13 Los 60

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Sentía que un camión me había arrollado lanzándome por los aires cayendo dos metros lejos de la acera, luego de haber limpiado toda la casa de los Pierre había llegado a mi departamento dispuesta a descansar, pero no fue así, resulta en el edificio específicamente en el piso de arriba había una fiesta que no me dejo pegar el ojo en toda la noche, pensé que como buena latina lo podía soportar, porque vamos, mis padres cuando había boda o era el cumpleaños del tío borracho se dedicaban a festejar y cuando ya eran las doce de la noche me acostaban entre dos sillas como sabana el abrigo de mi padre que me cubría por completo haciéndome lucir como el tío cosa, había considerado faltar, pero debía entregar el trabajo del profesor Adams, así que con pereza me levante de la cama, me aliste, desayune y Salí directamente al Subway.

Estaba tan de mal humor que si alguien venía a molestarme por como estoy vestida le romperé la cara hasta quedar satisfecha, si, ese era mi humor cuando dormía poco, y no culpo lo que sucedió el sábado, pero ¿Quién mierda festeja un domingo? El domingo es un día sagrado tanto para la religión, como para nosotros los flojos, es el día mundial del no hacer nada, pero ahí me tenían trabajando como mula y sin tomar una siesta por la música alta. Entro al salón y ubico a Viola con la mirada, como siempre se encontraba en las primeras filas con su bolso a un lado guardándome el puesto. Obstinada me siento a su lado y dejo caer mi cabeza en su hombro.

- ¿Qué te sucede el día de hoy?

- Mi maldito vecino de arriba decidió montar una fiesta, invito a una manada de vacas a que brincaran y pisotearan toda la noche para no dejarme dormir.

- Vaya, eso debió ser brutal, desde este Angulo puedo ver tus ojeras. - me alejo de Viola y me retiro las gafas.

- Esto me costara mucho ocultar. - refregó mis ojos con las manos. - si en algún momento de la clase me llego a dormir levántame por favor.

- Como usted mande jefa. - hace el saludo militar.

- ¿has visto a Dalton? - lo busco con la mirada por todo el salón, pero ni rastro de él.

- No, ¿Por qué tan preocupada?

- Hoy tenemos que entregar el trabajo del profesor Adams y vale todo seguimiento del corte.

- Pero yo recuerdo que te entrego el trabajo a ti.

- Lo sé, y aquí lo tengo, pero no sé, tengo un mal presentimiento. – llevo mi mano derecha a la boca y comienzo a morderme las uñas.

- Tranquilízate, no creo que suceda nada malo. – en ese preciso momento el profesor entra al aula de clase tan serio como él lo sabe hacer.

- Quiero que los trabajos lleguen a mi escritorio. – sin más preámbulo muchos se levantan para hacer lo que él dice, espero que todo esté un poco más calmado me levanto y me dirijo hasta donde el esta para colocar mi trabajo con el resto.-  ahora voy a ver quien realmente hizo el trabajo. – toda el aula se queda en un silencio póstumo, el profesor revuelve todos los trabajos y escoge una carpeta. – Leslie Whinkles, dirijo mi mirada al resto del auditorio y veo bajar a una chica rubia.

- Te dije que tenía un mal presentimiento. - le hablo entre dientes a Viola.

- Tranquila, puede llamarte a ti, después de todo tu lo hiciste ¿no? - asiento con mi cabeza, pero de igual forma sentía mis nervios a flor de piel.

Justo el día de hoy a Dalton se le ocurre faltar a clases, y es que me parece inaudito porque él sabía que tenía un compromiso con esto creyendo que con ser un Pierre la vida se le solucionara fácil, yo no soy uno como para sacar las notas y darme la dicha de volver a repetir un semestre, yo vine aquí con una beca y no pienso perderla por el capricho de un niño rico. Y puede que suene como una exagerada, pero es que realmente tengo la razón y puedo discutir con quien sea si no me la dan.

No me llamo FeaUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum