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Hola! al fin es miércoles y por fin pongo otro capitulo a vuestra disposición.

Como ya es costumbre, esta vez quiero dedicar el nuevo capítulo, que sé que os encantará, a todas las víctimas del cáncer. A las que afortunadamente lo han superado y a las que por el contrario no han tenido tanta suerte, pero que lucharon hasta el final. Especialmente a mis dos parientes recién despedidos, que desgraciadamente, forman parte del segundo grupo. "Os quiero y no os olvido. Este va por vosotros".

Y ahora sí  ^_^. Vuestro esperado capítulo.

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Cristian se acercó hacia Miranda con actitud protectora, para dejar sitio a Alex, que permanecía quieto frente al ascensor. Después de pensarlo unos segundos Alex se decidió a entrar.

-         Buenas noches - dijo de manera escueta.

-         Buenas noches - contestaron los otros dos al unísono.

La situación era incomodísima y ninguno de los tres fue capaz de abrir la boca para añadir nada más. Miranda y Alex fijaron la vista hacia distintas partes del techo. Cristian, sin embargo, no despegaba los ojos del otro muchacho. Inconscientemente buscaba un motivo, además del de vengar a su hermano, que justificase el puñetazo que deseaba darle. Alex, que sentía como la mirada del otro muchacho se clavaba en él, no le dio la oportunidad de satisfacer sus ansias de pelea. Las puertas se abrieron en el tercer piso y Alex salió del ascensor disparado, haciendo un gesto de despedida con la mano como único adiós. Deseaba con urgencia encontrar el fin de ese fatídico momento.

Cristian acarició la cara de Miranda con ambas manos y sosteniéndosela aún, le dio tiernamente un ligero beso en la mejilla. La muchacha salió del ascensor, pues su habitación se encontraba también en ese piso. El joven, celoso, se asomó para comprobar como la muchacha se metía en su dormitorio. Después, regresó al interior  del ascensor para continuar el trayecto hasta su habitación.

Miranda volvió a abrir la puerta tras esperar unos segundos, asegurándose antes, de que Cristian ya se había marchado. Corrió silenciosamente por el pasillo, cargada de rabia y odio para llegar justo antes de que Alex entrara en la habitación. Éste, que se disponía a cerrar la puerta, se asustó al encontrarse con la joven.

-         Pero Miranda… ¿qué haces aquí?

La muchacha se abalanzó sobre él obligándole a entrar en su dormitorio de un fuerte empujón. Cerró la puerta. Alex caminó hacia atrás hasta llegar a la altura de la cama, la cual le detuvo. Esperaba cualquier reacción por parte de Miranda, pues a pesar de que creía conocerla a fondo, era tan impredecible que lo mismo podía saltarle a la cara para morderle, que podía rogarle de nuevo para que volviera junto a ella. Para su desgracia, Miranda no hizo ninguna de las dos cosas.

La muchacha caminó hacia él altiva y dominante, segura de que él volvería a comer de su mano. Le acorraló junto a su cama y con un leve empujón le sentó sobre la misma. Alex totalmente desconcertado, no supo como reaccionar.

A la mañana siguiente, Carol despertó algo entumecida. Echó un vistazo a la cama de al lado y vio que su hermana aún dormía. Decidida a poner remedio a ese estado, cogió unas cuantas prendas que utilizaba para ir al gimnasio y se las puso. Tomó un zumo de la diminuta nevera y salió al balcón para  bebérselo. Naya se removió entre las sábanas.

-         Uummmm… a noche no te escuché llegar- dijo mientras se estiraba para desperezarse.- ¿Ya te vas?

-         Sí, dile a mamá que estaré en el gimnasio, por si se anima a acompañarme- entró enérgica de nuevo al dormitorio.- ¿Has hecho algún amigo ya?- inquirió a su hermana al ver el gesto de tristeza que se dibujaba en su rostro.

El hotel (El borrador)Where stories live. Discover now