-2-

185 12 0
                                    

Hijo de pu...

Tomo una respiración profunda para calmarme antes de que cometa alguna locura, este tipo es un cerdo asqueroso que merece que le de una patada en las pelotas, solo por el hecho de creer que por tener dinero puede doblegar la moral de cualquiera. Camino pensando en cualquier tipo de barbaridad que pude haberle dicho si no fuera tan miedosa y me quedara tartamudeando cada tres segundos.

Estúpida, insegura.

Estoy tan ocupada insultándome a mi misma, que no noto cuando una de las hojas sale volando de mi carpeta y termina cayendo a unos pasos de mi, hasta que esta es muy evidente ante mis ojos. Me agacho para recogerla y cuando estoy de pie es donde me doy cuenta que vine a parar frente a una de las agencias de modelos más reconocidas de el país donde su llamativo cartel capta mi atención en segundos, pero no es ese cartel el que precisamente me hace caminar unos paso más cerca, si no el que esta guindado a un lado de la puerta y que en letras grandes dice:

Se solicita secretaria.

Es tan extraño ver ese tipo de carteles en este tipo de agencias tan reconocidas, porque normalmente suelen hacer este tipo de anuncios en el periódico. Pero no le presto mucho atención, de seguro necesitan la secretaria con urgencia y no es por tirarmela de gran cosa, pero soy muy buena con las computadoras y tengo excelente memoria. Así que me adentro a la agencia apretando la carpeta que llevo en las manos tan fuerte que mis nudillos se vuelven blancos y que esta casi se mezcla con mis senos.

Vamos kendra, cálmate.

_ Buenas tardes mi nombre es kendra Reed y vengo por el puesto de secretaria.

Bien hecho, kendra.

Aunque pareciste un robot.

En el vestíbulo principal hay dos mujeres, la castaña que voltea a verme y me analiza de arriba abajo dándome una mirada despectiva, ocasionando que mis nervios se disparen por lo que dejo de mirarla para evitar problemas y conservar la poca seguridad que tengo y me concentro en la otra chica pelinegra que al parecer trabaja aquí y que me dedica una mirada más amable

_ Buenas tardes soy Corina, me permites tus papeles.

Abro mi carpeta y de allí saco la hoja que minutos atrás se había salido de esta.

Quizás esta sea la de la buena suerte.

Se la entrego y noto como la castaña se da media vuelta y sin decir una palabra se marcha en dirección a lo que parece ser su oficina, me relajo un poco sintiendome un poco más segura de esta manera.

_ siéntate por allí.- señala los pequeños sofás.- ya te llamo.

Camino hacia los asientos que se encuentran en el lado izquierdo, y analizo el lugar para darme cuenta que es muy hermosa la decoración, no es nada ostentoso para ser una agencia de modelos. Pero me gusta, aunque por supuesto podría ser mejor.

_ Puedes pasar.

La chica interrumpe mis críticos pensamientos y me señala una oficina que esta al lado derecho de donde ella se encuentra, y que es justamente en donde entró la insufrible, tomo mi carpeta y camino a paso rápido. Cuando estoy en la puerta doy tres golpecitos con mis nudillos escuchando de vuelta la voz de una mujer.

Pase.

_ Buenas tardes.

¿Porque estoy tiene que pasarme a mi?

La castaña insufrible se encuentra sentada detrás del escritorio con una expresión de autosuficiencia. Esa misma expresión que e visto tantas veces en las personas y que hace que se me revuelva el estomago.

Me provoca darle un puñetazo.

_ siéntate.- señala la silla frente a ella.- vamos a comenzar.

Ignoro el ligero tono de diversión que hay en su voz y camino hasta la silla, tratando de demostrar una expresión serena mientras me siento bajo su atenta mirada, respiro hondo para no ponerme a tartamudear a la hora de responder y enderezó la espalda para mostrarme más profesional.

_ kendra Reed 19 años, estudiante de administración de empresas.- coloca la hoja en el escritorio.- pero acá no dice tu experiencia laboral.

_ este seria mi primer trabajo.

La castaña enarca una ceja, y yo trago saliva para después rodar los ojos mentalmente.

Por que demonios yo no puedo levantar mis cejas así?

Menuda envidia.

_ Y pretendes que seamos tus maestros aquí?.- su tono de voz me pone de los nervios.- Necesitamos que nuestro personal tenga experiencia...

_ Y cómo voy a tener experiencia, si no me da la oportunidad?

La interrumpo dejándola con la boca abierta y me acomodo en el asiento con una sensación de satisfacción recorriendome el cuerpo.

Kendra, por fin dices algo interesante.

_ tienes toda la razón.

Una tercera voz se hace presente en la oficina y me giró tan rápido que me da un ligero corrientazo en la espalda. Ni siquiera note que la puerta había sido abierta, pero en el umbral de esta se encuentra un hombre que no debe de pasar de los veinticuatro años, alto, aunque delante de mi todos son altos, tiene una contextura corporal regular, cabello rizado, una pequeña barba se asoma en su rostro y tiene unas hermosas pestañas.

Dios, porque yo no tengo esas pestañas?

La vida es tan injusta.

Pero todo se detiene cuando me observa y me regala una sonrisa, aunque bajo mi mirada inmediatamente por la vergüenza igualmente noto que tiene una sonrísa preciosa y le devuelvo el gesto de manera más sutil.

Por san pancracio bendito.

Esa sonrisa debería ser ilegal.

_ Tu padre pidió personal con experiencia.- hace énfasis en la última palabra.- tu estabas ahí cuando lo dijo.

_ Yo se lo que dijo mi padre, pero todos merecemos una oportunidad.

La castaña agarra mis documentos y los coloca en una carpeta.

_ Te llamaremos.

El tono de su voz me deja ver qué eso no es cierto, pero igualmente afirmó agarrando mi carpeta y me levanto para ir caminado a paso lento e inseguro, con la mirada puesta en el piso hacia la puerta donde se encuentra él hombre que hasta donde tengo entendido es el hijo del dueño. Al estar cerca de el no puedo evitar inhalar el delicioso olor a perfume que su cuerpo desprende.

Parezco una drogadicta.

Me reprendo por semejante acción, rezando que el no se halla dado cuenta de mi acto, pero cuando estoy pasando a su lado su voz me paraliza.

_ Hasta luego, kendra.

_ Hasta luego.

Y se me olvida cualquier nerviosismo porque salgo disparada de ahí, despidiendome con la mano de la chica de la recepción quien me devuelve el gesto y cuando mis pies están fuera de la agencia, dejó salir una respiración profunda mientras trato de controlar los latidos de mi corazón.

Dios, estoy hiperventilando.

Pero que momento.



Instagram :

Iambrina99

Insegura (#1 De La Bilogía Emocional)Where stories live. Discover now