XVI - Defensa y ataque

2K 201 32
                                    

-Ponedlo en el suelo.- Dice otro, nervioso y con disartria , probablemente por síndrome de abstinencia.


Jamie y yo nos miramos de reojo antes de vaciarnos los bolsillos en el suelo, donde también dejo mi bolso y nos incorporamos de nuevo. Una mano sucia con uñas negras se clava en mi brazo.


-Y tú, putita, te vienes con nosotros.


No sé de dónde saco la rapidez y la puntería, tal vez de la adrenalina, tal vez de que los ladrones tienen las neuronas fritas por la droga, pero consigo rociar sus ojos con el spray de pimienta. Se aparta gritando de dolor, tapándose la cara y Jamie aprovecha el revuelo para empujar al que tiene detrás contra el muro.

Intentamos coger nuestras cosas e irnos, pero agresor de Jamie se lanza hacia él con una navaja. Él lo bloquea y lo tira hacia atrás con una patada en el estómago.


-¡Coge las cosas y vete!- Exclama. Termino de recogerlo todo lo más rápido que puedo, metiendo todo en mi bolso mientras la pelea sigue disputándose de fondo, haciéndome la tarea más difícil.


Cojo un tubo de metal cerca de los contenedores de basura y me doy la vuelta, justo a tiempo para ver cómo uno de ellos se abalanza contra mí.

Como si una pelota de béisbol se tratara, mis brazos responden al sistema nervioso simpático y estampo la barra en el parietal y temporal derechos del atacante. Cae al suelo inconsciente y se me escapa un grito: ¡le he provocado un traumatismo craneoencefálico!

No tengo tiempo de seguir lamentándome, pues Jamie sigue peleando. Se ve que el otro tiene los nociceptores atrofiados por los opiáceos.

Ve que no puede hacer nada con Jamie más que recibir y viene a por mí, sin darse cuenta de que he dejado con un pie en el otro barrio a su colega, pero no le da tiempo a tocarme. El soldado Fraser le golpea la muñeca, haciendo que suelte la navaja, la coge y se la clava en el muslo izquierdo, provocando que caiga de rodillas con un grito de dolor. Aún así, como un zombie hambriento de The Walking Dead empieza a arrastrarse para alcanzarme.


-¿Me permites?- Pregunta entre hiperventilaciones Jamie señalando el tubo. Se lo doy en modo automático y él golpea al zombie en temporal, dejándolo K.O., comiendo el suelo.

Una vez pasado el peligro, la cordura parece volver a mí.


-¡Jamie! ¡Esto no es el siglo XVIII, no puedes ir apuñalando a la gente por ahí!

-¡No es una herida mortal!- Se defiende. ¡Eso ya lo sé, soy enfermera maldita sea!- ¡Sólo intentaba reducirlo!


Suspirando y temblando por los últimos restos de adrenalina quemando mis venas, le doy un pañuelo mojado en solución alcohólica.


-Limpia las huellas de las armas y déjalas a su lado, que los de la ambulancia sepan qué les ha producido las heridas. Voy a llamar desde esa cabina a emergencias.


Doy un aviso anónimo con un pañuelo tapando el auricular para que no me reconozcan la voz. Nos vamos antes de que puedan pillarnos, serían demasiadas preguntas que resolver.

FOREIGNER. // COMPLETA  (OUTLANDER)Where stories live. Discover now