4- Estas contratada

968 85 19
                                    

- Te lo digo en serio, a cada lugar que voy él está ahí, incluso estoy pensando seriamente que me está siguiendo.

Como cada mañana Joey llamaba para nuestros chismes matutino, le estaba contando acerca de Dalton Pierre y lo fastidioso que era ser su compañera de clases.

- Puede ser que le gustas- soltó Joey. Ambos rompimos en carcajadas ante el comentario.

- Claro, como si ese tipo de cosas pasara- digo, cuando me reposo de las carcajadas- mejor cuéntame cómo te va, ¿ya tienes conquistas?

- No, estoy centrado en aprender mandarín que no me he dado el tiempo de conocer personas.

- Eso no tiene sentido Joseph, en tu clase hay personas de otros países ¿Qué me estás escondiendo? Te conozco más a ti que a mí misma.

- Está bien- levanta sus manos al aire- en mi grupo de amigos yo soy el único colombiano, hay dos españoles, una italiana y una hermosa argentina con la que estoy saliendo.

- ¡Eres un mal amigo! ¿Cuándo pensabas decírmelo? Me encuentro indignada, como ahora el niño tiene otros amigos se olvida de su mejor amiga; lo que me faltaba.

- No vayas a llorar, no te lo había contado porque apenas estábamos empezando y quería estar seguro de que si vamos en serio.

- No me interesan tus argumentos, escupiste nuestra amistad como si fuera tabaco.

- Yo no escupida en nuestra amistad Rachel, deja de dramatizar.

No me quedo de más que sorprenderme, Joey jamás me había tratado así y me siento dolida con él, cuelgo la llamada y cierro el portátil, y puede que si esté dramatizando, pero era por su culpa. Mi teléfono de inmediato se ilumina y comienza a sonar con aquel característico sonido de llamada, era Joey, lo iba a dejar sufrir un rato para que aprendiera a que no me debe esconder nada, somos mejores amigos y los mejores amigos se cuentan todo.

Era sábado por la mañana, antes de que mi traicionero amigo me llamara me encontraba con un montón de periódicos regados en la mesa buscando un empleo, encontré tres, uno era de mesera, otro era como asesor de ventas y por último se necesitaba en una casa una aseadora con urgencia. Obviamente iba a aplicar en las tres y esperar ser contratada en alguna.

Voy a mi viejo closet y busco mis mejores prendas, tomo un saco negro, un pantalón largo del mismo color, sin faltar mi camisa blanca, me miro en el espejo y no me gusta porque luzco como si estuviera dentro de un saco de papas, sin más remedio tomo algunas hojas de vida que imprimí, tomo mi saco, un bolso de mano y dentro guardo mi cartera y mi teléfono. El primer empleo se encontraba muy cerca de donde vivo, así que no tuve la necesidad de subirme al metro y gastar uno de mis pasajes para ir a la universidad, según lo que decía la información es que era una pizzería y que había 6 vacantes para persona que tuvieran experiencia en caja, aseo y servicio al cliente, obvio que yo tenía experiencia al servicio al cliente, tuve mi propio negocio el cual como dije con anterioridad fue un éxito.

Al llegar veo la fachada del restaurante, lucia muy bien, si Joey estuviera conmigo probablemente este sería nuestro lugar favorito para ir a comer todos los fines de semana, abro la puerta y el sonido de una campana inunda el lugar, ignoro las miradas de algunos curiosos y me acerco al mostrador en donde encontraban dos chicas.

- Hola, buenos días- me acerco al mostrador en donde se encuentran dos chicas las cuales dejaron de hablar cuando me vieron delante de ellas- vengo por la vacante- sonrió.

- Siga derecho y después gira a la izquierda, es la última puerta- asiento con la cabeza, tan pronto como me doy la vuelta las chicas comienzan a reír. Las ignoro y sigo la dirección que me dio, veo el pasillo vacío y tal parece que soy la primera en llegar. Toco la puerta y escucho un simple Pasede una voz varonil.

No me llamo FeaWhere stories live. Discover now