Capítulo 5 "Una dulce cena"

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― Buenas a todos ― Saludó Kalm con una sonrisa cínica en sus labios.

Los demás saludaron animadamente, mientras les era servida la comida. Serena, dos pasos más atrás que su novio, sonreía de forma sincera, fugaz. Ash observó el recorrido que hizo desde que la vio hasta que tomó asiento junto a su prometido. No podía evitar la batalla que se estaba llevando a cabo en su interior. Sentía que el corazón se le estrujaba como una esponja, doloroso, insoportable. Clemont puso su mano en el hombro del azabache. De cierta forma, intentaba ponerse en el lugar de su amigo.

― Serena ― Dijo el campeón mientras alzaba su copa vacía. Sencillamente, con aquel movimiento, le ordenó a la peli miel que le sirviera un poco de vino.

Los demás bajaron sus rostros un tanto incómodos. Bonnie giró su rostro hacia cualquier parte. Agradecía internamente que aquella farsa llamada "boda feliz" terminaría pronto.

El silencio se instaló en el lugar. Lo que pretendía ser una velada entretenida resultó ser una cena aburrida e incómoda para cualquiera. Serena parecía una sirvienta mientras cumplía los caprichos de Kalm, por muy estúpidos que estos fueran. Este último, al ver los rostros sombríos de los demás ante la situación que se estaba llevando a cabo, dijo:

― En cuatro semanas Serena será mía completamente ― Sonrió con malicia ― Por esa razón tiene que saber quién manda y servir a su esposo de una forma eficiente.

Silencio. Serena sonrió con cierta lástima. Sabía que después del matrimonio las cosas entre ellos cambiarían.

― ¿Y porque te casarás con ella en un mes te da el derecho de tratarla de ese modo? ― Terció Ash, quien tenía los ojos cerrados. En su mano sostenía su copa de jugo de bayas ― Vaya prometido eres ¿No?

Las palabras de Ash parecieron cargar con más incomodidad el ambiente. Clemont, internamente rogaba que esto no terminara mal. Estaba de más el describir el rostro desencajado del campeón. Estaba acostumbrado a hacer y decir lo que le viniera en gana después de ganar el campeonato, por lo que las palabras del azabache lo tomaron por sorpresa.

― ¿Decías? ― Dijo, mientras escudriñaba a la persona en cuestión ― Pero si eres "Ash Ketchum de Pueblo Paleta" ― Lo imitó, mofándose.

― ¿De campeón pasaste a ser un payaso?

― Pero miren quién lo dice: Aquel que ha perdido durante toda su vida y que ahora es profesor de niños patéticos iguales a él ― Se carcajeó.

― ¡Respeta mi casa Kalm! ― Dijo Clemont, comenzando a enfadarse.

― ¡Déjalo Clem! ― Intervino Korrina.

― Mira Ash ¿Mostaza? Ese apellido te queda excelente ¿No crees? ― Se burló con más intensión a hacer daño que antes ― ¿Qué haces aquí? ¡Perdedor!

El azabache bajó el rostro. No quería montar un espectáculo en el hogar de su amigo y mucho menos delante de la mujer que amaba, por lo que se limitó a reunir todo el autocontrol que pudo para no responderle. Por su parte, Kalm, sonrió triunfante y tomó asiento. Humillar a las personas siempre lo hacía sentirse bien e importante, y todavía más si su víctima no se dignaba a contestarle.

Minutos más tarde, la mesa entera disfrutaba de la deliciosa cena que había preparado Serena en compañía de Korrina. Estas hablaban animadamente como mejores amigas que eran, mientras Kalm se dignaba a escuchar su conversación y, en algunos casos, responder antes que ella. Ash observaba todo esto con rabia e indignación. Ya había terminado de cenar hace mucho, pero aun así seguía teniendo el tenedor y el cuchillo en sus manos. Los apretaba con una fuerza desmedida.

De nuevo tú [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now