70. Un millón de dolares

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Irina: gracias por hacer esto por mí, ahora sé que tus sentimientos hacia mí son tan sinceros como siempre me dijiste.

Flavio: sé que tardé en darme cuenta pero, tuve mi tiempo y mi espacio, superar la muerte de Noemí no fue sencillo, tú lo sabes, pero aquí estoy, dándole una nueva oportunidad al amor, contigo.

Irina: siento si alguna vez te parecí incomprensiva, a veces pienso que te presioné y que no tuve en cuenta el momento por el que estabas pasando con la muerte de tu mujer.

Flavio: dejemos de hablar del pasado, lo que importa es que estamos tu y yo juntos, con París como testigo y empezando una nueva vida.

Movió la cabeza pesadamente hacia los lados, sentía como un dolor agudo se concentraba en la parte de atrás de su cabeza mientras comenzaba a abrir los ojos poco a poco, veía todo borroso y medio oscuro, notaba sus muñecas inmovilizadas a la vez que parpadeaba varias veces antes de conseguir enfocar su vista, distinguió unas escaleras, miró a su alrededor y estaba rodeada de trastos viejos, dirigió la vista hacia una pequeña ventana por la que entraba la claridad y pudo apreciar un jardín, se dio cuenta entonces que estaba en el sótano.

Patricia: vaya... nuestra invitada se ha despertado-soltó una risa mientras bajaba las escaleras, Andrea se incorporó sentándose.

Andrea: ¡Estás loca! ¡Espero que la policía te encuentre y te encierre por mucho tiempo!

Patricia: eso es lo que tú te crees reina, pero no va ser así-sacó una pistola-si piensas que vas volver al lado de Samuel, te equivocas, hazte a la idea Andrea, no volverás a ver a tu familia nunca más-Andrea la miraba con rabia, tratando de retener sus lágrimas para que aquella mujer no viera en ella ningún atisbo de derrota.

Andrea: ¿Entonces porque no me matas directamente? ¿Para qué me trajiste aquí?

Patricia: no comas ansías-su madre bajó las escaleras dejándose ver-primero tenemos que negociar con Ignacio, de algo nos va tener que valer tenerte aquí ¿no?

Andrea: ¡Ignacio no os dará nada! ¡Él verá la forma de llegar hasta mí sin tener que daros nada!

Patricia: ¿la oyes mamá?-soltó una carcajada-cree que Ignacio no nos va dar nada por su bonita cara-de pronto la agarró del pelo-¡Óyeme bien! Ese hombre nos dará su fortuna en cuanto le digamos que te tenemos, pero en el momento en el que tengamos el dinero, te vas al otro barrio.

Andrea: ¡¡NO!!-se soltó con brusquedad-¡Mi padre no os dará absolutamente nada!

Beatriz: ¿¡Has dicho tu padre!?-Andrea sonrió.

Andrea: ¿no lo sabéis todavía?

Patricia: ¿¡Saber el qué!? ¿De qué hablas?-miró a su madre y a Andrea sin entender nada mientras esta soltaba una risa.

Beatriz: ¡¡HABLA!!

Andrea: que bien te supieron engañar... mi madre se acuesta con tu marido y que crees, por si fuera poco a ella si consigue dejarla embarazada, tú has tenido que consolarte con recoger de la calle a un demonio como este.

Beatriz: ¡Es imposible! ¿¡Eres hija de Ignacio!?

Patricia: ¡¡¡MALDITA SEA!!!-se abalanzó sobre ella al mismo tiempo que Andrea ponía sus piernas por delante para tratar de defenderse de la ira que Patricia pretendía descargar sobre ella, Beatriz bajó corriendo las escaleras y apartó a su hija de aquella mujer quien triunfaba al soltar aquella bomba.

Andrea: ¿Qué pasa Beatriz? ¿Te duele que tu ex marido haya preferido tener una hija con otra que con su mujer?-Beatriz alzó la mano y con decisión le propinó una bofetada al fruto de la infidelidad de su marido-puedes golpearme cien veces si lo crees necesario, pero eso no va cambiar que yo sea hija de Ignacio del Junco.

ADORABLE TORMENTOWhere stories live. Discover now