LXVII- Bow and arrow

865 98 32
                                    

La brisa fresca que nos había acompañado antes de entrar a la casa de mi infancia se había calmado y ahora sólo quedaba un apacible clima con cantos de pájaros en los árboles colindantes.

Salimos al jardín trasero, donde solía estar el huerto y la caseta de jardinería, y dispuse las manzanas en fila encima de la antigua tabla que había sacado del garaje.


-¿Pero qué es esto?- Pregunta Jamie de nuevo, todavía sin poder creer lo que ve.

-Tuve una gran obsesión por Robin Hood en mi infancia y parte de mi preadolescencia. Mi padre me hizo dos arcos, uno para la niña de 6 años que era y para que empezase a practicar y otro para cuando fuese mayor. -Señalo el de la mano-. Mi padre fue tirador con arco en la universidad así que era un hobbie que compartíamos juntos. Cuando murió, fue una forma de conectarme con él, así que practicaba aquí horas y horas con dianas, frutos... Mi abuelo hasta me construyó un móvil para que aprendiera a tirar a objetos en movimiento.- Recuerdo con añoranza, apretando el arco con fuerza en mi palma. Acomodo el carcaj con las flechas sobre mi hombro y mi espalda y empiezo a contar en silencio los pasos hacia atrás. La sorpresa de Jamie es casi insultante.

-Sería una buena habilidad si sirviese para la batalla.- Comenta mi espectador pensativo. Sé reconocer un desafío, y más cuando me hiere en el orgullo.

Arqueo una ceja con sarcasmo y me posiciono tensando la cuerda del arco. Apunto al fruto rojizo y suelto mis dedos con decisión. La flecha vuela silbando en el aire y parte la diana por la mitad. Hago lo mismo sin descanso con las cinco frutas restantes.

Me alegra notar como mi cuerpo no ha olvidado nada, parece que el tiro con arco es como montar en bicicleta.

Bajo el arco y miro hacia Jamie, su cara de sorpresa es hasta cómica, sonrío con suficiencia. Pero mi ego aún no está reparado del todo.


-Tírame una manzana.- Ordeno.

-¿Cómo dices?- Pregunta como si hubiera enloquecido.

-Me has oído. Lanza una manzana como si fuera un tiro al plato.


Dubitativo, obedece. Parece que se está planteando seriamente con quién se ha casado y cuántas cosas le faltan por conocer de mí.

Bueno, cion-gràid , en eso consiste una relación, en ir conociéndose. ¿Qué gracia tendría entonces? Admito que me encanta sorprenderte. Pienso para mí misma.

Lanza la manzana con una parábola insultantemente fácil. La flecha la atraviesa sin esfuerzo en el aire y las mitades caen en el pasto seco. La boca abierta de Jamie me hace carcajearme internamente.


-Otra. Y un lanzamiento de verdad, no como si fuera un niño de 3 años.- Ordeno rozando lo pedante.


Continúa lanzándome todas las manzanas que hay por el suelo. Aunque me lo pone más difícil, el futuro de Jamie no sería el béisbol. Incluso me permito mostrarle algunos trucos oxidados como lanzar la flecha mientras me volteo y tras dar una vuelta en el suelo. No llego a Katniss Everdeen, pero tuve mi momento cuando practicaba todos los días.

Recojo ufana las flechas esparcidas por el suelo, me volteo hacia Jamie con una sonrisa de suficiencia, preparada para preguntarle con recochineo qué decía de la utilidad cuando el relincho de un caballo a lo lejos nos pone en alerta.


La sangre se me hiela cuando veo a una pareja de soldados ingleses a caballo patrullando la zona.

FOREIGNER. // COMPLETA  (OUTLANDER)Where stories live. Discover now