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Tarde de domingo y ummmm capítulo nuevo. Lo siento porqué os dije que sería un capítulo muy largo y al final es como todos los demás : ( Pero intenso eso sí, ya veréis.

Mi dedicatoria especial en este capítulo va dirigida a dos grandes amigos que este fin de semana decidieron unir sus vidas para siempre y a los que les deseo de todo corazón que sean muy felices: Os quiero!!!!Muuuak!

Y de otra forma también especial a mis querid@s fans!!!!!! : Inesogarcia, YeseniaTinajero, AitanaBarberRodrigu4, AranchaDastic, BlancaPilarPeraltaCo y michaelle97. Un millón de gracias a tod@s y un besazo. Espero que disfruten este capítulo de un modo especial.

Y ahora.....el capi! Espero que os guste. Muak!

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El último set empezaba con saque a favor del equipo de Alex. Penélope, completamente desquiciada por haber estado tan cerca de ganar el torneo y haber desperdiciado la ocasión tan tontamente, puso la pelota en juego. La tensión se palpaba en el ambiente. Los espectadores, a pesar del calor, no se movían de sus respectivos sitios para no perderse ni un solo segundo del inquietante partido. Un absoluto silencio reinaba en los alrededores de las canchas. Únicamente se escuchaban, al igual que en un partido de tenis, los gritos que los cuatro jugadores emitían al golpear la pelota.

Un sol abrasador, que no se cansaba de aumentar la temperatura, dificultaba aún más el juego. Los chicos casi al borde de la asfixia, sentían crecer el nivel de su deshidratación por momentos. Como consecuencia de esto, el nivel general de juego descendió. Un Raúl muy fatigado, se vio en la obligación de pedir tiempo muerto para mojarse, al menos, un poco los labios.

–    ¿Te encuentras bien Raúl?- preguntó Carol preocupada, mientras le alcanzaba la botella de agua fresca que Ana les había proporcionado.

El joven sudaba a mares. Se quitó la camiseta completamente empapada y la lanzó a la arena.

–    Sí, me encuentro bien. Debe ser el día más caluroso de todo el verano... Princesa, llevamos diez puntos y ellos doce. Sabes lo que significa ¿no?

–    Claro... hay que apretarnos las tuercas- asintió Carol mientras, de reojo, observaba el atractivo físico de su compañero.

–    Pequeña, un último esfuerzo y el torneo es nuestro.- la guiñó un ojo mientras le pellizcaba una de sus mejillas, haciendo que Carol se sonrojara.

El árbitro, indicó que el tiempo muerto había acabado. Los jugadores regresaron a sus posiciones. Alex y Penélope, ardían en su interior por diferentes motivos. El saque en aquella ocasión estaba en posesión del equipo de Raúl. El joven, para alegría de muchas de las chicas, que ejercían de espectadoras, terminaba de jugar el partido con el torso al descubierto, lo que produjo la ruptura del sepulcral silencio que hasta aquel momento había reinado. Efectúo un saque perfecto que Alex supo recepcionar hábilmente. Su compañera, con los cinco sentidos puestos en el partido, remató fuertemente el balón. Carol corrió rápidamente para evitar que la pelota tocase el suelo pero, además de llegar demasiado tarde, frenó su caída en plancha contra uno de los postes que sujetaban la red, golpeándose fuertemente en una de sus cejas. Raúl corrió enseguida para ayudarla a levantarse, comprobando la rápida inflamación que se había producido sobre su ojo. Sin embargo, la sangre no hizo aparición, lo cual preocupó mucho más a Raúl.

El hotel (El borrador)Where stories live. Discover now