Stella Harrinson
Cada día que pasa estoy más de acuerdo con eso de que la vida es demasiado impredecible, porque cualquier mínima decisión o cualquier acto repentino puede cambiar el rumbo de las cosas, a tal punto de que aquello que iba a ser de tal manera, puede convertirse en algo completamente diferente, y yo me encontraba en uno de esos momentos...
—Deja de sonreír como loca y dinos ¿con quién de nosotros vas a dormir?
Aegan, Jack, Luke, Ares y Heist estaban atentos a mi respuesta, estaban a la expectativa de a quién iba a escoger, sin embargo, yo sabía a la perfección aún sin conocer a dónde nos llevara todo esto, que la decisión que tomará justo ahora podría influir de manera crucial en el mañana, por eso deje de pensar con mi vagina y decidí utilizar mi cerebro y mantenerme al margen.
—¿Quién les dijo que dormiría con alguno de ustedes?
La cara de Aegan se contrajo, y perdió esa seguridad que poseía.
¿Enserió perderás esta oportunidad? —preguntó mi subconsciente, pero lo ignoré
—Hacer eso no es lo correcto, yo soy una señorita y ustedes pues...
Ustedes pues... son nada más y nada menos que los cinco chicos con los que he fantaseado más de lo que admito y con los que no dudaría ni un segundo en perder mi virginidad, y permitir que me den como cajón que no cierra una y otra vez, por esa razón es mejor ser cautelosa y guardar distancia, fin.
El susurro de Jack me trae devuelta a la realidad después de esa perfecta y muy descriptiva opinión personal.
—Se los dije, ella merece su espacio.
Al escuchar sus palabras recuerdo la gran diferencia que hay entre Jack y todos los demás, esa diferencia yo la conozco a la perfección, porque antes de diciembre (el libro al cual pertenece Jack por si no lo saben) lo he releído millones de veces y cada vez termino más enamorada que las veces anteriores. Porque es de esos libros que me ayudó a recapacitar y reconocer aquellos comportamientos que no están nada bien, me ayudo a darme cuenta que no solo necesito a alguien que me dé como cajón que no cierra, ojo, no estoy diciendo que no es necesario, es solo que siempre debe de haber más, mucho más, porque estar con alguien no es solo conectar en el sexo, es conectar con palabras, es conectar con el alma, con el corazón.
Jack, no es quizás el más hermoso de los cinco chicos en mi habitación, incluso pasa desapercibido entre tanta belleza, pero, aunque los demás irradian seguridad y perfección física, el irradia dulzura, comprensión y buen corazón. Y todo eso a veces, vale más que cualquier nariz perfilada, que cualquier mandíbula definida o que cualquier sonrisa perfecta, porque todo lo físico en algún punto se acaba, se deteriora, se termina, en cambio los buenos sentimientos siempre permanecen, siempre se quedan.
<<Porque a veces puedes ser muy lindo para fuera, pero estar podrido por dentro>>
—Todos dormirán en el cuarto de papá.
Les avisé y ninguno protestó.
Dónde sea está bien—Dijo Ares mirándome fijamente y ni se si veo lujuria o rabia, acaso... ¿le di en su ego de chico fockboy irresistible?
De una aviso, que dormiré en la cama—Chilló Aegan
¿Y cómo por qué tú? —preguntó Heist a la defensiva.
No vayan a pelear por eso ahora—se enfadó Luke—no sean tan patéticos.
Los azules ojos de Luke chocan con los míos y noto como su mirada se siente neutra, vacía, pero no comprendo la razón, porque el solo sabe de milagro que su nombre es Luke, más no recuerda lo de su hermano o los abusos de su papá, así que debería poder verse feliz ¿no?. Supongo que quizás, hay heridas que están ahí, que no se van sin importar dónde o con quién estés, solo permanecen para siempre aun cuando tú no recuerdes el porqué.
Al rato después de que se cansaron de pelear y discutir entre sí, los guíe a la habitación de papá, y los ayude a acomodar la cama y una colchoneta que solemos guardar para las "visitas", aunque tenemos más de dos años que nadie nos visita, pero en fin, ese no es el caso. Al final fueron Heist, Ares y Aegan quienes se quedaron con la cama y Luke y Jack en la colchoneta.
Aún creo que todo esto de que estén aquí es una locura, pero por muy surreal que sea, es cierto y debo hacerle frente, debo saber que pasa, debo mantener la calma y aprovechar esto, que, aunque es el sueño de miles de lectoras soy yo quien tiene la posibilidad de vivirlo.
Me recuesto en la cama, y poso mi mirada en ese pequeño pizarrón que guinda de la pared...
-Luke...Heist...Ares...Aegan...y Jack.
Leo sus nombres en voz alta y suspiro pensativa, miro el techo y una pizca de miedo me invade, porque ellos son importantes para mí y yo no significó nada para ellos, además, la idea de que puedo enamorarme, de que puedo aferrarme a todos o uno de ellos es aterradora, ya que sin importar lo confuso que sea esto, lo único seguro aquí, es que tarde o temprano deberán volver, deberán irse.
..........................................................................
El fin de semana se pasó volando, entre sonrisas genuinas, juegos de carta, algunos momentos incómodos ocasionados mayormente por comentarios de Aegan, la cuadripolaridad de Ares, el mal genio de Luke, hermosos actos de Jack y algunas pequeñas recurrentes discusiones se pasó el tiempo y ya es lunes de nuevo.
Aegan, ¿te falta mucho? —toqué la puerta del baño.
Ve a los otros baños, este no es el único —gritó desde la regadera.
También están ocupados, muévete—le digo mientras toco la puerta con fuerza—tienes 30 minutos ahí dentro.
—Entonces espera, debo oler bien en mi primer día en esta nueva vida...
Aegan puede ser muy molesto si se lo propone, pero también es sobradamente sexy, mantiene como un equilibrio.
—Genial, llegaré tarde por culpa de ustedes.
Solté rabiosa.
Bajé un poco las escaleras y vi de lejos a Heist preparando unos sándwiches, al parecer él, Aegan y Ares hicieron un acuerdo, y era que: uno arreglaba la cama, el otro lavaba la ropa y el otro hacia el desayuno y yo a cambio de comida debía lavar los platos. Si, ellos se apoderaron de la casa como si fuera suya y yo pasé a segundo a plano, como si fuera la visita.
Niñita—escucho a Ares llamarme—baño despejado.
Entro a mi habitación porque sé que él estaba usando mi baño y al entrar veo con el rabillo del ojo como entra y cierra la puerta...mi corazón se aceleró de inmediato y mis alarmas se encendieron.
Se aproxima desfloración, se aproxima.
—Tranquila, ¿por qué esa cara de miedo?
Tragué grueso cuando mis ojos se encontraron con los suyos, y al recuperar la voz le dije:
—Yo... no tengo miedo...
Trate de sonar segura, pero tenerlo tan cerca, y que solo nos estén cubriendo dos toallas no me permite ni siquiera hablar o pensar con seguridad.
—Ah no—una sonrisa se formó en sus labios—veamos si es cierto.
Se pegó más a mí, y pude sentir su respiración mezclándose con la mía, al sentir ese coso entre sus piernas pegado a mi abdomen todo rastro de autocontrol desapareció, mi corazón empezó a latir desbocada a tal punto que podía escucharlo en mi garganta, mi respiración se volvió un desastre, la fuente que se encuentra en medio de mis piernas tenía tanta agua acumulada, que empezaba a derramarse.
<<Madre mía, ¿Quién me salva de esta...?>>
—Puedo ver que me deseas Stella, puedo verlo en tu mirada.
Me hablo al odio enviando corrientes de energía por todo mi cuerpo, pego su frente a la mía y sus labios se encontraron a centímetros de los míos, yo pude cerrar el espacio entre nosotros, pude hacerlo y besarlo, pude dejarme llevar y comerme al Dios Griego, pero eso no era lo correcto.
Ya quisieras...—bajé mi mano a su miembro y sentí la dureza por encima de la toalla—con esto me queda claro quien desea a quien.
Ignorando como mi cuerpo reacciona a él coloco mis manos en su pecho y lo muevo a un lado cuidadosamente para poder pasar y entrar al baño.
—Por el altísimo, eso estuvo cerca.
Suspiré recostándome a la puerta.
Esa tensión en el ambiente hace unos segundos era palpable, era inexplicable, era real, pero lo confuso aquí no es eso, porque Ares está buenísimo, entonces es normal que mi vagina se moje al tenerlo cerca. Lo alarmante es que no solo me pasa con él, sino que cada uno genera ese tipo de sensaciones calenturientas en mí, y no necesariamente cuando invaden mi espacio personal o están más cerca de lo recomendado, solo basta con un roce, una mirada o una sonrisa para sentir dragones revoloteando en mi estómago, para sentir mis pantaletas mojarse, para sentir como mi cuerpo reacciona a ellos y quiero tocarlos, besarlos, sentirlos, pero no puedo....
Si puedes estúpida, soñaste mil veces con eso—responde mi subconsciente.
Terminé de bañarme y salí a mi habitación, esta vez me aseguré de pasarle doble pasador a la puerta porque mi pobre corazón no toleraría otro encuentro de esa magnitud. Hoy es lunes, así que no necesariamente hay que ir al instituto con el uniforme si no que es permitido al igual que los miércoles ir con ropa casual, soy una chica tranquila no soy de las que se preocupan por vestir súper bien, pero tampoco acostumbro a andar como una loquita de la calle, obviamente.
Optó por usar unos vaqueros grises que se pegan a mis piernas y una blusa manga corta roja del mismo color que las botas, decidida bajo las escaleras y todos me esperan en la sala. Se siente como esas escenas en las películas en las que todos esperan a la protagonista, y al final ella baja con un elegante vestido y unos altos tacones, pero yo no soy así y diría que no soy nada cliché, pero realmente lo soy, pues en la mayoría de los libros las protagonistas suelen ser así, como yo.
Una corriente de energía se extiende por mi espina dorsal cuando detallo a esos hermosos chicos en mi sala, la ropa de papá les queda bien: Aegan se ve demasiado sexy, la camisa blanca se apega a su musculatura y aun cuando tapa sus tatuajes esa aura salvaje y varonil permanece, su cabello negro azabache está un poco despeinado y joder, todo en él dice dominar y follar y ganas no me faltan.
Ares está a su lado, y viste exactamente igual, en realidad casi todos excepto Jack visten igual, porque la ropa de papá no es muy variada, aún recuerdo a mamá peleando con él porque siempre compraba camisas blancas y pantalones negros, cuando digo siempre es siempre.
Sin embargo aunque cuatro de ellos visten igual cada uno da una vibra un poco diferente, pues Heist tiene ese tipo de bellezas silenciosas, el no suele hablar pero cuando lo hace te derrites, y solo basta que ponga su mirada en ti para que te sientas desnuda y expuesta de inmediato, Ares es igual pero él no disimula al mirarte, el solo lo hace, está confiado de que es bello y que de seguro estas a sus pies, Luke pasa más desapercibido, no le gusta llamar la atención pero eso a veces es bueno porque la curiosidad de querer saber más, mucho más, te lleva directo a él, a diferencia de Aegan que le encanta ser el centro de atención que con solo mirarlo sabes exactamente como es, sabes que puede ser la perdición pero a la vez estar con él debe ser una bendición.
—Mil horas vistiéndote y vienes con eso.
Dijo Aegan señalando mi atuendo y me siento apenada...
—Tú cállate que se ve hermosa.
El comentario de Jack me da un poco más de seguridad y veo como la sudadera que le preste le queda demasiado bien, él no quiso utilizar la ropa de papá y vio en mi closet esa sudadera con un dibujo del rey león en la parte de adelante y me rogó que se la prestara, era de esperarse porque yo sé cómo ama esas películas.
Tú también te ves muy bien Jack—admití sintiendo mis mejillas arder y viendo como Aegan movía los labios.
Escucho a Luke carraspear y sonrió al notar que tiene su propio estilo, porque aun cuando Ares, Heist y Aegan tiene la camisa por dentro él la trae por fuera, y eso me hace entender que cada uno tiene derecho a ser como es, que está bien tener diferencias porque si viviéramos en una sociedad dónde a todos nos gustará lo mismo, todo sería aburrido y repetitivo.
¿Nos quedaremos mirándonos toda la mañana? —preguntó Ares al ver que no nos movíamos.
No, ya hay que irnos—caminé hacia la puerta y salí al jardín, el frío de la mañana se topa con mi cara y siento un escalofrío.
¿Y el carro? ¿Nos vamos caminando? —sonreí al ver la cara de Aegan
Lo siento señor Aegan, pero no estás en Tagus—solté una carcajada acompañada de Jack.
¿Tagus? recuerdo eso...—se quedó pensativo.
Unas manos se enrollaron de repente con las mías y al girar mi rostro me encontró con la azulada mirada de Heist, su cabello rubio cae rebelde por los lados de su cara y una sonrisa torcida se forma en sus labios.
—¿Te molesta si caminamos de la mano?
Ehm...¿no?—trague grueso.
Y es que no me molesta, al contrario, me gusta, pero me pone nerviosa al punto de que no miro por dónde camino así que estoy propensa a caerme, y como yo vivo más en el suelo que en cualquier otro lugar ya me lo espero.
No me molesta, pero los vecinos pueden vernos—le digo por lo bajo y desenredo mi mano de la suya.
Sin percances caminamos y llegamos al instituto, la enorme estructura frente a nosotros está repleta de estudiantes y el recuerdo de lo triste que me fui de aquí hace unos días azota mi estómago. Aún me pregunto ¿Qué vienen a hacer ellos aquí?, pero Aegan dijo que él se encargaba, el problema es que no sabe lo odiosa que es la directora María, pero me consta lo persuasivo que el suele ser así que bueno.
Me detengo frente a la entrada y los chicos están detrás de mí, esta imagen está de película, sin lugar a dudas. Veo como Aegan mira embobado a algunas chicas, como Jack se mantiene tranquilo, como Heist estudia con su mirada, como Ares se acomoda la camisa para asegurarse de verse bien y como Luke se ve normal, exactamente como yo.
Stella— la varonil voz de Aegan llama mi atención.
—Ah.
Respondo a su llamado.
—¿Tú eres nadadora?
—No, no entiendo porque tu pregunta.
Ya sabes, nada por delante ni nada por detrás—Señaló mi cuerpo y sonrió
La inseguridad que llegue a sentir fue inexplicable, tanto que hubiera querido tener algo para taparme, para que no me vieran, es tan raro porque nunca me ha importado como me vean los demás, pero este comentario logra clavarse en mí, y girarme a ver a las demás chicas y compararme con ellas, y ese es un gran error, porque tú eres tú, y eres perfecta tal cual eres, debes amarte pero...a veces sin darnos cuenta podemos decir cosas, opinar sobre cuerpos ajenos sin tomar en cuenta cómo puede llegar a sentirse la otra persona.
Y es por eso que muchas personas no lo escogieron y decidieron ser team Adrik, porque Aegan suele ser cruel, puede decir cualquier cosa solo para hacerte sentir mal, a Jude se lo hizo varias veces y acepto que llegue minimizarlo porque ahora que soy yo la chica en su lugar me doy cuenta que se siente.
Me acerco a Aegan con los ojos ardiendo... y estiro mi mano con fuera para darle en la cara, el ruido de mi mano impactando con su mejilla llama la atención de los demás y sin importarme le digo:
Nunca en tu puta vida vuelvas a hacer eso—lo señalé a punto de llorar y le di otra cachetada, esta vez en la mejilla del otro lado.
Los demás estaban confundidos porque debido a la gran contaminación acústica que hay en el lugar no pudieron escuchar el comentario de Aegan y lo agradezco, me hubiera sentido mucho más apenada se lo hubieran hecho.
Llena de rabia salgo corriendo y los dejo parados ahí sin explicarles la razón, lágrimas brotan de mis ojos y siento que el mundo se me viene abajo, es increíble como un comentario puede influir tanto en los pensamientos de una persona, como puede bajar su autoestima y hacerla sentir una plasta de mierda seca.
Abro las puertas del baño de chicas el cual está solitario y entro en uno de los cubículos, las lágrimas ruedan por mis mejillas dibujando un camino húmedo de inseguridades que nunca había sentido...
—Ya sabes nada por delante, ni nada por detrás.
El comentario de Aegan y su sonrisa burlona al hacerlo se repiten en mi cabeza una y otra vez, ya no puedo controlar el llanto así que lloro de manera despreocupada, y tomo asiento en el sanitario, escondo mi cara entre las palmas de mis manos y siento las lágrimas caer a ellas. Guardo silencio y me controlo un poco cuando siento y escucho que alguien entrar al baño.
Estas bien...—la dulce voz de Jack suena al otro lado.
—Vete, déjame sola.
Le pedí, aunque en el fondo se sentía bien que estuviera ahí, que me apoyara, eso es muy Jack Ross de su parte.
—No me iré si no es contigo.
Dijo despreocupado.
Te quedaras horas ahí entonces— le avisé
—No tengo problema en eso.
Dijo con tranquilidad. Y por debajo de la puerta pude ver sus pies y como se flexionaba para sentarse en el suelo.
—¿Crees que soy bonita?
Jack parece pensarlo y suspiró
—Eres mucho más que eso Stella, no te compares con nadie porque todos tienen un estilo de belleza diferente...cada quién es perfecto a su modo.
¿Por qué haces esto? ¿Por qué tratas de ayudar? ¿Por qué te importa como estoy Jack? —empecé a llorar de nuevo.
—Lo hago porque a pesar de no conocerte mucho hace unos días cuando aparecí en tu casa de la nada, tú no me trataste mal, tú fuiste comprensiva y no nos diste la espalda.
Una sonrisa de labios cerrados invadió mi cara, aunque él no pudiera verla, las palabras de Jack están reconstruyendo eso que sentía roto.
—Lo hago porque eres una chica grandiosa que con solo sonreír ilumina una habitación completa, lo hago porque a pesar del poco tiempo que llevo aquí he aprendió a quererte...
Y así es como se pasa de estar triste a querer gritar de la alegría, ¿el chico de los recados me ha dicho que me quiere? Si, lo ha hecho, Jack es tannnnnnnn ¡¡¡aaaaaaaahhh!!!, ahora recuerdo porque estoy perdidamente enamorada de él.
—Gracias...no sabes cuánto significa esto para mí.
—No me agradezcas Stelita, lo hago de cariño.
Dragones empezaron a revolotear en mi estómago y dejé de lado esa sensación de insuficiencia, y salí del cubículo. Jack ya se había levantado y me esperaba de pie, al ver sus ojos me dedicó una mirada reconfortante que me dejo sin aire, bajé mi mirada y sonreí por notar lo bien que le queda mi suéter. Es increíble como él logró calmar esa tormenta con solo unas palabras, y ahí es donde radica el impacto que pueden tener las personas en ti, algunas bueno y otras malo.
—¿Tú no tenías clases?
Me recuerda y me apresuró a salir corriendo al salón, pero no me percate que había un charco y me resbale...y iba a estar en el suelo en..3...2...1
—Te tengo.
El aliento de Jack se mezcló con el mío cuando caí en sus brazos, sus manos estaban detrás mi espalda y tan solo su tacto me ponía nerviosa. Sus ojos me encontraron y vi como un brillo se esparció por ellos, mi respiración se volvió un desastre y el corazón me empezó a latir tan rápido que tenía miedo de que me diera un infarto, de seguro si hubiera tenido problemas cardíacos ya estuviera más que tiesa.
La distancia entre ambos era muy corta, tanto así que podía detallar su rostro sin ningún problema, pero lo más alarmante de todo es que solo con un mínimo movimiento sus labios y los míos podrían encontrarse.
¡¡¡Madre mía!!! ¿Qué haré ahora?
Pues besarlo estúpida...
.........................................................................
Nota de Autor: Okokkkkk esto se pone bueno, de verdad espero les este gustando, me estoy esforzando demasiado.
Aquí...dejen su opinión de Aegan:)
Aquí dejen su amor por Jack:)
¿Quién es su personaje favorito hasta ahora?
¿Creen que Stella bese allá? ¿Qué harían ustedes en su lugar?
No olvides votar y comentar, se los agradecería.