𝖥𝗂𝗋𝖾 [𝖩𝖩 𝖬𝖺𝗒𝖻𝖺𝗇𝗄]

𝟣𝟩| 𝖢𝗁𝖺𝗋𝗅𝖺𝗌 𝗇𝗈𝖼𝗍𝗎𝗋𝗇𝖺𝗌

—Eres el primero—

—¿Puedo sentirme especial?—

—Deberías—

Me arrodillé delante de él y le puse la crema en el moretón que tenía en mitad del abdomen, con cuidado de no lastimarle.

—¿¡Qué cojones!?—
Escuché la voz de Jazzlyn desde la puerta de mi cuarto.

—¡Joder! Jazz, tranquila—me giré.

—Pensaba... pensaba que tú le estabas...—

—¡Jazzlyn!—le reprendí, y el rubio rió.

Me levanté y cerré la puerta, dejando a mi hermana dentro.

—Él es JJ, y estoy tratando de curarle los golpes—le expliqué.

—Madre mía, te han zurrado bien—le dijo al poge.

—Me cae bien—habló él mirándome.

—Jazz, escúchame, no puedes decirle nada a nadie, ¿vale?—

—Pero si no estabais haciendo nada...—

—Da igual, papá no lo entendería, y mamá mucho menos—

—Si fuera Topper estarían encantados—habló JJ con sarcasmo.

—Tú te callas—le dije, y volví a girarme hacia mi hermana—Jazz, por favor—

—No voy a decirles nada—dijo, y puso los ojos en blanco—Pero le estás curando mal—

—¿Cómo dices?—

—Demasiado hielo, ¿a quién piensas curar con esto?—levantó el paño.

—Yo qué se, a Rafe le funcionó con una quemadura—dije—O eso creo—

—¿Rafe?—preguntó el rubio—¿Qué pinta Rafe Cameron en esta conversación?—

—Tranquilo, JJ, es amigo mío—

—¿Cómo podrías ser amiga suya? ¿Estamos hablando del mismo tío?—

—¿No sabe lo de...?—mi hermana iba a decir algo, pero la interrumpí.

—¡No! Jazzlyn, no digas nada—

Nos quedamos en silencio unos segundos.

—Vale, Lex, yo casi que me voy—dijo ella—Un gusto, guapo desconocido—se dirigió a JJ—Ah, y ponle aloe vera, ayudará con los moretones—

Jazz salió de mi cuarto y yo me levanté para cerrar la puerta.

—¿A qué vino eso?—preguntó el rubio.

—A nada—respondí—No vino a nada—

—Vale—asintió.

No me había presionado para que se lo contase, y la verdad es que eso casi me daba ganas de contárselo.
Casi.

Pero ahora él era lo más importante.

Cuando terminé con la crema, hice lo que mi hermana me había dicho y le puse un poco de aloe vera.

—Ya está—dije, al terminar—Listo—

—Genial, gracias—se levantó—Me
piro—

—Tú no te mueves de aquí—me coloqué delante suya—¿A dónde pensabas ir? John B está con los Cameron—

—Pero su casa no—

—Te vas a quedar, JJ, no voy a dejar que te vayas—dije, seria—Vamos, usa mi cama—

—¿Y tú dónde piensas dormir?—

—Pues en el suelo—

—Ni de coña, yo duermo en el suelo—negó—Encima que me dejas quedarme aquí...—

—Yo no tengo el cuerpo lleno de moretones, JJ—señalé la cama—Vamos, no me obligues a meterte en la cama—

—Que forma más ruda de hablar, Alexia, estoy acostumbrado a algo de cariño cuando me meto en la cama de una chica—sonrió y me hizo caso.

—Cállate—dije ocultando mi cara. Me había sonrojado un poco—Voy al baño a cambiarme—

Cogí un pijama y me lo puse en el cuarto de baño, para después volver a salir.

Puse mis brazos en jarras y miré alrededor.
JJ tenía razón, ¿dónde coño iba a dormir?

—Si quieres aún puedo irme—dijo el rubio adivinando lo que pensaba.

—No, tú te quedas—

Caminé hacia la puerta y cerré con pestillo.
Luego abrí mi armario y saqué un edredón y una manta más delgada.

Puse el edredón en el suelo, doblado por la mitad para que fuera más cómodo, y luego cogí uno de los cojines que tenía en el asiento que está delante de mi ventana y lo coloqué en el suelo.
Me tumbé allí y me tapé con la manta más fina.

Empezaba a dormirme cuando escuché la voz de JJ.

—Alexia, ¿estás despierta?—

—Si—

—Guay—

Estuvimos hablando casi toda la noche.
Cuando me dormí debían ser como las cuatro de la mañana.

Pero no hablamos sobre nosotros dos.