El hotel (El borrador)

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Aquí tenéis el gran final de esta historia. En unos minutos colgaré un pequeño prólogo y unos cuantos agradecimientos. Disfrutadlo y Un besazo.

Dedicado a: MariaNavarroMedina, SoyEstrellita, verdeesperanza, Blue_Fallen_Angel, martitah, irevic, SuusanitaaSoloTuu, RaquelCastillo8, amarna y TamaraCullen. Gracias por haceros fans, prometo contestaros individualmente en cuanto tenga un rato!!! ^_^

Un pequeño inciso... después de unas cuantas comprobaciones solo tengo que reafirmarme en mi postura EN CONTRA TOTALMENTE DEL PLAGIO A OTROS AUTORES!!!! En mi cabeza no entra una explicación al beneficio que uno puede sacar en apropiarse del talento y del trabajo de otras personas. Os pido ayuda y colaboración para acabar contra todo este tipo de personas....por llamarlas de alguna forma educada. A los fans ya les di mi recado y  para los que me leen y no lo son les hago la misma pregunta: Conocéis a Sarah Morgan, es una gran autora consagrada de novelas romance autora de títulos como "La jungla del deseo" Os suena? No digo más, a buenos entendedores pocas palabras bastan. Podéis comprobarlo vosotros mismos en internet. Me retracto de haber ofrecido mi ayuda a una farsante aprovechada y pido públicamente disculpas por haberle ayudado a darse a conocer con el trabajo de la gran Sarah, que me perdone ella también. Un beso a tod@s y gracias a todos los que respondistéis a mi mensaje ayer demostrando vuestro apoyo.

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Tumbada en su cama, Carol repasaba de nuevo sus cuadernillos de sintaxis para matar el tiempo. Hacía ya varios días que los había acabado pero ¿qué otra cosa podía hacer mientras esperaba la llamada de Raúl? Los miró de principio a fin y luego a la inversa, leyó el texto de la contraportada una y mil veces hasta que, aburrida y desesperada, lanzó uno de ellos al suelo para aliviar la tensión que hacía ya rato había empezado a acumular. Se tumbó unos instantes boca arriba en su cama y vació sus pulmones de aire con un resoplido. Considerando que no valía la pena pagar su nerviosismo con aquellos cuadernos, se levantó arrepentida a recoger el que acababa de lanzar. Entonces, el teléfono sonó. Carol salió corriendo a cogerlo, ansiosa por escuchar la voz que tan sólo hacía unas horas que no escuchaba, pero que tanto estaba echando de menos. Levantó el auricular con la intención obvia de responder, pero la angustia se anudó en sus cuerdas bocales privándole de su capacidad para emitir cualquier sonido.

-          ¿Princesa?- sonó la voz de Raúl al otro lado del hilo telefónico. Carol tragó saliva para intentar hacer bajar a aquella pequeña bola que no le permitía hablar. Las lágrimas se agolparon en sus ojos rápidamente.- ¿Eres tú Carol? ¿Te encuentras bien?- el muchacho empezó a preocuparse.

-          Hola…- consiguió decir al fin.

-          ¿Estás llorando? No Princesa… sólo serán unos días. Por favor no me lo hagas más difícil- le suplicó el chico.

-          Ya- respondió hipando.

-          Bueno, sólo quería decirte que acabo de llegar y que todo parece estar bien. Lo siento si te he angustiado, lo que menos pretendía era ponerte triste.

-          Te echo de menos…

-          Bueno, cuatro palabras seguidas eso está mejor.- dijo Raúl bromeando para intentar animarla.

-          Es que… ¿Qué hago aquí sola?

-          Bueno, ya hemos hablado de eso…- intentó tranquilizarla de forma paciente.- Sabes que sólo serán unos días y además no estás sola, tienes a Ana y al “cabeza cuadrada” ¿no?- la joven rió en medio de su mar de lágrimas.