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Hola! Ya es miércoles y aquí os dejo un nuevo capítulo...esto se acaba chic@s T.T Que pena me está dando.... : (. Bueno en fin. Daros las gracias por estar ahí esperando como siempre y por leer. Ah! el capi del domingo será el lunes seguramente pq tengo una semana complicadilla así que...

Dedico el capítulo como siempre a los nuevos fans: lorakyad, AndreaPaola2000, danimartz, nikki_dreamer, SheilaMarioDuque, micaaelaa15, AYOrtiz y JeniferGarciaSantiag. Gracias por haceros fans y espero que disfrutéis este capi de un modo especial. También se lo dedico a mi mami que el otro día fue su cumple y creo que está un poco flojita... ¡anímate! muuuak! Y también a toda la gente que lee esta historia, que aunque permanece ahí en silencio sin votar, ni comentar, ni hacerse fan disfrutan con ella, porque cada uno está en su derecho de hacer o expresar las cosas como quiere. Un besazo a todos ellos!

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Viernes por la noche y a unos doscientos kilómetros del hotel, un joven bebía sin control para intentar acabar, de una vez por todas, con aquella tortura que no le permitía respirar por el día ni dormir por la noche. Acompañado de unos cuantos amigos, que desconocían todo cuanto le sucedía, daba fin a otro litro más de cerveza. Estaba convencido de que a la mañana siguiente se arrepentiría de ello, y de que aquello no era más que una solución momentánea, pero aún así, abrió otra botella. Se encontraba en aquel punto en el que, la ingesta de alcohol, le hace sentir a uno mismo que ha perdido por completo toda la vergüenza, notando así, como el valor te invade para ser capaz de hacer o de decir lo que sea necesario, perdiendo todo el miedo a las posibles consecuencias. Se puso en pie entonces y empezó a decir un montón de tontería que para sus amigos no tenían ningún sentido. Gritó varias el nombre de una tal Carolina, o eso les pareció entender a los chicos, pues arrastraba tanto las palabras que la mitad de ellas las dejaba a medio decir. Después maldijo a un tal Raúl.

A lo lejos, justo al otro lado de aquel descampado, donde los jóvenes se reunían los fines de semana para beber, una muchacha, cansada de verle hacer el payaso, se acercó a él.

-          ¡Ya está bien Alex!- le dijo sosteniéndole por el brazo mientras le reprendía.- No seas tan patético. Mañana te arrepentirás de todo cuanto hoy hagas y por el camino que llevas, me da que la buena fama que tan bien ganada te tienes, se va a convertir en una de otro tipo ...  

-          Miiiigrandaaaa…- el muchacho hizo un gran esfuerzo por pronunciar correctamente el nombre de la joven mientras sonreía tontamente.- Tu meeee entiendes…

-          ¡Deja de beber inmediatamente!- le ordenó.- ¿Has perdido la cabeza? ¿Dónde has dejado la moto?

-          Mi niñaaa… ¡Eso egsss! Ella gsi gue me comprende…ahora mismo voy aaaa…

-          ¡Ni lo sueñes!- le interrumpió.- Dame las llaves de la moto ahora mismo. No te lo voy a repetir. Si no me das las llaves de la moto ahora seré yo misma quién vaya a la comisaría para ponerte una denuncia.

-          Peeegro tengo que ir a verla…tengo gue verla, por favor…- el muchacho se arrodilló en el suelo y llevándose las manos al rostro empezó a llorar desesperado.

El resultado que había obtenido, distaba bastante del que esperaba. En lugar de olvidar a Carol, lo que le estaba ocurriendo era justamente lo contrario. La bebida estaba sacando todo el dolor que tenía encerrado en su interior, devolviéndole al recuerdo de la chica una y otra vez. En el suelo, en aquella posición suplicante, consiguió ablandar el corazón de su prima, produciéndole tal lástima que Miranda tuvo que reprimir las ganas de agacharse, abrazarle y llorar junto a él. Le había amado, cierto. Con toda su alma. Y aunque poco a poco estaba consiguiendo olvidarle, verle en aquel estado, le partía el corazón. Por mucho mal que él le hubiese ocasionado, ella no podía permanecer impasible ante situaciones como aquella. Sin embargo, Miranda era tozuda y hacía ya tiempo que había tomado la decisión de olvidarle, así que haciendo gala de su habitual fortaleza, refrenó los impulsos de su corazón e intentó ayudarle desde otra posición totalmente distinta.

El hotel (El borrador)Where stories live. Discover now