Los Que Se Pelean ¿Se Desean?

由 ittsandre

1.6M 94.7K 8.4K

Sentir el calor de mi familia, coger en brazos al pequeño de la familia que, por miedo a volver a Barcelona... 更多

-PRÓLOGO-
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
-NOTA-
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
-NOTA-
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42.
Capítulo 43.
Capítulo 44.
Capítulo 45.
Capítulo 46.
Capítulo 47.
Capítulo 48.
Capítulo 49.
Capítulo 50.
Capítulo 51.
Capítulo 52.
Capítulo 53.
Capítulo 54.
Capítulo 55.
-Nota-
Capítulo 56.
Capítulo 57.
IMPORTANTE
AVISO
Capítulo 58.
Capítulo 59.
Capítulo 60.
Capítulo 61.
Capítulo 62.
Capítulo 63.
Capítulo 64.
Capítulo 65.
Capítulo 66.
Capítulo 67.
Capítulo 68.
Capítulo 69.
Capítulo 70.
Capítulo 71.
Capítulo 72.
Capítulo 73.
Capítulo 74.
Capítulo 75.
Capítulo 76.
Capítulo 77.
Capítulo 78.
Capítulo 79.
Capítulo 80.
Capítulo 81.
Capítulo 82.
Capítulo 83.
Capítulo 84.
Capítulo 85.
IMPORTANTE
Capítulo 86.
Capítulo 87.
Capítulo 88.
Capítulo 89.
Capítulo 90.
Capitulo 91.
Capítulo 92.
Capítulo 93.
Capítulo 94.
Capítulo 95.
Capítulo 96.
Capítulo 97.
Capítulo 98.
Capítulo 99.
Capítulo 100.
Capítulo 101.
Capítulo 102.
Capítulo 103.
Capítulo 105.
Capítulo 106.
Capítulo 107.
Capítulo 108.
Capítulo 109.
Capítulo 110.

Capítulo 104.

1.8K 151 53
由 ittsandre

Próximo Capítulo: Sábado.

Bella.

Max me mira y, entre lágrimas, sonríe.- Lo haremos sin soltarnos.

Un ruido hace que aparte la mirada del chico. Miro hacia mi derecha y, es entonces, cuando veo como un vehículo conduce hacia nosotros.

-¡Max!- grito echándome hacia el.

Ese grito se repite una y otra vez en mi cabeza sin pausa hasta que, sin saber de donde proviene, escucho un pitido discontinuo.

Abro los ojos, entonces recuerdo todo lo que ha sucedido, que el pitido discontinuo proviene de la máquina a la que estoy conectada, que cambiaría mi vida por la de Max y que las dos personas que toman café en el sofá de la habitación, son el salvavidas al que siempre podré agarrarme.

Aparto la mirada de las chicas y veo como, al otro lado de la ventana, está amaneciendo.

-¿Cuánto he dormido?- pregunto haciendo que las chicas se giren hacia mi.

-¡Bella!- dice Sam acercándose a la camilla.- Has dormido desde que te quedaste inconsciente, han tenido que cerrar la herida de la pierna de nuevo.- se gira hacia Yaiza y continúa.- Iré a avisar a la médica de que te has despertado, ¿vale?

-Vale.- Yaiza se levanta del sofá, se sienta a mi lado.- ¿Cómo te encuentras?- pregunta mientras Sam se va de la habitación.

-¿Qué me ha pasado?- pregunto confusa a la chica.

-Lo recordarás cuando se te pase el efecto de los calmantes y el medicamento que te han puesto, pero tuviste una fuerte discusión con Tom.- hace una pausa y continúa.- Nos estabas esperando fuera de la cafetería y cuando salí, te vi apoyada en una columna con todo el vendaje de la pierna sangrado.

Frunzo el ceño.- ¿Me levanté de la silla de ruedas?

Yaiza asiente con la cabeza.- Estabas muy alterada, como desesperada.- me mira, suspira.- Cuando llegué, te caíste sobre mi cuerpo como sino pudieses más.

-Lo siento.

No puedo decir nada más. No recuerdo nada de lo que ha sucedido, supongo que lo haré cuando se pase el efecto de los calmantes.

-No tienes que decir "Lo siento" pero debes centrarte en tu recuperación si quieres avanzar en todo lo relacionado con tu vida.- la chica agarra mi mano.- No puede repetirse lo de ayer, piensa en que sino no podrás ver a Max.

Los ojos se me humedecen al recordar el estado de Max. 

-Está bien.- digo con las palabras entrecortadas.

-Intentaremos convencer a la médica para que puedas ver a Max, ¿vale?

-Por favor. 

Desde la habitación, se escucha como Sam y la médica hablan de camino a esta. Yaiza se levanta de mi camilla y se aparta a un lado.

-¡Hola, Bella!- dice la médica entrando en la habitación.- ¿Cómo te encuentras?- pregunta observando las máquinas a las que estoy conectada.

-Me siento muy débil, pero no tengo dolor.- hago una pausa y continúo.- Siento lo que sucedió ayer, no debí hacerlo.

-No te diré nada al respecto, supongo que pasaste por un momento fuerte y reaccionaste de esa manera.- la médica aparta la mirada de las máquinas, me mira.- Solamente te repetiré que tu cuerpo está débil y no puedes hacer esfuerzos mayores de lo que te permite porque sino, como has visto, la herida se abrirá de nuevo.

-Además de sentirse débil y no tener dolor, no recuerda lo que sucedió ayer antes de quedarse inconsciente.- dice Yaiza.

-Lo recordarás, tranquila.- la médica se sienta a mi lado, continúa hablando.- El efecto de los calmantes se pasará con las horas y el dolor aumentará ya que ahora no sientes dolor a causa de los medicamentos que te hemos dado.

-¿Podré ver a Max?- pregunto temiendo que la respuesta sea "No."

-Dejaré que vayas a verle.- dice haciendo que suspire de alivio.- Pero debes descansar todo lo que quede de mañana y, cuando venga a hacerte las curas de las heridas, te dejaré bajar.

-Está bien, esta vez descansaré.

Aunque me doliese no poder estar más tiempo a su lado, sabía que la médica llevaba razón y debía hacer lo que me pedía.

***

Con la mirada perdida, miro pensativa hacia el sofá en el que Yaiza y Sam están tumbadas. Sé que se debe al medicamento y calmantes que me han dado como Yaiza y la médica me han dicho pero, no ser capaz de recordar lo que sucedió ayer con Tom, me provoca una gran angustia.

Ha pasado media mañana y no puedo dejar de pensar en si le habré herido con mis palabras.

La morena se gira hacia mi haciendo que salga de mis pensamientos.

-¿Por qué no vemos fotos juntas?- pregunta sonriéndome.- Bella seguro que aún no ha visto todas las de vuestra boda.

-¡Claro, vamos a verlas!- dice Sam mientras se incorpora en el sofá.

-Está bien.- aunque me cueste sonreír, aunque no tenga ningún motivo para hacerlo, le devuelvo la sonrisa a Yaiza.

Yaiza y Sam se levantan y, esta última, incorpora la parte de arriba de mi camilla de manera que esté más cómoda que tumbada.

Las dos chicas se sientan en la camilla, una a cada lado de mi cuerpo.

Durante un tiempo, vemos imágenes de la boda de Sam y Raquel que aún no había visto. La última que aparece en el álbum de la galería hace que una sonrisa aparezca en mi rostro. Se trata de la imagen en la que aparezco abrazada a Sam después de que me diese su ramo de novia.

Levanto la mirada, Sam me sonríe.

-Ahora tendré que darte mi ramo de novia el día de mi boda.- digo haciendo que las dos chicas rían.

Miramos de nuevo la pantalla del móvil de Yaiza. La chica sale del álbum en que el tiene todas las imágenes la boda de Sam y Raquel y desliza el dedo hacia arriba, buscando un nuevo álbum con fotos para ver.

En uno de ellos, veo una foto minimizada en la que aparezco abrazada a alguien el día de la fiesta. Yaiza me mira y, tras devolverle la mirada, abre el álbum.

Cojo el móvil de la chica entre mis manos que empiezan a estar doloridas, abro la fotografía. Sonrío al ver como Max y yo disfrazados, reímos en la foto. Amplío la fotografía para ver a Max y viéndole, solo puedo arrepentirme de enfadarme con el en aquel momento, de no haberle abrazado tantas veces como pude antes de que tuviésemos el accidente. Ahora no puedo hacerlo.

-Me da mucho miedo que no se despierte.- confieso a las chicas entre lágrimas.- Jamás me lo perdonaría.

Sam me abraza cuidadosamente, pego mi cabeza a su cuello. Mientras, siento como Yaiza agarra mi mano.

-Max es muy fuerte.- dice Yaiza acariciando mi mano.

-Seguro que pronto vuelve a molestarnos como hace siempre.- dice Sam mientras nos separamos.

-Si, si estuviese viéndote no se separaría ni un momento de ti.

-Todo ha sido por mi culpa, debí darme cuenta mucho antes de que sigo enamorada de Max.- pienso mirando hacia abajo.

Sigo enamora de Max, sigo enamorada de Max...- se repite una y otra vez en mi mente.

-Necesito tiempo, sigo enamorada de Max.

Tom me mira fijamente.- ¿Me lo estás diciendo de verdad?

-Lo siento, siento hacerlo de esta manera.- digo entre lágrimas.

-¿Es lo único que puedes decir?- dice en un tono alto.- Saber que has tenido un accidente por su culpa me ha destrozado y ahora me dices que sigues enamorada de Max.

-¡No ha sido su culpa!- grito nerviosa. Ni siquiera sé de donde he sacado fuerzas para gritar pero, escuchar que el piensa que ha sido así, me destroza aún más.

-¿Por qué no? No estarías en esa silla de ruedas sino fuese por su culpa.- grita caminando hacia la salida del hospital.

Me levanto de la silla de ruedas intentando ir a por Tom pero, tras dar un pequeño paso hacia delante, me apoyo en la columna que hay a mi lado. Siento un dolor incapaz de soportar en los brazos y la pierna de la operación.

-¡Yo decidí montarme en ese coche porque no estaba segura de lo que sentía!- grito haciendo que regrese.

-¿De verdad me estás diciendo esto?- grita alterado acercándose a mi.- ¡El es el culpable de que tu estés en este estado!

-¡Necesito tiempo para pensar! ¡No puedo más, joder!- grito entre lágrimas.

Todo mi cuerpo tiembla, estaba demasiado alterada. Hago fuerza con la mano contra la columna para no caerme hacia ella ya que tengo la sensación de que, en cualquier momento, las piernas me fallarán.

-¿Tiempo para qué?- me mira fijamente.- Debí darme cuenta de que jamás cambiarías.

-¿Estás bien, Bella?- pregunta Sam sacándome de mis pensamientos.

Levanto la mirada.- He recordado lo que sucedió con Tom.

-¿En serio? ¿Te encuentras bien?

-No sé, lo he recordado al decir que sigo enamorada de Max.- suspiro, continúo hablando.- ¿Podemos seguir hablando luego? Siento que la cabeza me va a explotar.

-¡Claro, Bella!- Yaiza se baja de la camilla.

-Si te sigue doliendo la cabeza avisaremos a la médica para que te calme el dolor, ¿está bien?- pregunta Sam bajando la parte de la camilla como estaba antes.

-Está bien.

Cierro los ojos y, en la oscuridad, continúo buscando respuestas de lo que ocurrió.

-¡Necesito tiempo, Tom!- grito desesperada.

Todo me da vueltas durante un instante. Apoyo todo mi cuerpo contra la columna, no tengo fuerzas para sostenerme y, mucho menos para sostener la situación. Así no.

-Creo que sabes muy bien lo que sientes, tu misma has dicho que sigues enamorada.

-¡Bella!- grita Yaiza echándose a correr hacia nosotros.- ¡La herida!

Bajo la mirada hacia la pierna de la operación, todo el vendaje está cubierto de sangre.

-No pienso estar más tiempo aquí, espero que te mejores y que todo te vaya bien.- dice antes de darse la vuelta.

-¡Tom!- grito entre lágrimas viendo como el chico sale del hospital.

En cuanto Yaiza llega, me sujeta. Dejo caer todo mi peso sobre su cuerpo, no tengo fuerzas como para mantenerme en pie.

-¡Ayuda, por favor!- grita la morena.- ¡Bella, mírame!

***

Abro los ojos lentamente, me siento mucho más débil que cuando me desperté. Seguramente sea consecuencia de que el efecto de los medicamentos comience a desaparecer. 

Miro fijamente el techo blanco de la habitación, recordando lo que ha sucedido con Tom. Una vez más, le he hecho daño y no podía perdonármelo.

A pesar de ser consciente de todo lo que he hecho mal a cambio de todo lo que el ha hecho bien, jamás podré quererle del mismo modo que siempre he querido a Max.

-¡Hola, Bella!- dice la médica entrando en la habitación.- Alguien me ha dicho que te ha comenzado a doler bastante la cabeza así que te pondré más medicamente, ¿vale?

-Vale.- miro hacia las chicas que están sentadas en el sofá de la habitación.- Gracias.

-¿Sabes qué tienes muy buenas amigas?- pregunta la médica mientras sube el medicamento que todo por vía.- No todas las personas se preocupan de esta manera por sus amigos.

Las quiero con todo mi ser, jamás encontraré la manera de agradecerles todo lo que hacen por mi. Podrían haber escogido estar en casa, esperando a que me recupere y, sin embargo, han escogido estar ahí sentadas todo este tiempo para cuidarme.

-Lo sé.- miro hacia las chicas de nuevo, continúo.- Ellas son como hermanas para mi, supongo que se diferencian del resto de personas por eso mismo.

Yaiza y Sam se miran y, a continuación, me miran sonrientes.

-Exacto.- dice la médica sentándose en mi camilla.- Después de comer te haremos radiografías para comprobar que tu cuello esté en buen estado y, si es así, te retiraremos el collarín.

Suspiro.- Genial, es muy incómodo.

Me mira fijamente.- Pero igualmente debes tener mucho cuidado.- hace una pausa y continúa hablando.- Como te las haremos después de comer y veo que has descansado como te pedí, podéis ir ahora a Cuidados Intensivos.

Sonrío.- Si, vamos ahora.

La médica ríe.- Que no se note que tienes ganas de ir a verle.

Yaiza suelta una carcajada.- Sino necesitase la silla de ruedas, ya se habría ido de la habitación.

-Entonces iré por la silla de ruedas antes de que se vaya.- dice la médica divertida mientras se levanta de la camilla.

La médica se va de la habitación y, a los pocos minutos, regresa con la silla de ruedas y acompañada por los enfermeros que vinieron ayer para sentarme en ella.

Mientras uno de los enfermeros me saca de la camilla, siento como mi cuerpo está mucho más débil que durante el día de ayer. En cuanto me sientan en la silla de ruedas, noto como un leve dolor recorre la pierna de la operación.

Sam agarra los mangos de la silla de ruedas, suspiro. Me preocupa que durante el camino a la planta de Cuidados Intensivos sienta más dolor.

-¿Nos vamos ya?- pregunta Sam.

-Si, vamos.

Me da miedo que pueda dolerme más la pierna, que pueda encontrarme peor pero, aún así, aguantaría lo máximo posible para poder ver a Max.

Después de unos cuantos minutos, entramos en el ascensor para bajar a la planta de Cuidados Intensivos. Mientras entramos, recuerdo que hay un espejo en el interior de este y, nada más pasar al interior, miro mi reflejo en el espejo que hay en uno de los laterales de este.

Mi cara sigue completamente llena de moratones, supongo que es imposible que desaparezcan de un día para otro aunque eso fuese lo que esperase. 

-Necesitas tiempo.- dice Yaiza rompiendo el silencio que se ha formado en el interior del ascensor mientras miro mi reflejo.

-Lo sé.- digo sin apartar la mirada del espejo.

Lo sé, pero no veo el momento de recordar todo esto como si se tratase de un sueño.

En esta ocasión, ni Yaiza ni Sam me dicen nada, seguramente ellas no tengan más ánimos como para dármelos.

Las puertas del ascensor se abren al llegar a la planta de Cuidados Intensivos. Mientras Sam me lleva en la silla de ruedas, recuerdo a la perfección el recorrido que hicimos ayer hasta la habitación. Dudo que se me olvide en un futuro, el es camino al que más he temido en mi vida.

En cuanto llegamos a la habitación de Max, siento paz. Sentirle cerca me daba la tranquilidad y la fuerza que no tenía durante el resto del día.

-¿Aquí estás bien?- pregunta Sam dejándome al lado de la camilla donde Max se encuentra.

-Si.- digo en un suspiro.

Miro fijamente a Max, conteniendo las lágrimas. Verle así es mi peor pesadilla, he pasado meses pensando que lo mejor para ambos sería distanciarnos y, ahora, solamente deseaba poder escuchar su voz, poder acariciarlo sabiendo que no lo dañaré.

A pesar del miedo a dañarle y a dañarme, no puedo evitar acercarme un poco más a él de lo que lo he hecho ayer. Poso mi mano temblorosa sobre su mejilla y la deslizo cuidadosamente por ella. Nada más sentir su piel, las lágrimas caen por mi mejillas.

Deslizo mi mano por su brazo y, entre lágrimas, una pequeña sonrisa se forma en mi rostro al llegar al tatuaje de los labios de una persona mordiéndose el labio inferior. 

Las lágrimas caen sobre el tatuaje mientras recuerdo el momento en el que se lo vi por primera vez. En uno de los días anteriores a la boca de Louis y Miriam, todos habíamos salido de fiesta en Santiago y, a pesar del daño que ambos nos habíamos hecho, nos llevábamos bien de nuevo. Regresaríamos juntos a casa y, aunque yo quisiese conducir, no me encontraba en las mejores condiciones para hacerlo. Recuerdo que me había colocado encima suya para que el pasase al asiento del conductor pero nunca pasó.

Nuestras miradas se cruzan y siento como se me acelera el corazón. No puedo evitar bajar la mirada para observar sus labios y, sin darme cuenta, estoy más cerca de el.

Muerdo mi labio inferior al sentir como respira cerca de mis labios y apoyo mis manos en su pecho. El chico sonríe y, en ese mismo instante, sé que necesito besarle.

Siento como el se acerca a mi hasta que nuestros labios se rozan y rozo sus labios como si se tratase de un juego en el que está prohibido besarse.

Me agarro a la camisa blanca que lleva puesta y, en cuanto siento como sus labios se pegan más a los míos, le beso. Es un beso lento y, a los pocos segundos, se convierte en un juego para nuestras lenguas.

El chico desliza sus manos por mi espalda mientras me besa y dejo caer mi cuerpo hacia atrás poco a poco mientras me agarro más fuerte a la camisa que lleva puesta.

Vuelvo a colocarme como antes, ahora sin un milímetro que separe su cuerpo del mío y, en cuanto nos separamos, a los pocos segundos vuelve a besarme mientras desabrocho su camisa.

En menos de un minuto, me deshago de su camisa y, mientras recorro su pecho con mis manos, un tatuaje en su brazo derecho llama mi atención.

-¿Tienes un tatuaje?- pregunto antes de besarle de nuevo.

Observo su brazo en el que aparecen dibujados con tinta negra los labios de una persona mientras esta se muerde el labio inferior.

-¿Te gusta?- muerdo su labio inferior y sonrío.

-Me encanta.- digo mientras desliza por mis brazos el chaquetón gris que llevaba puesto.- ¿Quien es?

-Son los labios de la chica de la que he estado locamente enamorado. Ella siempre se muerde el labio inferior para no sonreír o cuando está nerviosa.

Una sonrisa se dibuja en mi rostro y le beso mientras baja la cremallera de mi vestido.

-¿La conozco?

Max deja que caiga la parte de arriba del vestido dejándome tan solo con el sujetador negro y sonríe.

-Te conoces a ti misma mejor que nadie.

-Nunca pensé que se haría un tatuaje por mi.- digo en alto, soltando una pequeña risa.- Y después de todo, ni siquiera se molestó en ocultarme que eran mis labios.

-Siempre me ha contado que te necesitaba pero no estabas, así que decidió tatuarse tus labios para que siempre estuvieses con el.- dice Yaiza con la voz entrecortada.

-Nunca más me iré.- digo apartando las lágrimas que han caído sobre el tatuaje.

Me aparto, me da la sensación de que si continúo acariciándole, le haré daño. Mientras observo la cara del chico, siento un fuerte dolor en la pierna.

Pego mi cabeza a la mano de Max mientras siento como el dolor aumenta en la herida de la pierna. Agarro la sábana de la cama de Max con fuerza aguantando el dolor, si las chicas se dan cuenta querrán llevarme a mi habitación para que descanse.

Suelto un pequeño gemido del fuerte dolor que siento. Noto como una mano acaricia mi espalda de arriba a abajo y escondo la cara en la mano de Max.

-Sabemos lo importante que es para ti estar aquí, no te obligaremos a que descanses si necesitas más estar a su lado.- susurra Sam a mi lado.

-Gracias.- aprieto más fuerte la sábana.

***

Finalmente, cuando regresamos a la habitación después de ver a Max, la médica nos estaba esperando en esta para que me hiciesen las radiografías antes de tiempo.

Miro el techo del ascensor, estar tumbada en la camilla acompañada por los enfermeros, me resultaba incómodo. Las puertas del ascensor se abren y los dos enfermeros conducen la camilla hasta la habitación.

En cuanto llegamos a la habitación, me siento más tranquila. Los chicos colocan la camilla en el interior de la habitación y me conectan a todas las máquinas que controlan mi estado mientras estoy en esta.

-Gracias.- sonrío al enfermero que coloca la vía con cuidado en mi mano.

-¿Te duele la mano con ella o estás bien?- asiento con la cabeza respondiendo a su pregunta y lo deja como está.- Linda viene ahora y, en unos minutos, volveré a hacerte las curas de las heridas.

-Perfecto, gracias.

Los enfermeros salen de la habitación y, al mismo tiempo, entra mi médica.

-¿Qué tal te encuentras?- pregunta sonriente caminando hacia mi.- Antes de que me preguntes, las chicas me han dicho que bajaban a por comida para poder comer contigo.

-Vale, lo supuse al ver que no estaban aquí.- hago una pausa y continúo hablando.- Me siento bastante peor que esta mañana.

La médica hace una mueca.- Mi compañero traerá todo ahora y te haremos las curas, ¿está bien?

-Está bien.- digo en un suspiro.

Desde que estuve en la habitación de Max, me siento mucho más débil de lo que me he podido sentir anteriormente. Recordaba la sensación que había tenido durante la discusión con Tom, de no poder mantenerme en pie y, si ahora tuviese que incorporarme en la camilla, probablemente sintiese lo mismo.

Tras un par de minutos, el enfermero con el que antes de he hablado entra en la habitación con el material que tienen que emplear para hacerme las curas.

Durante un tiempo, mientras la médica y el enfermero me hacen las curas de los brazos, no pienso en absolutamente nada, tan solo noto como un fuerte dolor recorre mis dos brazos.

-Bueno, ahora vamos a la herida de la operación.- dice la médica mientras deja todo lo que ha empleado ahora en la papelera de la habitación.

Suspiro.- Vale.

Miro hacia el lado opuesto al de la pierna para no ver nada de lo que hay debajo del vendaje que aún llevo puesto. Soy totalmente consciente de que si lo hago, veré algo de lo que me arrepentiré haber visto.

Mientras noto como la médica retira el vendaje lentamente, destapando cada vez más la pierna más herida, recuerdo la fuerte discusión con Tom. Me resultaba imposible dejar de pensar en ello, necesitaba hablar con el pero de una manera tranquila y, de ese modo, poder explicarme y expresar mis sentimientos pero, después del día de ayer, me parecía algo totalmente impensable.

Siento un punzante dolor en la herida después de que la médica retire todo el vendaje. Miro hacia el techo, apretando un labio contra el otro hasta que soy incapaz de aguantar más y suelto un pequeño gemido.

Miro hacia arriba, intentando contener las lágrimas, jamás había sentido un dolor tan fuerte. Me giro lentamente hacia el lado en el que está la herida al descubierto y, en cuanto veo el gran corte que atraviesa el muslo de mi pierna, no puedo evitar echarme a llorar.

Cierro los ojos, con fuerza, llorando en silencio hasta que siento como el dolor aumenta y como no puedo más. Lloro desconsoladamente, desesperada por calmarme, por calmar el dolor que siento como atraviese todo mi cuerpo.

-No puedo más.- consigo decir entre lágrimas.- Por favor, no puedo más.

Era incapaz de aguantar más, no puedo soportar todo lo que ha sucedido en tan poco tiempo. Ni siquiera tenía fuerzas para aguantar el dolor y, aunque no quisiese parar, necesitaba descansar, tranquilidad.

A través de mis ojos llenos de lágrimas, veo como la médica me mira apenada.

Agarra mi mano, la acaricia lentamente.- Está bien, no puedes más.

Niego con la cabeza entre lágrimas, ni siquiera tenía ganas de pronunciar una sola palabra. No puedo.

Tiempo más tarde, he conseguido calmarme. Mientras la médica termina de vendar mi pierna, siento como las chicas han regresado a la habitación.

-Termina de vendarle la pierna, saldré a hablar con ellas.- dice la médica.

La médica cierra la puerta de la habitación tras salir de esta y, durante un tiempo, tan solo escucho silencio.

-No parece ser una persona que pida descanso, está tan destrozada que lo necesita. No puede más con toda la situación, no solamente con el dolor.- escucho decir a la médica entre todo el silencio.

Tiene razón, no puedo más con la situación. Con cada segundo que pasa, más rota me siento, tanto por dentro como por fuera.

Al poco tiempo, el enfermero se va de la habitación tras terminar de vendar mi pierna y las chicas entran en la habitación. Tanto Yaiza como Sam no preguntan nada al respecto de lo que ha sucedido hace unos instantes y, sinceramente, les agradezco que no lo hagan.

Mientras las chicas colocan la pequeña mesa con ruedas que se coloca sobre la camilla, una enfermera del hospital trae mi bandeja con la comida. Sam la deja sobre la mesa y, a continuación, deja los dos cuencos de ensaladas que han comprado en la cafetería para poder comer.

Las tres comemos en silencio, en cuanto pronunciase la más mínima palabra me echaría a llorar de nuevo y tanto Sam con Yaiza son conscientes de ello. Sé que están entristecidas, que también tienen ganas de que esto termine.

-¿Puedo llamar a Louis?- digo tras un tiempo pensando en ello.

Yaiza y Sam se miran, asienten con la cabeza.

-Claro.- dice Sam entrecortadamente.- Lo hemos llamado esta mañana, está bastante preocupado por ti y le alegrará escucharte.

Miro a Sam, los ojos me pesan tanto que no soy capaz de mantener la mirada.- Si.- digo mirando hacia abajo.

La chica busca el contacto de Louis y, en cuanto selecciona la opción de "Llamar," me pongo nerviosa. No sé como se le puede decir a un hermano que no me encuentro bien, que uno de sus mejores amigos está tan grave que ni siquiera los médicos saben cuando se despertará, que necesito sentir en el la paz que hoy me falta.

-¿Qué tal, Sam? ¿Bella está bien o ha pasado algo?- pregunta nervioso al otro lado del teléfono.

-Louis.- digo rápido conteniendo las lágrimas.- ¿Puedes decirles a papá y a mamá que estoy bien?

Durante unos segundos, tan solo se escucha silencio.

-Se lo diré, Bella.- dice en un suspiro.- ¿Necesitas que vaya? He querido ir, pero en el trabajo me han dicho que no podré ir hasta dentro de cuatro días.

-Te necesito.- me rompo a llorar al pronunciar estas palabras.- Por favor.

***

He pasado la mayor parte del tiempo durmiendo, me sentía tan agotada que ni siquiera podía pensar en el echo de hacer algo que no fuese eso. Sin embargo, las chicas me propusieron bajar a la planta de Cuidados Intensivos para ver a Max, las tres tenemos claro que me hace bien estar a su lado. Al menos durante ese tiempo, el dolor disminuye.

En cuanto entramos en la habitación de Max, Sam me deja en la silla de ruedas en la misma posición que las anteriores veces, justo al lado de la camilla donde el chico descansa. Me acerco a la camilla un poco más, apoyando mi cabeza junto a la mano de Max y cierro los ojos.

A lo largo de la vida, te das cuenta de que hay situaciones inexplicables, personas que sientes como un hogar en el cual refugiarte, sensaciones o sentimientos que jamás pensaste sentir pero, la conexión que tengo con él, era lo mayor que sentiría en toda mi vida. 

Y eso, hacía que fuese más bella.

Siento como algo se desliza sobre mi cara, haciendo que, tras sentirlo varias veces, abra los ojos. Veo como, lentamente, los dedos de la mano de Max se deslizan por mi cara, sin que este mueva la mano.

Me incorporo en la silla de ruedas, miro fijamente al chico.

-Bella...- dice el chico en un susurro.

Los ojos se me llenan de lágrimas.- ¿Max?- digo llamando la atención de las dos chicas.

El chico repite una vez más mi nombre. Mientras lo susurra, puedo ver como mueve los labios despacio para pronunciarlo.

De un segundo a otro, las máquinas comienzan a sonar haciendo que todo el silencio que había en la habitación desaparezca. 

-¿Qué le pasa?- pregunto nerviosa a las chicas.- ¿Por qué todo esto está sonando?

-¡Un médico!- comienza a gritar Sam repetidas veces.

Sam sale corriendo de la habitación del chico, en busca de médicos para que lo atiendan.

Rompo a llorar, no entiendo nada de lo que está sucediendo. Entrelazo la mano del chico con la mía y le miro fijamente, esperando que vuelva a repetir mi nombre.

Pero en esta ocasión, no lo repite más.

-¡Max, por favor!- digo entre lágrimas nerviosa.

Escuchar el sonido de las máquinas a las que está conectado y sentir que no sé lo que sucede, me altera.

No puedo evitar asustarme al ver como varios médicos y enfermeros entran rápidamente en la habitación. Siento como mi corazón se va a salir del pecho al ver como todos ellos se colocan alrededor de la camilla donde Max está tumbado.

-Tenéis que iros, por favor.- dice uno de los médicos moviéndome hacia la entrada de la habitación.- Ha empeorado, no podéis seguir aquí.

"Ha empeorado", "Ha empeorado"...- se repite una y otra vez en mi mente.

Yaiza agarra los mangos de la silla de ruedas, sale corriendo conmigo de la habitación.

-¡No, Max, no, no!- grito desesperada.

----------------------------------------------------------------------------------------------------

¡Holaaap! ¿Qué tal? Aquí tenéis un nuevo capítulo como os había prometido en el anterior capítulo. Espero mantenerme escribiendo ya que, como os digo siempre, durante el curso tengo que estudiar y a veces no puedo sacar tiempo para escribir como me gustaría. Además, cuando publico un nuevo capítulo quiero que esté todo lo mejor posible para mi y para quienes lo leéis, y más cuando queda poco para el final. Se vienen capítulos bastante largos y muy emocionantes así que espero que os gusten.

He vuelto a escribir, he empezado por este capítulo y estos días continuaré escribiendo. En cuanto tenga el siguiente, lo publicaré y, cuando crea que tengo los suficientes escritos, seguiré el "horario" que seguía antes de este parón (lunes y martes o dos veces capítulos por semana aunque no sean en esos días exactamente).

Espero que os guste este y los que publicaré más adelante. Os pido lo de siempre, que comentéis para saber vuestra opinión y, aunque no conteste a muchos de los mensajes, me encanta saber vuestra opinión o las ideas que tenéis porque formáis parte de todo esto.

Además, me habéis preguntado en varios capítulos que cuantos capítulos quedan y, aunque no lo sé fijo como para decirlo porque todo gira a la organización, al quitar capítulos o hacerlos más reducidos, como mucho quedan veinte capítulos contando el Epílogo final. Además, acerca de este tema, al terminar todos estos capítulos sobre la boda, también os comentaré una idea para la novela.

Muchísimas gracias por los comentarios, las leídas y los votos que he recibido estas últimas semana, sobre todo la semana pasada. No suelo responder a los comentarios aunque es algo que me gustaría hacer y pienso que debo organizarme para responderos a todos ya que cada uno de vuestros comentarios es algo que me sirve de ayuda para la novela. La semana pasada recibí muchísimos diciéndome lo emocionados que estabais, vuestros sentimientos acerca de lo que sucedía en los capítulos... y no me puede hacer más feliz saber que mis palabras causan ese efecto en vosotros, el mismo efecto que causó en mi mientras los escribía (también se puede llorar mientras se escribe jajaja).

En definitiva, muchísimas gracias por todo como siempre. Me gustaría que siguieseis comentando y votando en la novela ya que eso le da más valor y me sirve para ver su crecimiento.

Por último y aunque lo he dicho en el Importante que publiqué esta misma semana, seguiré publicando capítulos y añadiendo a todos los que me habléis para que os meta en el grupo de Whatsapp y no hay ningún tipo de problema en que me habléis ya que aún no lo borraré. Igualmente, quiero que no os de vergüenza o algo parecido por hablarme, en ese grupo hay muchos más lectores como vosotros y, aunque tarde en responderos o en agregaros al grupo, lo haré.

Os dejo mis cuentas y mi número de móvil aquí abajo:

+34646948158

Instagram: ittsandre

Instagram Cuenta de Fotografías: dreitts

Twitter: ittsandre

Snapchat: andreavillar17

Blogger: ittsandre

Muchísimas gracias :)

继续阅读

You'll Also Like

65.6K 3.7K 148
Valentina una chica con una vida normal hasta que el divorcio de sus padres cambiaría su vida por completo volvería los próximos años en los peores d...
ALEVOSÍA [+18] 由 LuzK

青少年小说

4.9M 429K 80
Nunca debí caer por él. Sin embargo, tampoco detuve mi descenso. Nada logró apaciguar las maliciosas llamas de deseo que se prendieron dentro de mí. ...
221K 22K 44
Vanessa nunca fue creyente del amor. Elliot jamás creyó que alguien lo pudiera amar. El amor es Gris a los ojos de ambos, gris ante los dos de difere...
305K 11.9K 41
Se llama Marcos. Se apellida Cooper. Y toca la guitarra. Jude Brown es una estudiante de periodismo, tras un largo camino en su vida, tiene que busc...