LXIV - Reconexión.

936 110 23
                                    

A pesar de haberme medicado para dormir, me despertaba cada poco tiempo con pesadillas, que no se calmaban hasta que ponía mi palma sobre el pecho de Jamie y sentía su corazón bombeando con fuerza bajo ella, como el trote de un caballo.

Los sueños de mi compañero de cama también eran convulsos, lo podía ver por cómo no paraba de moverse y los pequeños jadeos graves que soltaba.

Fue en mitad de la madrugada, cuando yo había conseguido volver a coger un sueño ligero, que su miedo me despertó.

Todavía intentando despojarse de los últimos retazos de Morfeo, respiraba y se movía frenético en medio de un ataque de pánico. Jadeaba mi nombre con espanto absoluto, con ojos desenfocados buscando en la nada.


-Jamie, Jamie. Estoy aquí, shh.- Me apresuré a pegarme a él.- Mírame, amor, estoy aquí.- Ordeno con suavidad poniendo mis manos en su cara para que me mire directamente.- Tha mi an seo, luaid mo chèile.- Estoy aquí, amor de mi vida.


No sé si fue el gaélico, el uso de la frase que está grabada en mi anillo de bodas, o que simplemente ya se había despertado por sí mismo, pero sus ojos tormentosos se enfocaron en mí, y vocalizó algo que sólo se podía definir como alivio.

Aunque más calmado por fuera, mi marido, que siempre irradiaba calor, se encontraba helado a pesar de estar casi en agosto y temblaba con violencia. Me saqué la camiseta con la que dormía y pegué mi piel a la suya, ya que él dormía siempre desnudo o como mucho con su camisa de lino.

Después de tanto tiempo separados en el sentido corporal, dadas las circusntancias, el sentir de nuevo la piel del uno contra el otro fue terapéutico. Sentía los gimoteos ansiosos de Jamie contra mi pecho que se iban apagando mientras lo mecía y acariciaba su cabeza.

El calentamiento progresivo de su piel y la disminución del temblor eran signos físicos de la disminución de su ansiedad. Sentí sus labios mojados por algunas lágrimas traicioneras cuando besó con delicadeza la herida en mi cuello.


-Tha mi duilich.- Se disculpa culpable. Niego con la cabeza restándole importancia.

-Es sólo un rasguño.- Contesto para tranquilizarnos a ambos.

-No le restes importancia. Demostraste ser la mujer valiente de la que me enamoré, pero... Verte apresada por él como minutos antes había tenido yo al otro inglés, fue ver mis pesadillas hechas realidad. Preferiría pasar una y mil veces por los 100 latigazos antes de que tuvieras que pasar por eso... Puedo manejar mi dolor, pero no puedo soportar el hecho de que te hagan daño.- Suspira agitado.- Todo esto es mi culpa... Te envolví en mis tinieblas, en mi mundo lleno de violencia...

-Jamie, no es...

-Mañana buscaré la forma de volver, de acabar con esto. Si no puedo cruzar las piedras me esconderé y me dedicaré a darles caza, yo... - Me interrumpe.

-¡No!- Sentencio alarmada.- Que ni se te pase eso por la cabeza, Fraser. Si realmente quieres mantenerme a salvo, tienes que quedarte a mi lado. Ahora saben quiénes somos, sabes que vendrá a por mí. Ya lo hablamos, y se ha comprobado de sobra: juntos somos más fuertes.- Intento convencerlo. Suspira.

-Tienes razón, claro que la tienes. Valiente, inteligente, hermosa... ¿qué he hecho para merecerte?- Niego azorada con la cabeza, incómoda ante los cumplidos. Besé su frente mientras lo pegaba más a mí.

-Sé lo que te hizo, cómo empezó todo...- Sentí cómo se tensaba contra mi cuerpo.- También he podido indagar qué es lo que lo mueve...

FOREIGNER. // COMPLETA  (OUTLANDER)On viuen les histories. Descobreix ara