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Hola a tod@s!  Como no quiero entretenerme mucho pues el capítulo de hoy no merece hacerse esperar, paso directamente a las dedicatorias.

Dedicado especialmente a las últim@s fans: SofiDlRiveraVivanco, eagimeno, SophieDrew, betikita, sefidrios, PanfilaFilomena, Isabele14 y a BlancaLucíaSanchez, aunque ésta última se resista a hacerse fan XD! Jajaja. Un beso para tod@s ell@s!! Y para todos vosotros mis fieles lectores otro también por su puesto  ; )

Una pequeña advertencia... coged una buena provisión de pañuelos... T.T

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Alex sostenía el casco de la moto entre sus manos, contemplando su reflejo en él. Hacía sólo unos minutos que había pedido a la recepcionista que se pusiese en contacto con la habitación de Carol para que la avisase de que alguien la esperaba. Consideró que la reacción que tuviese la joven al verle de nuevo, sería la mejor prueba para averiguar si ella aún sentía algo por él, de modo que, pidió a la recepcionista que por favor no le revelase a la muchacha su identidad. La empleada accedió amablemente a su petición.

El tiempo de espera empezó a hacérsele infinito. ¿Por qué se retrasaba tanto? Sujetó el casco entonces con una sola mano para poder comprobar así la hora en su reloj. Tal vez se hubiese precipitado, quizás no debiese estar allí. Los nervios le empezaron a traicionar y las dudas le asaltaron de nuevo. Pero ¿qué estaba haciendo? ¿Acaso no había decidido él mismo, en su momento, dejarla que fuese feliz en brazos de Raúl? La quería por encima de todas las cosas y ahora, de nuevo allí en el hotel, se daba cuenta otra vez de que ellos dos debían seguir caminos distintos. Se sintió un estúpido y un egoísta por haber vuelto para complicarle la vida. Decidido, se puso en pie dispuesto a largarse. Aún estaba a tiempo. Pero al levantarse la vio allí, frente a él, arrodillada en el suelo, pasando sus ojos de él a… ¿A dónde? ¿A dónde miraba? Giró su cabeza para seguir la línea imaginaria que dibujaba la trayectoria de los ojos de la muchacha. Entonces le vio. Raúl entraba por la puerta principal. “Tarde para huidas”, pensó. Pero unos segundos después,  seguro de que Raúl, en el supuesto de que ahora fuese el novio de Carol, no le permitiría hablar a solas con ella, cambió de opinión. Decidió actuar de forma rápida.

Raúl se disponía a ayudar a Carol a levantarse, pensando que una mala pisada le había hecho perder el equilibrio, provocando la evidente caída. Pero enseguida percibió que los ojos de la muchacha emitían un mensaje totalmente distinto. Un mal presentimiento le hizo volver su cara a la izquierda, comprobando así que su corazonada era cierta. Sus incrédulos ojos parecieron salírsele de las órbitas ¡¿Qué hacía el niñato allí?!

Todo ocurrió entonces a una velocidad de vértigo. Alex saltó ágilmente por encima de uno de los sofás, corrió hasta la muchacha que, aún petrificada, permanecía en el suelo. Sin lograr sacarla aún de la catatonia en la que se encontraba sumergida, la tomó de la mano y la arrastró fuera del hotel, utilizando la puerta de la piscina para efectuar su huída. Un desconcertado Raúl, se quedó mirando todo cuanto ocurría delante de sus ojos, reaccionando ligeramente tarde. Los dos muchachos corrían rápidamente rodeando el hotel, en busca de la mayor aliada que Alex encontraría en aquellos momentos, “su niña”. Raúl, intentó seguirlos lo más rápido que podía, pero los había perdido de vista en algún momento y la elección del camino a seguir, además de las décimas que había tardado en reaccionar, no le permitieron llegar a tiempo. Cinco segundos después de que Alex arrancase su moto, el joven llegó. Ya no había nada que hacer. Una punzada de ira le hizo patear varias veces uno de los árboles que custodiaban las puertas del hotel, además de  gritar un millón de cosas ininteligibles que la rabia que sentía no le permitió pronunciar mejor. Con las manos en la cintura y mirando al cielo, resopló fuertemente, resignándose a lo único que le quedaba por hacer: esperar a que regresasen y tener confianza en Carol.

El hotel (El borrador)Место, где живут истории. Откройте их для себя