XXXI - Mo ceann dearg

1.9K 172 69
                                    

Sus dedos se mueven sobre mi espalda, haciendo dibujos sobre mi piel. El único sonido, la lluvia rompiendo contra el cristal y sus latidos.

-Una moneda por tus pensamientos.- Interrumpe mi diatriba mental, levanto la mirada hacia su rostro, y me sonríe acariciándome la punta de la nariz.

-Me preguntaba... Si ha sido como te lo imaginabas.

-Ha sido mejor.- Sonrío orgullosa.- Excepto porque pensaba...- Se corta avergonzado.- No importa.

-¿El qué? Dime.

-Te reirás de mí.

-Te prometo que no me reiré.- Se rasca detrás de la oreja, tímido.

-Es sólo que...- Alzo mi cabeza con expectación.- No sabía que se hacía por delante... Pensaba que se hacía desde atrás, como los caballos.- Se me escapa un bufido al intentar contener la risa.

-Perdona... te prometí que no me reiría...- Pero él también se ríe, aunque azorado. Me muerdo el labio y bajo la mirada a mis dedos que serpentean por el vello de su pecho.- De todas formas... puede hacerse así. Y en otras posiciones, depende de la imaginación y de las leyes físicas.- Bromeo. Su risa se ahoga y lo escucho tragar saliva.

-¿Puedo preguntarte algo?-

-Claro

-No quiero insinuar que tienes un vasto conocimiento sobre hombres, pero... obviamente sabes más que yo sobre este tema...

-Dilo ya.- Lo corto impaciente. Acaricia mis dedos y pone nuestras palmas una contra la otra.

-¿Es normal lo que ocurre cuando te toco? ¿Cuando estás conmigo? ¿Es habitual entre un hombre y una mujer?


Sé a lo que se refiere. Esa electricidad que aparece ante el roce de nuestras pieles, ese anhelo que parece no acabarse nunca... Miro nuestras manos enfrentadas, y muevo la mía contra la suya, inflamando la chispa entre nuestros nervios.


-No... no es normal. Nunca he experimentado algo así.- Farfullo hipnotizada.- Contigo... es diferente.

-¿El sexo?- Interroga besando la parte interna de mi muñeca.

-Todo. Contigo... no es lo mismo. Es más.


Jamie sonríe, sus ojos plata titilean y parece iluminar la habitación. Está feliz porque ambos sentimos lo mismo, y porque ha sido él el único que ha provocado esto en mí.

Relajados y laxos, dormitamos abrazados, su pecho contra mi espalda. Me despiertan sus dedos recorriendo mi piel. Ahora que no pesa ninguna imposición premarital sobre su conciencia, toca mi cuerpo como nunca antes se había atrevido.


- Mo ceann dearg.- Susurra embelasado enredando sus dedos en mis rizos.

-¿Vas a decirme de una vez qué significa?

-Mi mujer de cabello rojo.- Levanta más mi pelo, para apreciarlo mejor a la luz de mi lámpara de la mesilla.- Son como llamas que se elevan de una hoguera al cielo nocturno.- Murmura fascinado, ahora acariciando los pequeños bucles que se pegan a mi nuca.


Me acuesto sobre mi espalda y lo acerco a mí tirando de sus rizos. Lo beso lenta y perezosamente, disfrutando de la paz de nuestro oasis.

Una idea aparece fugaz en mi mente y me sorprendo, pues nunca había querido hacerlo. Supongo que en estas cosas radicaba la diferencia entre haberme acostado con hombres con los que claramente no había química ni amor y estar con Jamie. Mi corazón palpita, con nervios por la inexperiencia pero también por el deseo.

FOREIGNER. // COMPLETA  (OUTLANDER)Where stories live. Discover now