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Hola! supongo que estaréis esperando el capítulo como loc@s jajajaja! Como ya os adelanté tiene miga...

Quiero dedicarselo a LaraRiosa, NamibiaGmezAkapo, carmen666 y a PatriciaMariaLopezAv que se convirtieron en nuevos fans. Por supuesto y como no, a tod@s l2s que ya lo sois de hace tiempo. Un beso a tod@s y gracias una vez más por vuestro apoyo.

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Raúl volvía de regreso a su habitación. Intentó relajarse un poco para ordenar y almacenar en su memoria todo lo ocurrido aquella noche junto a Carol.

Estaba loco por ella, más aún de lo que creía. El simple hecho de recordar el contacto de sus labios con los de la muchacha, hacía que sus hormonas volvieran a revolucionarse sin control. Era tan bonita, tan dulce, tan… De nuevo notó como un fuerte chisporroteo se producía en su interior, haciendo que sus pulsaciones se acelerasen una vez más.

Recordó el primer día que la vio en el hall con sus amigos. Sintió de nuevo el mismo golpe en su pecho que había sentido en aquel entonces. Luego ella, consciente de que él y Óscar, se habían quedado mirándola, les lanzó descaradamente un beso, posando los labios en su mano y soplándolo después. Aquel acto de rebeldía y atrevimiento fue lo primero que provocó el interés de Raúl por ella. Poco a poco, él se las había ido arreglando para provocar aquellos encuentros en el gimnasio y para que después, jugasen juntos el torneo de vóley.

Aunque para ella todo había sucedido rápidamente, para Raúl no todo había sido un camino de rosas. Con mucha paciencia había soportado ver como ella y Alex elaboraban su corta historia día a día. No obstante, aquella espera y el trabajo de conquista realizado sin que Carol a penas se diese cuenta, esa misma noche había dado su recompensa.

Era cierto que ya la había besado sí, la primera vez junto a los baños, donde decidió comprobar si merecía la pena esperar por ella hasta que Alex se fuera. Aquella prueba le demostró que él no sería un segundo plato para Carol, si no que ella, ya tenía algún sentimiento por él antes de que Alex se marchara. Por eso Raúl fue paciente, porque comprendía a la perfección lo que era tener dieciocho años y no saber donde tiene uno la cabeza. No quería meter a Carol en un triángulo amoroso del que no supiese como salir. Prefirió, por el contrario, esperar a que su oponente desapareciese del mapa para poder demostrarle a Carol todo cuanto sentía por ella. Después, ansioso por volver a probar los labios de la joven, diseñó la artimaña de “los besos robados” y aunque no fueron lo mismo que ninguno de los besos que se habían dado aquella noche, por lo menos habían calmado su sed en una pequeña proporción. Pero por fin, aun que no era la idea inicial, aquella noche la había besado en condiciones. Tal y como llevaba soñando desde hacía ya  muchas noches. Se sintió realmente afortunado de que Carol fuera la que tomase la decisión definitiva de acortar la distancia entre sus bocas. Aquello le demostraba que ella también tenía deseos de él.

El muchacho entró en su habitación y se echó en su cama sin desvestirse. Disfrutando de las sensaciones que le recorrían cada centímetro de su cuerpo cada vez que recordaba la imagen de Carol. Cuando por fin se decidió a levantarse para despojarse del atuendo que llevaba, se fijó que una nota reposaba encima de su mesilla. Descubrió la letra de su padre en ella al abrirla. “Pásate mañana a primera hora por mi despacho. Tenemos que hablar de algo serio. Descansa.” Raúl frunció el ceño, demostrando así su preocupación. ¿Para qué querría su padre hablar con él? Debía de tratarse, efectivamente, de algo muy serio pues su padre jamás habría tomado la iniciativa de entrar en su habitación si él no estaba. En cuanto a la intimidad de su hijo se refería, el padre de Raúl era un hombre muy respetuoso.

El hotel (El borrador)Where stories live. Discover now