50 ~ El amor de Ash ~

1.2K 103 34
                                    


Cilan intentaba luchar contra sí mismo, pero en vano. Sentía una opresión en el pecho tan grande que a ratos le costaba respirar. Dos personalidades completamente opuestas luchaban por ver quién iba a obtener el dominio de su cuerpo magullado y sucio por la batalla. Los ojos rojos del peliverde titilaban a ratos, presos por la duda de lo que ocurriría a continuación, por lo que el azabache se permitió respirar con cierto alivio: si Cilan estaba dudando, eso significaba que había posibilidades concretas para salvarle la vida.

— ¡Cilan, amigo! —exclamó el azabache mientras daba algunos pasos en su dirección — ¡Cilan, reacciona! ¡juntos saldremos adelante como un gran equipo!

—No seas iluso, tonto —le dijo uno de los hombres—. Él ya no te escucha. Él te va a matar si se lo ordeno.

De forma inconsciente, Ash retrocedió los pasos que había avanzado y se mantuvo alerta. Los próximos movimientos de su amigo serían confusos y difíciles de leer.

— ¡Cilan, te ayudaré a superar la muerte de Iris! ¡ella se fue en paz, te lo juro!

—Tú mataste a la mujer que amaba. ¡Murió por tu culpa! —afirmó Cilan con claras muestras de estar sufriendo por ello.

Entonces Ash lo analizó por completo: vio sus ojos desorbitados y su respiración agitada, pero lo que más le llamó la atención fue la cortada en su mejilla. De esta caía un finísimo hilo de sangre, pero también otra sustancia colorada y más acuosa. El azabache no era ningún tonto para no darse cuenta de qué era aquello. Los cabos se ataron solos en su mente. Quizás estar bajo presión hacía trabajar a sus dormilonas neuronas con más eficiencia.

—Cilan está bajo los efectos de esa sustancia. La misma que usaron en el labial de Dawn... —susurró para sí mismo— y lo que gatilló la reacción fue... ¡Los manipula a través de sus sentimientos! ¿Cómo no lo había pensado?

Ahora las cosas eran más claras para él.

Sin sentir miedo de lo que pudiera pasarle, caminó hacia Cilan con la mirada decidida y un puño en alto. Tenía que detener a su amigo a como de lugar, pero antes tenía que hacer algo más.

— ¡Greninja, es hora de hacernos más fuertes! —gritó el azabache con los ojos inyectados en ira.

Agua cristalina brotó del suelo y se arremolinó alrededor de Greninja que a su vez lanzó un potente grito de guerra. Su cuerpo sufrió la metamorfosis provocada por el Movimiento Vínculo. Ahora si estaba listo para luchar.

—No permitiré que le laves el cerebro a mi amigo —dijo Ash, con su mirada atenta, a su enemigo.

—Creo que te estás equivocando de contrincante. —Cuando el hombre terminó de recitar aquellas palabras llenas de desdén, un Cilan con los ojos inyectados en rojo caminó hasta estar enfrente de Ash.

Simisage, por su parte, no sabía qué hacer o a quién obedecer. En su interior sentía que Cilan estaba siendo confundido por una nebulosa de sensaciones dolorosas y tristes. Los Pokémon tenían la facultad de oír la voz interior de sus entrenadores y esa no era la excepción.

Simisage, por favor, protege a Ash de mi —susurró Cilan en los pensamientos del Pokémon. — Yo estaré bien. Lo prometo. Así que ven y atácame.

El Pokémon sacudió su cabeza para terminar de comprender aquellas órdenes de su mejor amigo y no le quedó más opción que obedecerle, aunque eso significara algo malo. Por eso mismo caminó hasta plantarse, erguido, junto a Greninja Ash. El azabache observó la situación completamente confundido, pero comprendió que la única intensión de Simisage era salvar a Cilan. Lo supo cuando sus miradas se encontraron, asintiendo levemente.

De nuevo tú [EN EDICIÓN]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz