Pérdidas.

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Naya sentía la incertidumbre corriendo por todo su torrente sanguíneo, el no saber en dónde estaba la otra mitad de su grupo te atemorizaba, ¿Se habrían encontrado con algún problema en su camino? ¿Qué tal si los atacaban y no quedaba nada más de ellos que solo sus cuerpos? Carl notaba lo que ella sentía cuando sacudía su pierna constantemente mientras estaban sentados en algún lugar, no había necesidad de preguntarle qué era lo que estaba ocurriendo porque con solo poner su gélida mirada en los ojos esmeralda de ella lo podía suponer.

Pasaron alrededor de dos días, ella se encontraba más intranquila todavía, sin embargo una parte de su corazón se calmó al saber que uno de sus compañeros estaba de vuelta, Daryl había regresado, Naya pensaba que nunca lo haría ya que había pasado días enteros sin saber de él, al verlo pasar por la puerta de la iglesia se puso de pie rápidamente y lo recibió.

-Pensé que jamás volverías.-Le dijo después de un largo suspiro, brindándole una botella de agua.

-Hey, gracias.-Dijo solamente. Daryl era reservado, incluso más que Rick quien no hablaba mucho el cabello castaño le caía por todo el rostro y jamás se quitaba el chaleco con alas de ángel. Pero algo había cambiado, había traído a una persona más, su nombre era Noah, un poco mayor que Carl y Naya, era agradable tener a alguien más joven entre ellos dos después de todo, le caía bien. Su piel era olivácea como la de Sasha, larguirucho y no tenía miedo de ofrecer su ayuda o pedirla. Con el paso de esos dos días el grupo se dispuso a asegurar la iglesia, cosa que no le agradó mucho al padre Gabriel quien se estremecía de una forma peculiar cuando alguien rompía la madera de las sillas o de algún otro lugar, pero en esos momentos, la fe iba por debajo de mantenerse a salvo y con vida. A Naya le daba cierto tipo de gracia cómo reaccionaba el padre, aunque entendía por qué lo hacía, trataba de ser empática con él. Habían ideado trampas para caminantes, Carl, Naya y Noah bloqueaban las ventanas con madera, aunque ella solo podía bloquear las partes de abajo debido a su corta estatura. Noah le había pedido a Rick que fueran a Atlanta, era bastante lejos y por lo tanto más riesgoso, era como si después de una larga carrera te piden regresar a donde empezaste, él quería buscar a sus hermanos menores, al igual que a la hermana menor de Maggie, Beth... No sabía que Maggie tenía a una hermana desaparecida, y pensándolo así, ella haría lo mismo si le dijeran que su hermano, su padre o su hermanastro se encontraban en el mismo lugar donde comenzó todo, iría a buscarlos. Rick, Sasha, Ty, Daryl y por supuesto Noah fueron en el viaje dejando a Carl y a ella solos con Michonne y Gabriel.

-Prométanme que van a regresar.-Les pidió la de ojos verdes a los hermanos, quienes se miraban mutuamente para después asentir con la cabeza.

-Regresaremos pronto.-Le dijo Tyresse, colocando una mano sobre su hombro, la rodeó con el brazo y la envolvió entre estos, Naya lo rodeó igualmente y después abrazó a Sasha.

Rick se despidió de Carl y Judith, y ella se despidió de los demás con un ademán de la mano. Cuando ellos estuvieron en marcha, Carl y ella ayudaron a bloquear las puertas, Judith lloraba y Michonne trataba de calmarla. Giró la cabeza buscando a Gabriel con la mirada, estaba posado de rodillas en el suelo tratando con todas sus fuerzas de limpiar las manchas de sangre, no funcionaría... Un par de horas más tarde, quizá unas dos o tres, Naya y Carl se encontraban en la oficina de la iglesia conversando, cuando Carl le dijo

-¿Crees que deberíamos enseñarle a Gabriel a defenderse? Es decir, es el único de nosotros que no lo sabe.

Naya suspiró y comenzó a jugar con el mango de su daga, pensativa.

-Supongo, podemos darle un arma, o enseñarle a disparar. Claramente es una desventaja para nosotros tener que cuidar a alguien más que no sea tu hermana.

-¿Vamos ahora?-Preguntó Carl esperando que Naya diera la oportunidad, ella asintió y se puso el arco en la espalda después de colgarse la mochila y el carcaj. Reacomodó su cabello y Carl no pudo evitar quedarse mirando mientras lo hacía, su liso cabello azabache que caía desde los hombros hasta su cintura se notaba tan suave, por lo que una de las manos de Carl se guió sola hasta un mechón de su cabellera, acariciándola. Naya soltó una risa nerviosa y tomó la mano de Carl entre la suya entrelazando sus dedos, después se acercó hacia él con cortos pasos y le dio un abrazo, sin saber por qué, tan solo le gustaba sentir que estaba cerca de él, escuchando los latidos de su corazón, los cuales parecían sincronizarse con los suyos y unirse en una tierna sintonía la cual ambos disfrutaban demasiado. Al separarse del abrazo los dos se sonrieron mutuamente, aun había mucha tensión entre ellos, los dos tenían tantas ganas de probar los labios del otro, sin embargo casi nunca encontraban la oportunidad de hacerlo. Carl se acercó a Naya nuevamente y miró al suelo apenado dudando sobre lo que quería hacer en ese momento. Tomó la cintura de la contraria con una mano atrayéndola hacia él, ella en cambio se ruborizó y sintió cómo su corazón dio un vuelco latiendo con fuerza, nuevamente los ojos de él estaban buscando penetrar hasta lo más profundo de sus pensamientos, sus rostros quedaron tan cerca que podían sentir la respiración del otro, los chicos al sentirse tan atraídos el uno por el otro no dudaron en romper la distancia entre ellos, uniéndose finalmente en un beso del que Carl llevaba el control, Naya movió sus labios lentamente y llevó una mano hasta su mejilla, acariciándola mientras sentía una explosión de emociones, siempre que lo besaba era como si lo hiciera por primera vez, era el mismo sentimiento, cada vez más intenso, cada vez quería besarlo por más tiempo. Carl tomó su cintura con mayor firmeza y su diestra subió hasta la nuca de la chica, entrelazando su cabello entre los dedos y acercándola más a él, moviendo su cabeza, siendo hasta después de unos instantes que se separaron debido a la falta de aire, ambos se miraron fijamente y sonrieron avergonzados al mismo tiempo, con el mismo rojo invadiendo sus mejillas.

Entre el peligro y el amor (Carl Grimes) [EDITANDO]Where stories live. Discover now