Entre el peligro y el amor (Carl Grimes) [EDITANDO]

Eres un monstruo.

Me había quedado dormida en la habitación junto a Frozebite, cuando escuché que tocaron a la puerta.

Me levanté sin muchos ánimos a abrirla, era papá.

—Hay una reunión...Negan quiere que vayas a hablar con los demás...

 Ni siquiera me di a la tarea de contestarle, salía de la habitación y me dirigí hacia donde me había dicho.

Era una pequeña sala, cuando llegué todo mundo me miraba. Estaban Dwight, Simon, Negan, Aiden y... ¿Eugene?

Frozebite me había seguido y ya estaba a mi lado.

Aiden estaba más que paralizado cuando me vio, primero miró a Negan, después a papá, luego a mí, luego a Negan... y así sucesivamente...

—¡¿Qué hace ella aquí?!—Le preguntó a papá.

—Vino por voluntad propia, mocoso.—Le contestó Simon, quien estaba de brazos cruzados.

—¿Voluntad propia?

—Sí, como escuchaste... voluntad propia, hermanito.—Le dije tratando de sonar fría.

—¿Y ella qué hace aquí? ¿Quién eres para venir aquí y actuar como si no hubiera pasado nada?

Me crucé de brazos y solté una risa irónica.

—Soy Negan. Todos somos Negan.

Aiden se quedó sin argumentos.

—Bueno, ustedes, mocosos... Tomen asiento y dejen de pelear.—Agregó Simon.

—No soy ningún mocoso, tengo 24 años.

  Tomé un asiento, que estaba en medio de Dwight y mi padre.

—Les presento a nuestra nueva integrante. Creo que todos deben de conocerla como la Lunática de Ojos Verdes.

—Qué gracioso.—Añadí.

 —Ella está aquí para pelear. Va a pelear con nosotros en contra de Rick. —Negan comenzó a hablar.

 —Ellos son gente débil, ni siquiera se molestaron en d...—Suspiré al recordar la discusión que tuvimos Carl y yo al irme. 

  —Bueno, el caso es que ella va a ayudarnos a pelear.—Dijo Aiden

—En efecto. Iris, cuéntanos tus planes.— Prosiguió Negan.

  —No me llames Iris...—Murmuré.—Bueno, el caso es que Rick, aún piensa que estoy de su lado, les dije que iría a caminar un rato, no se molestaron en dejarme ir.—Suspiré y me preparé para decir la mentira más grande que pude haber dicho hasta ahora.—Terminé con Carl esta mañana... sé que no tiene nada que ver, pero es importante que lo sepan, porque tal vez lo mate durante la guerra, con mis propias manos... Así que no quiero que ninguno de ustedes se de a la tarea de hacerlo, porque como dije, lo haré yo.

Todos se quedaron algo sorprendidos al escuchar eso.

  —¿Cuándo saldremos a Alexandria?—Le pregunté a Negan.

—Tal vez dentro de dos días.

  —Me parece el tiempo suficiente para tener un plan que funcione con éxito.—Acaricié la pequeña cabeza de Frozebite, quien reposaba tranquilo en mi regazo.

—¿Cuándo cambiaste?—Aiden me miró nuevamente.—Se supone que estaría defendiendo a ese tuerto ¿No?.

 —No.—Respondí con frialdad.—Ya no.

Veía cierta confusión en sus ojos color miel, miedo, y algún sentimiento de protección.

 —Tu hermana está creciendo, Aiden... las cosas como son.—Agregó Simon.

  —Tiene trece años, es una niña todavía.

—Quince.—Le corregí.—Además, ¿Desde hace cuánto te interesa tanto lo que hago? ¿No habías dicho que yo no era tu hermana? ¿Cuántas veces no me has insultado y maldecido frente a todo el mundo?.

Aiden se quedó callado, se puso de pie y salió de la habitación cerrando la puerta de un portazo, pero segundos después regresó, abrió la puerta alterado y nos miró con alerta.

  —Hay caminantes dentro.

Todos nos miramos unos con otros, me puse de pie equipando mi arco y fui la primera en salir de la habitación con decisión con Frozebite detrás de mí.

Papá pasó a mi lado y me dio un arma más grande para poder disparar mejor, ya había disparado y matado a varios caminantes, estaba algo manchada de sangre.

Bajamos todos al primer piso y no pude creer lo que vi, era un camión, con Daryl, Tara y Michonne. ¿Qué hacían ellos ahí? ¿Y por qué habían hecho ingresar caminantes?.

Daryl enfocó su mirada peligrosa en mí y negó con la cabeza. ¿Qué habrá pensado?. En cambio, Michonne sabía lo que pasaba, porque tal vez Rick le había dicho ya. Me miraba de la misma forma que lo hacía cuando mataba caminantes frente a ella. Tara ni siquiera sabía qué estaba pasando.

Les saludé con la mano y seguí mi camino antes de que los caminantes me rodearan, tenía la adrenalina corriendo por mis venas, mi corazón latía con fuerza contra mi pecho y tenía energía, sed de sangre, ganas de matar. 

Comencé a sentirme libre al matar a cada uno, Frozebite lanzaba intentos de aullidos y corría detrás mío. Mataba a uno tras otro, sin parar, esquivaba sus golpes, hacía movimientos ágiles y rápidos. Mientras todo el mundo los mataba con las ametralladoras, yo lo hacía con mi cuchillo y mis manos. Me sentía eufórica, comencé a reírme, a gritar, y a lanzarles insultos a esas cosas.

Terminamos de matar a los caminantes, mi respiración era agitada y todo había quedado en silencio cuando maté al último caminante. Papá no podía creer lo que estaba viendo... más bien, nadie lo podía creer.

—¿Qué? ¿Pensaron que sería una pobre niña débil?.—Jugué con la empuñadura de mi cuchillo y los miré de forma burlona.

—Eres un monstruo.—Dijo Aiden, haciendo caer su arma al suelo.

—Lo sé, hermanito.

Volví a reír y jugué con el cadáver de un caminante con mi pie.

—¿Alguien tiene algo más que decir? ¿No?.—Miré a los Salvadores que estaban cerca mío.

—Eres fuerte.—Dijo Dwight.

—Más de lo que crees.—Respondí.

Seguido de este comentario corrí hacia las escaleras y subí al segundo piso, donde habían cerca de 6 caminantes. Todos enfocaron su mirada sin vida en mí y tomé la empuñadura de mi cuchillo.

 —Vengan, juguemos a un juego...

Corrí por todo el pasillo, para tomar mi arco y disparar al primero, corrí hacia los demás, tomé al segundo por el brazo y lo derribé; aplasté su cabeza podrida contra el suelo, haciendo que mis botas quedaran llenas de sesos y sangre. El tercero fue un poco más fácil, gracias a que era un poco más idiota que los demás. Los que seguían fueron disparados en el cráneo, pero no fueron por mí. Fueron por Aiden.

 —Hola, Aiden.

Tras estas palabras corrí y salí por una ventana que daba a uno de los techos del lugar. Me senté en la orilla de este, estaba a 15 metros de altura aproximadamente. Suspiré y reí.