Capítulo 43 "Revancha"

1K 125 41
                                    


Ash sonrió.

— ¡Greninja, eres tú! —dijo Ash con la voz inundada en sentimientos encontrados.

— ¿Qué significa esto? —gritó Paul. El humo causado por la explosión ya se había disipado, por lo que la incorporación del Pokémon azul le estaba causando bastante extrañeza.

Ash abrazó a su Pokémon para convencerse a sí mismo de que aquello era real. La última vez que lo vio fue esa misma mañana, mientras tomaba el sol junto a Puni – chan y los demás Pokémon del cuartel. Jamás imaginó que él pudiera encontrarlo, mas lo agradeció internamente ya que de lo contrario él y Serena no hubieran sobrevivido. ¿Acaso el vínculo que compartían se había mantenido con el paso de los años? Al parecer sí, ya que en el momento de más aprietos Greninja Ash había hecho su flamante aparición como un héroe salvador. Algo así como el símbolo de la paz en medio del apocalipsis que se había desatado. Entones, el azabache observó atento a su contrincante y retomando en su mente sus últimas palabras, le contestó:

—Esto significa que, aquí y ahora, vas a perder y de la peor forma. —Su voz no demostraba titubeo alguno—. ¡Ahora, Greninja, Shuriken de agua!

Como un rayo, el Pokémon lanzó aquel extraordinario ataque después de saltar una serie de obstáculos. Ash aprovechó ese momento para volver con Serena y estrecharla entre sus brazos. Lucía bastante cansada, pero, al menos, los efectos del ataque eléctrico ya habían pasado.

—Tranquila, Serena —dijo Ash—. Estoy seguro que Mallow sabrá cómo hacer que te recuperes pronto.

Volviendo a la pelea, la Shuriken de agua había causado bastantes estragos. Paul seguía manteniéndose un tanto impávido ante lo que le estaba ocurriendo. ¿En dónde habían quedado sus increíbles ansias por destruir a Ash de una vez por todas? ¿Acaso el hecho de que su Pokémon más fuerte había llegado cambiaba en algo el panorama actual? Claro que no.

— ¡Electivire, usa Trueno! —Paul sabía perfectamente que la ventaja de tipo estaría a su favor, pero con lo que no contaba era con la fuerza renovada de Greninja. Después de todo, las cosas habían cambiado muchísimo desde su último enfrentamiento en la Liga Sinnoh. Ash era un hombre diferente, bastante diferente.

—Créeme, esos ataques no funcionarán con Greninja —dijo Ash, decidido—. ¡Adelante, amigo, llegó el momento de hacernos más fuertes! ¡Usa ataque de Niebla!

La densa niebla de Greninja cubrió por completo aquel campo de batalla improvisado. La noche ya se había adueñado de todo Lumiose, por lo que las únicas fuentes de luz era algunos pequeños incendios, la luna llena y las luces parpadeantes que, extrañamente, disminuían su cantidad. Electivire, por su parte, se sintió perdido en la niebla. Greninja parecía un asesino silente, ya que su capacidad de ocultarse sobrepasaba cualquier límite. No había sonido alguno que lo pudiera delatar.

— ¡Vamos, perdedor! —animó Paul con tu notable tic nervioso en su ojo derecho—, ¡DEJA DE OCULTARTE, POR UN DEMONIO!

—Vaya, ¿En dónde quedó tu confianza y tus ganas de destruirme? —interrogó el azabache. Con los años, había aprendido a cómo hacer llegar a una persona al límite de su paciencia y sabía, a ciencia cierta, que la paciencia de Paul era más que limitada. Si seguía con su provocación, sabía que en cualquier minuto el peli morado saltaría encima de él para terminar con el trabajo, mas eso no lo importó, ya que eso era lo que esperaba.

— ¡SOLO LOS COBARDES COMO TÚ SE ESCONDEN Y NO DAN LA CARA!

Y entonces, una ráfaga de ataques dejó, tanto a Paul como Electivire, sin respiración. Ash se había convertido en una bestia de batalla, dispuesta a morder, mutilar, asesinar. Greninja Ash había comenzado a dar golpes a diestra y siniestra, esquivando de forma elegante los ataques contrarios.

De nuevo tú [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora