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Hola! míércoles por la tarde y capi nuevo! Quisiera avisaros a todo@s de que hasta el mes de septiembre, publicaré de forma irregular. Hay que disfrutar del verano ^_^. Espero que lo entendáis. Os aseguro un capítulo por semana eso sí. No quiero que os enfadéis conmigo y dejéis de leerme. XD.

Ahora paso a las dedicatorias. A los nuevos fans: carmenmoreno98, AnaMaria079, Marielys, YoliReyes, Taniamarv, VanesaMateoSanchez, Lady_Adict y TaniaMutNeergaard. Además se lo dedico a tod@s aquellos seguidores que aunque no son fans votan y me escriben comentarios.

Un millón de gracias a todos en general por vuestros votos y comentarios que me ayudan a mejora. Y ahora un fuerte beso y a leer!!!!!

^_^

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Carol se despertó sobresaltada a causa de una desagradable pesadilla. Un sudor frío le bañaba el cuerpo completamente. Intentando volver a la realidad, se sentó en su cama llenando sus pulmones de aire fresco mediante un profundo suspiro de alivio. Una vez que fue consciente de que la angustia que sentía se debía al mal sueño que había tenido, comprobó la hora en el reloj de su mesita de noche. Las doce. Alarmada por lo tarde que le pareció que era, saltó de la cama e inmediatamente corrió al cuarto de baño para darse una breve ducha que la despejase.

Nayara entró en la habitación en el mismo momento que Carol salía del baño terminando  de vestirse.

-          ¿Qué tal dormilona? Anoche llegaste tarde… bueno yo diría mejor esta mañana.

-          Sí. La fiesta estuvo genial ¿qué llevas en las manos?

Nayara había olvidado por completo la nota y la flor que acababa de encontrar en el pomo de la puerta del dormitorio antes de entrar. Miró sus manos y recordó que el nombre de su hermana estaba escrito en la cara posterior de la nota.

-          ¡Ah, sí! Esto es para ti. Estaba en la puerta.

Un mal presentimiento se anidó en el pecho de la joven. Cogió el papel y la flor que su hermana le tendía y se apresuró a abrirlo. La misma letra que aparecía en la nota que, unos días antes le habían dejado de igual manera, apareció en el papel al desdoblarlo. Sólo una nota diferenciaba a la otra, ésta no sólo era una nota de disculpa como la anterior, además, ésta era una nota de despedida. Carol supo entonces quién era el autor de ambas. Las piernas le empezaron a flaquear cuando pudo leer el contenido de la misma:

“Lo siento mi amor. No tengo valor para decirte adiós. Espero que sepas entenderlo. De todos modos ese era el trato, nada de despedidas. Hasta aquí llega nuestro acuerdo. Sé todo lo feliz que te sea posible. Recuerda que te quiero y creo que siempre te querré. Deseo con todo mi corazón que la vida me brinde la oportunidad de volver a verte.  Alex”.

Carol calló de rodillas en el suelo. Automáticamente un millón de lágrimas comenzaron a brotarle de sus verdes ojos, haciendo que estos se aclarasen, tal y como a Alex le gustaban, pero al mismo tiempo del tono que jamás quiso volver a verlos nunca más. Unos minutos después, ignorando todo cuanto su hermana le decía, decidió calzarse y salir en busca del muchacho. Aquello debía ser una broma del chico. No era posible que se hubiera ido sin darle un último beso.

El hotel (El borrador)Where stories live. Discover now