Afortunadamente era uno de esos días en lo que no veía a Dalton en clases, solo podía sentir el viento de la rosa de Guadalupe golpear todo mi cuerpo, incluso brincaba en solo pie por no verlo. Viola y yo comenzamos a conocernos sin ser interrumpidas, es mayor que yo con 20 años recién cumplidos el mes pasado, es hija única y sus padres son dueños de varios restaurantes en la ciudad, y se tomó un año sabático viajando por todo el mundo antes e entrar a la universidad.
La suerte que tienen muchos.
En su apartamento, porque no vive con sus padres, tiene un estante que llega hasta el techo el cual tiene recuerdo de todos los países y pueblitos a los que ha ido. Mientras mi imaginación volaba, con cada palabra que decía, en todas imaginaba que era yo la que tenía esa maravillosa experiencia.
- Y cuéntame de Dalton. - entonces todo se derrumbó. - he escuchado mucho de su emblemático hermano Mayor y su despampanante hermana, pero nunca nada de él. - nos encontrábamos en la cafetería por algo de comer.
- Dalton y yo no nos llevamos bien. - respondo con fastidio. – lo primero que me dijo que era una vagabunda, solo por cómo estaba vestida y no solo el, también su amigo creo que se llama ... Justin.
- Te voy a ser sincera Rachel. - me preparo mentalmente para lo que va a decir. – la ropa que viste no está mal, solo es cuestión de saberlas combinar y que sean de tu talla. - ok eso no fue tan malo. - ¿perteneces a alguna religión?
- No, ¿a qué viene esa pregunta?
- Solo he visto estas faldas largas en religiones. - señala mi falda, la cual llega por debajo de mis talones. - estoy segura de debajo de esa ropa hay una chica con un cuerpo muy lindo, y tienes todo el potencial para sobresalir entre las demás, solo siente tu cutis, es impecable, el color de tus ojos es hermosos y tu cabello con una buena cepillada se arregla.
- Me da miedo de salir de mi zona de confort. - respondo apenada.
- Pues no debe darte pena, de vez en cuando es bueno buscar otros horizontes, si lo haces te aseguro que tu vida será más llevadera que una monótona vida.
- Cada vez que lo intento algo sucede. - respondo con la mirada perdida en el suelo.
- Si es el que dirán, siempre van a ver personas que te van a detener, solo por no verte feliz, pero si sigues adelante tu vida será más feliz, te lo aseguro, y ahora que eres mi amiga no dejare que nadie te pisotee, pero necesito tu ayuda para poder hacerlo. - levanto la mirada cuando la escucho decir "Amiga"
- Gracias Viola. - le sonrió.
- Para eso estamos las amigas.
- ¡Chicas! - un grito detrás de nosotros nos hace pegar un brinco. Volteamos a ver y las chicas inseparables se encontraban detrás de nosotras riéndose.
- Casi muero de un infarto. - se toca el pecho Viola.
- Yo los vengo sufriendo desde que estoy en esta universidad. - comento.
- Lo siento chicas, es una extraña manía que Aiko tiene. - informa Eva. - ¿Qué hacen aquí solitas?
- El profesor de latín no vino y estamos pasando el tiempo aquí. - respondo. - ¿y ustedes?
- Nosotras tenemos una hora libre. -dice Millie señalando a Aiko.
- Yo ya debo irme. - dice Alexandra mientras se aleja de nosotras.
- Solo tuve una clase. - informa Eva con una gran sonrisa.
- Qué envidia te tengo en estos momentos. - le dice la asiática. - nosotras tenemos clases hasta la tarde.
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No me llamo Fea
Teen FictionRachel Bundy, cualquiera que escuche ese apellido creería que es pariente de aquel asesino serial de los años 70 pero no hay ni una pizca de parentesco, Rachel es una adolescente normal de 18 años a punto de entrar a la universidad, pero pasa algo...