FOREIGNER. // COMPLETA (OUTLANDER)

XLII - ¿Cómo me veo del siglo XVIII?

Con la llegada de abril, las pesadillas de Jamie aumentaron. Ambos temíamos que llegase el día 16, aniversario de la batalla de Culloden, aunque me temo que por razones distintas.

Yo, por el mazazo emocional que le supondría a Jamie pasar ese día. Él, porque sabría que en esos instantes, familia y amigos estarían muriendo.

El humor apesadumbrado de Jamie era casi imposible de disipar, y cada noche se abrazaba a mí tembloroso, como un niño lleno de miedo abrazado a su peluche más querido. Despertaba en medio de la noche sudoroso y asustado, tras una terrorífica pesadilla que le había hecho gimotear y patalear. Y yo no podía hacer otra cosa que abrazarlo y consolarlo y desear que esto mejorase cuando pasara el día.

El cielo encapotado nos da la bienvenida al salir de casa para ir al mercado a comprar. Jamie quiere acompañarme porque la casa se le cae encima si se queda solo. Quedan un par de días para el día dieciséis, por eso no me sorprendo cuando escucho las gaitas en la calle principal, pero él se para extrañado y, cogiéndome del brazo, me hace ir hasta el origen del sonido con premura.

La gente se amontona a los lados de la calle, con los móviles preparados para grabar el espectáculo. La música tradicional se acerca cada vez más.

-¿Qué ocurre?- Pregunta Jamie casi retórico, mirando hacia el principio de la avenida.

-Se acerca el aniversario de Culloden, por eso las bandas militares suelen hacer estos desfiles en su memoria. El desfile continúa hasta la colina donde mañana se celebran los juegos y el Gathering o la llamada de los clanes. No te dije nada porque no te vi con ganas de ninguna celebración, como es comprensible.- Me miró y frunció los labios, pensando.

-Mañana iremos. Y me gustaría ver el desfile, también.- Sentencia con un apretón en mi hombro.

Decenas de músicos vestidos con el traje de ceremonia tradicional desfilan por delante de nosotros. Tocan Scotland the Brave y sus kilts y sporran ondean con el viento al compás de sus pasos.

Las gaitas me emocionan y hacen que mi piel se erice. Me encuentro sonriendo como cada vez que bajo a verlos, y de reojo, me sorprendo al ver que Jamie también sonríe, siguiéndolos con la mirada. Me guiña un ojo cuando me pilla mirándolo.

-Recuerdos.- Dice como única explicación, y en sus ojos se vuelve a posar la pátina de alguien que ha viajado mentalmente al pasado en su memoria.

[JAMIE]