. Dejo el bote en una de las mesitas de noche que hay a los lados de la cama y me coloco sobre la cintura de Max como había hecho tantas veces.
-Coloca la camiseta debajo de tu culo.- dice tras haber apoyado mis manos en su cintura.
-¿Qué?- le miro apretando mis labios para no hecharme a reír.
Ríe.- ¿Por qué crees que lo hace?
Cojo la camiseta que había dejado a un lado de la cama y, tras colocarla debajo de mi culo, coloco de nuevo mis manos en su cintura.
-¡Joder! ¿No puedes ponernos otro reto? Yo bajo en ropa interior abajo.- digo desesperada.
Quería hacer esto pero en otra situación, no cuando Benja estuviese grabando la escena y fuese obligado por Yaiza.
Cuanto los odio...
-¿Es la primera vez que lo haces o qué?- pregunta la chica desde el suelo.
-No.- responde Max riendo.
No puedo evitar reír. Un par de segundos después, deslizo mis manos por la cintura de Max como venganza y, tras apartar mi pelo hacia el lado en el que están Benja y Yaiza, beso su cintura.
Deslizo mis labios por las líneas que había hecho con la nata y siento como los latidos de Max se aceleran al igual que los míos. Para cuando llego al final de la línea, en el borde de su cuello, no puedo evitar morderle. Me incorporo encima suyo y me bajo de la cama.
-Reto hecho.- digo en un suspiro.