Capítulo 4 "Encuentro"

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Ash siguió observando el frágil cuerpo de Serena en aquella plataforma. Esta no paraba de admirar su hermoso vestido de novia y esa radiante sonrisa que siempre la había caracterizado. El azabache simplemente de podía despegar la mirada de esa puerta por más que quisiera. Sabía que Clemont lo regañaría por eso, mas ¿A quién quería engañar? Estaba tan enamorado de Serena como la primera vez que se dio cuenta de ello. No le importaba los años de distancia, los malos entendidos, ese porqué de su separación. Ni siquiera le importaba el hecho de que Serena era la prometida de Kalm. La recuperaría a como diera lugar.

― Ash ¿Qué haces aquí? ― Terció Clemont, jalándolo de una oreja hasta arrastrarlo fuera de la Casa de Novias ― Serena te matará si te encuentra husmeando.

― Simplemente no lo pude evitar. Yo la amo de verdad.

― Creo que el cambio de clima te está haciendo mal. Lo mejor será ir a casa para que te instales. Recuerda que tenemos una conversación pendiente.

Los amigos abordaron el auto así viajaron hasta llegar a una villa exclusiva donde vivían grandes empresarios y personas muy importantes de Ciudad Lumiose. Ash veía asombrado a las casas y sus grandes portones de madera labrada. El camino era tan verde como los pastizales de Pueblo Paleta, lugar donde el azabache no había vuelto en años. Clemont, por su parte, solo se limitaba a sonreír por las actitudes de su amigo.

Luego de algunos minutos, el auto se detuvo en frente de un portón metálico y tras una orden del pelirrubio, este comenzó a abrirse. En el interior el jardín era hermoso y sus flores de colores contrastaban con el color madera de la casa. Ash bajó sintiéndose un tanto extraño. Estaba tan acostumbrado a la sencillez de Alola que una gran casa llena de lujos era algo totalmente nuevo para él. Junto a sus maletas ingresaron y allí Clemont le indicó al azabache cuál sería su habitación el resto del mes y al llegar a la que sería se cama se tiró en ella para dormirse profundamente.

Lejos de allí, más bien en Alola, una rubia caminaba en círculos totalmente furiosa con un celular en las manos. Las clases habían acabado, dando paso a las vacaciones por lo que no había rastro alguno de niños en el lugar. Mallow miraba a su amiga un tanto preocupada y Lana estaba perdida en la ventana.

― ¡Ese maldito de Ash me mintió! ― Vociferó Lillie.

― ¿Y por qué dices que te mintió? ― Terció Mallow, mientras arreglaba su cabello.

― Dijo que iría a ver a su madre en Kanto, que era una emergencia ― Dijo simulando estar ofendida ― Acabo de llamar a la señora Delia ¿Y qué crees? Ash no ha viajado allá y la emergencia de la que hablaba no existe.

― No sé por qué te preocupas tanto por eso, después de todo Ash y tú son nada ― Dijo Lana totalmente distraída, sin percatarse de que Lillie estaba sobre ella apunto de golpearlo.

― ¡Ya basta Lillie! ― Le gritó Kiawe, deteniendo el golpe ― Cálmate de una buena vez.

La rubia retrocedió completamente impactada y tomó asiento en una silla junto al escritorio. Estaba tan furiosa que no se dio cuenta de que estuvo a punto de golpear a su pequeña amiga peli azul. Se sintió la peor basura por ello. Por su parte, Lana salió del lugar con el rostro cubierto de lágrimas.

― ¡Estuviste a punto de golpear a Lana! ― Dijo Mallow muy enojada ― ¿Qué tienes en la cabeza?

― Yo... Lo siento mucho ― Dijo la rubia completamente avergonzada.

― Creo que lo mejor es que vayas a tu casa a descansar. Nosotros nos encargamos de las demás cosas ― Dijo Kiawe, tomando una carpeta llena de papeles.

De nuevo tú [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now